En el momento en que cruzó las puertas de la gran Universidad, José caminó con calma por el largo pasillo y, tras tomar su teléfono celular, pensó para sí mismo – ¿Qué debo hacer? Le digo o no -. El tema musical "¿Por Qué Te Vas?" de "Jeanette" se podía escuchar a través de los auriculares del MP3, pero el joven preocupado no estaba prestando mucha atención. Lo único en lo que se concentró fue en la duda que lo atormentaba.
José vestía ropa de trabajo. Remera roja de manga corta, pantalón negro y zapatos negros de suela gruesa.
Después de ver que eran las nueve y cinco de la mañana, el muchacho preocupado guardó su celular y, mientras caminaba hacia su salón de clases, pensó para sí mismo – Sé que Cecilia me prometió no decirle a nadie, pero Evelin tiene todo el derecho... Tienes todo el derecho de saber que ella conoce nuestro secreto -. A pesar de que las clases estaban a punto de comenzar, todavía había algunos estudiantes fuera de las aulas. En el largo pasillo se escuchaban las voces de muchos jóvenes hablando de las cosas que hicieron el fin de semana pasado. En el instante en que llegó a las puertas de su sala, José se detuvo y, tras apagar su reproductor de MP3 y guardarlo, pensó para sí mismo – Se preocupó mucho cuando Yesica nos amenazó, no quiero que Evelin sufra ni se preocupe -. Realmente no sabía qué hacer, pero tenía que decidir lo antes posible si decírselo o no.
Luego de pensarlo seriamente, el decidido joven suspiró profundamente y, tras entrar al salón de clases, pensó para sí mismo – Va a ser mejor que Evelin no se entere, no quiero que se avergüence aún más -. Confiaba plenamente en Cecilia, sabía perfectamente que ella no le diría a nadie lo que vio el día que los estaba espiando. El día que él le dio un "Wedgie" en su habitación. Una vez dentro del gran salón, José se relajó y, tras mirar a su alrededor, pudo ver que la hermosa chica de cabello castaño estaba sentada en su respectivo asiento. La mayoría de los estudiantes estaban presentes, pero el profesor Ávila aún no había llegado. Sin perder tiempo, el amable muchacho caminó en silencio hacia el asiento de Evelin y, al notar que su amiga no se había dado cuenta de que estaba a su lado, le dijo con una discreta sonrisa – Buenos días, pequeña ¿Cómo estás? -. Realmente estaba feliz de volver a verla.
En el momento en que lo escuchó, la chica de cabello castaño sobresaltada dio un pequeño grito ahogado de sorpresa y, dejando caer el libro verde de tapa dura que estaba leyendo atentamente, miró al joven con timidez. Estaba muy sorprendida, no sabía que había llegado su querido amigo. Después de ver la reacción de Evelin, el amable joven la miró con pesar y, tras levantar las manos para tratar de calmarla, le dijo sinceramente – Perdón, pequeña. No quería asustarte -. Quería sorprenderla, pero no quería asustarla. Luego de calmarse un poco, la sonrojada chica de cabello castaño miró hacia un lado y, tras tomar el libro que estaba en su pupitre escolar, le dijo con una tímida sonrisa – No te preocupes, estoy bien. Lo siento, no te vi entrar... Este libro es muy interesante y no podía dejar de leerlo -. No solo estaba concentrada en leer, también estaba pensando en las cosas que sucedieron durante el fin de semana.
Evelin vestía ropa de mujer. Una remera de manga corta con rayas blancas y rosas, jeans azules y zapatillas blancas.
Después de cerrar su libro verde y colocarlo sobre su pupitre, Evelin se puso de pie y, tras mirarlo con curiosidad, le preguntó tímidamente – ¿Cómo te la pasaste ayer? -. Quería saber si el "Viento Zonda" no le había causado problemas. Al oírla, el amable muchacho recordó todo lo que había pasado en casa de Cecilia y, tras sonrojarse levemente, le dijo con cierta seriedad – La pasé bien, mis padres regresaron el domingo por la tarde como prometieron ¿Cómo la pasaste con tu familia? -. Realmente no quería decirle que le había dado a la chica rubia de diecinueve años un "Wedgie" y algunas nalgadas. Luego de escucharlo, la hermosa chica de cabello castaño se sonrojó intensamente y, tras mirar hacia otro lado, le dijo con timidez – La pasamos muy bien... Mientras yo me divertía jugando con mis queridos primitos, mis padres y tíos se divertían charlando -. Definitivamente no quería contarle que su querida prima la había visto con un "Wedgie Colgante", por suerte Lucía prometió no contarle a nadie lo que había pasado.
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Experiencias Wedgie
Short StoryLa historia habla sobre la vida de unos jóvenes que después de conocer los Wedgie, se obsesionan con ellos. Ante todas las adversidades no van a dejar de disfrutar y practicar los placeres que pueden experimentar con esta tierna tortura. 🙂 Esta his...