∞[17]∞

277 32 1
                                    

La luna ya se encontraba en su punto más alto, el lugar estaba rodeado por guardia, algunos pocos, pero estos se encontraban más borrachos que despiertos, solo algunos cuantos estaban realmente atentos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La luna ya se encontraba en su punto más alto, el lugar estaba rodeado por guardia, algunos pocos, pero estos se encontraban más borrachos que despiertos, solo algunos cuantos estaban realmente atentos. Al observar el lugar desde su distancia, noto que había varias trampas a su alrededor, por lo que no dudo en mandar a uno de sus acompañantes a desactivarlas.

Al sacar de su mangas a Liebing, fue cuando captaron la señal, al empezar a tocarla fue cuando todo comenzó. Usualmente cuando toca las melodías suelen ser tranquilas y calmadas, que suelen dar esperanza y armonía a quien la escuche, una melodía de los dioses, solían comparar inocentemente los niños. Pero ahora es como si de una pesadilla se tratara, como si la misma maldad reencarnada fuera quien les diese aquella sentencia.

Las bestias que fueron consumidas por la energía resentida, se acercaban para poder escuchar aquella melodía. Lastima que a esos tipos se les ocurrió poner su guarida en una zona riesgosa. Dejó de tocar y bajo de los árboles, viendo como los dos discípulos eliminaban aquellos que secuestraron a su esposo. Sus túnicas que usualmente son blancas, ahora eran de un color negro y no portaba su cinta en la frente para estos casos, después de todo no quería dar una mala imagen a su secta si alguien lo reconocía.

Destrozó la puerta de la cabaña encontrándose con unos sujetos y a su amado siendo agarrado por los cabellos contra su voluntad, algunos de esos sujetos se lanzaron a atacarlo con sus espadas y cuchillas en mano. Con Shuoyue en mano y en manos de un parpadeo aquellos que antes estaban dispuestos a matarlo se encontraban en el suelo con graves heridas cerca de zonas vitales. El último que quedaba era quien tenía a su esposo en sus asquerosas manos, este con miedo trataba de alejarse, su espada estaba muy pegada en el cuello de Jiang wanyin.

- T-te acercas y-y lo m-m-mató - un intento inutil de amenaza, sobre todo cuando le estaba hablando al mismísimo Líder de la secta Lan, quien en un solo movimiento ya estaba detrás del miedoso beta con una espada en la garganta aflojando su agarre logrando que soltase al líder Jiang, murió rápido desgraciadamente.

Lan Xichen logró atrapar a su esposo antes de que cayera al suelo, su cuello botaba algo de sangre debido a la presión de la espada, pero no había cortado nada importante eso tranquilizo aunque sea un poco al Alfa. Jiang cheng tuvo que controlar su respiración mientras tenia su cuerpo pegado al de su esposo, tratando de que sus piernas dejaran de temblar, no tuvo miedo de caer ya que era sujetado por la cintura en un temeroso abrazo.

Tomo el rostro de su Alfa y le sonrió levemente - Te tardaste demasiado... - y beso su frente para calmar, aunque sea un poco, los miedos de su amado.

- Lo siento... - A Pesar de tener de nuevo a su esposo en sus brazos, no le gustaba el olor a sangre, no de la sangre de su esposo. Por que había visto que estaba lastimado y sus miedos se confirmaron cuando este volteo rostro para escupir sangre, eso alertó sus sentidos.

Ignorando cualquier queja de su Omega lo cargó en sus brazos y salieron hacia afuera, pero uno de los que aún respiraba trató de matarlo al lanzar una de sus cuchillas, pero falló a tan solo rasgar una parte de su túnica. Lan Xichen no pudo evitar gruñir molesto, colocando en una de las paredes uno de los tantos talismanes que su difunto cuñado había creado, para luego salirse de ese lugar atrayendo a las criaturas que estaban afuera, dándoles un buen festín.

AnheloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora