Capitulo Ocho

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El viento cálido comenzó a soplar por las calles y barrios de la hermosa ciudad. La gran mayoría de los habitantes estaban muy molestos por tener que soportar el "Viento Zonda", ya que no les gustaba tener que limpiar el polvo y la suciedad que dejaba. El "Viento Zonda" es un viento argentino local seco y cálido que frecuentemente sopla y lleva una gran cantidad de tierra sobre las estribaciones orientales de la "Cordillera De Los Andes" en Argentina.

La canción "Jamás" de "Juan Ramón" se podía escuchar a través de los auriculares del MP3. José estaba sentado a la sombra del porche de la casa de su familia, el viejo sillón de su padre era muy cómodo para él. Acababa de terminar de hacer las tareas del hogar y se sentía muy cansado. Además de eso, tenía mucho sueño. Gracias a que vio Anime hasta la madrugada, solo pudo dormir cuatro horas. Le hubiera gustado dormir un par de horas más, pero les prometió a sus padres que limpiaría la casa en su ausencia y no quería decepcionarlos.

Hoy José vestía una remera deportiva gris, bermudas del mismo color y pantuflas oscuras.

Después de unos minutos, el joven somnoliento tomó su celular y pudo observar que eran las 13,10 horas. El calendario indicaba que era domingo 10 de marzo. En ese momento, miró hacia un lado y pudo ver que la "Saga" se encontraba a su lado. Sin pensarlo mucho, José extendió la mano y acarició la cabeza de su mascota. Mientras sentía como su amo la acariciaba, la perrita que estaba echada junto al viejo sillón se sintió muy reconfortada. Luego de unos segundos, él bostezó plácidamente y se reclinó sobre el sillón de su padre.

Mientras observaba el cerro frente a su casa, José pensó para sí mismo – Tengo mucho sueño, pero me divertí viendo "Monster Musume No Iru Nichijou"... Me encantan las chicas linda mitad animal -. El agotado joven no se arrepintió de haber visto un "Anime" completo en seis horas, pero sí de haber barrido por completo el frente de su casa. En pocos minutos su arduo trabajo habrá sido en vano gracias al "Viento Zonda", que comenzó a correr con más intensidad.

Mientras miraba como las hojas de los árboles empezaban a balancearse por el molesto viento cálido, José se dijo molesto – Mierda... Si hubiera sabido que el "Zonda" iba a llegar no habría barrido el jardín... Por lo menos la casa está cerrada, sí el viento aumenta el polvo no podrá entrar -. En ese instante, el somnoliento joven pensó en darse un baño y tomar una siesta. Quería dormir un par de horas antes de que regresaran sus padres, no deseaba oír las quejas de que no había dormido lo suficiente.

Antes de que pudiera levantarse del viejo sillón, José dio un gran y profundo bostezo. En ese momento, el agotado joven luchó para que no se le cerraran los parpados, pero el cansancio que sentía era muy grande. Después de cerrar los ojos, el sonriente muchacho murmuró entre sueños – Esta semana fue genial... Gracias a Evelin pude experimentar lo que se siente darle un Wedgie a una chica... estoy feliz...-. Al cabo de unos segundos, José se quedó profundamente dormido.

En ese instante, Cecilia salió tranquilamente de la casa de su familia y comenzó a mirar feliz a su alrededor. La sonriente chica rubia tenía planeado visitar la casa de su vecino y hablar con él, estaba dispuesta a pasar un buen rato con su amigo de la infancia. Además, quería saber por qué el joven estiró la ropa interior de la chica de cabello castaño de esa manera. No tenía ninguna duda de que se trataba de alguna especie de juego sexual.

Hoy Cecilia vestía una remera amarilla de manga corta, pantalón deportivo azul y sandalias marrones. Llevaba el cabello recogido en una pequeña cola de caballo.

Luego de recordar lo que había visto ayer a través de la ventana de su vecino, Cecilia empezó a jadear sin disimulo. Conocía a José desde que era un niño y nunca había visto ese lado de él. Durante su adolescencia, intentó innumerables veces iniciar un juego sexual con su querido amigo, pero José constantemente le decía que no. Siempre la vio como una hermana y como una buena amiga suya. La chica rubia conocía al tímido chico, sabía perfectamente bien que no intentaría tocarla inapropiadamente.

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