Fijación.

Tres Años.

Me han pedido actualización, la neta estába a largando esto, porque tendría solo diez capítulos nada más. Y este es el último. Gracias por leer todo esto. Gracias por leer esto por tanto tiempo, los quiero tanto.

Naruto estaba de regreso en Konoha luego de tres largos años. De los cuales el último ha sido lo mejor de toda su vida. Aunque eso podía pensar después de regresar a casa y encontrase con Shikamaru.

Aunque el viejo pervertido estaba asustado de lo que le diría Iruka. Habían hablado sobre las cosas que se le permitían hacer durante el viaje y tal vez había roto todas las reglas con la voz de Naruto diciéndole que sí no lo entrenaba le diría a su padre. Sin saber que el pequeño demonio solo lo hacía por diversión, bueno, tal vez sí sería lo suficientemente cruel para hacerlo.
Pero conocía a Iruka su ira sería enorme, nadie saldría a salvo de ella. Ni siquiera Naruto qué había estado bromeando al respecto de avisarle a su papá.
Cuando encontró a su padre y le dio ese tonto libro de escritura erotica, pensó que eso sería suficiente para convencerlo de enfrentarse para evaluar su potencial, pero no, él hombre tuvo que ir a leerse el porno a casa. Era mejor que ni regresará, no quería encontrarse con una escena demasiado intensa para sus propios ojos.

Entonces le rogó a Shikamaru qué lo dejara quedarse en su casa por un tiempo. El Nara solo se rió diciendo que estaba bien, después de todo su madre y padre habían estado preguntando por el rubio desde su llegada. Sasuke había salido corriendo igual de casa en camino hacia la de Neji, quien parecía realmente resignado de tener al Uchiha con él un tiempo.

—¿No puedes llevar a tu hermano contigo?—pregunto él chico de ojos perla mirando a Sasuke sonriendo con diversión.

Neji quiso gritar de frustración, Naruto era un amigo cercano, Sasuke era claramente muy bueno en sus deberes Ninja y no fallaría ningún Misión, era un éxito y con Neji disfrutaría ser juntado para hacer misiones rápidas sin distracciones.
Pero también era consciente de que era la persona con la que menos quería mantener contacto en ocasiones, era demasiado meticuloso y su forma de ser dejaba mucho qué desear. A las chicas les parecía atractivo con toda actitud alejada de las personas y cara fría. Para Neji era la desesperación total tener que estar adivinando qué quería él chico.

—Sabes que no le agrada Shika—sonrió divertido, cómo sí se estuviera perdiendo algo que Naruto podía ver claramente—me voy para escapar de mis padres y sus... Cosas ¿y quieres que lleve a Sasuke ha pelearse con Shikamaru?—Alzo la ceja interrogante pero divertido.

A veces Neji podía ser un persona muy centrada en el destino y todas esas cosas absurdas qué Naruto había cuestionado fuertemente. Y en otros momentos se centraría en ser un buen tipo qué vive el momento, tal vez por eso nunca había notado las cosas. Naruto sintió lastima, en el fondo de su corazón sintió pena por su hermano y por Neji.
Pero solo pudo sonreir como el sol radiante qué su Papá decía que era. Iruka siempre le decía que con una sonrisa suave y ojos azules realmente cálidos podría convencer a cualquiera ya qué parecía un pequeño cachorro en busca de cariño.

—Sí lo dices de esa forma, creo que tienes razón—asintió mirando a su amigo con atención.

Sí bien Sasuke podía cuidarse solo, y claramente amaría estar solo. Sentía que Neji era un compañero muy capaz y disfrutaba de la compañía qué podía generar.
Entonces Naruto solo tomaría todos sus momentos disponibles para conseguir qué Neji y Sasuke se vuelvan amigos de primera mano. Y si salía una relación de esas interacciones, nadie podría demostrar que sería el cuñado más feliz de todo el mundo por esos dos estando en una relación. No, nadie podría decir que fue su culpa sí al final se juntaron para forma el clan más fuerte de la aldea, él solo sonreiría y golpeara a cualquiera que se atreva a decir algo de la pareja en cuestión.

—¿Ves?—sonrió con burla disimulada—además solo serán por un par de horas, hasta el enfrentamiento con mi padre—le resto importancia con un movimiento de muñeca.

Y se alejo corriendo y riendo de manera encantadoramente maliciosa, como sí hubiera algo oculto en lo más profundo de su mente y de la razón exacta de porque lo lanzó a convivir con su hermano.
Pero Naruto no diría nada en voz alta, solo dejaría que el par de densos se dieran cuenta. Corrió hacia Shikamaru qué lo había estado esperando tranquilamente recargado contra una pared.
Parecía tan dulcemente tranquilo y se veía tan bien con ese aire despreocupado, quiso suspirar como colegiada enamorada, pero solo brinco hacia él con la intención de ser abrazado.

—No había podido hacer esto—susurro apenas él chico lo sostuvo.

Shikamaru evito sonrojarse, mientras se reía contra el hombro de Naruto. Su fijación era alta y realmente persistente. Era tan suave cuando lo abrazaba qué nunca quería soltarlo. Estaba feliz de que Naruto pudiera quedarse en su casa aunque sea un par de horas antes de tener ese tonto enfrentamiento con Kakashi.

—Te extrañe—aseguro acariciando la cabeza del chico rubio—como no tienes una idea.

Deseaba dejar un beso suave en esas mejillas qué deberían estar rojas. Pero por la posición solo pudo dejar un pequeño beso en el hueco qué sé formaba entre el hombro y el cuello. El cuerpo contrario parecía relajarse a cada segundo de estarlo sosteniendo como sí fuera la cosa más valiosas del mundo entero.
Aunque no había equivocación en esa comparación, Naruto era la cosa más valiosa en su mundo. Claramente no podría tomarlo de otra forma, canturreo un poco cuando él rubio se alejo de sus brazos con la sonrisa más brillante y le dio un suave beso en la mejilla.

—Gracias por todo—sonrió sintiendo las manos en su cintura apretarse.

—Eres un tonto—aseguro dejando a su rubio en el suelo—vamos, mamá preparo tu comida favorita desde el momento que se entero que estabas de regreso.

—Tú madre es la mejor—tomo la mano del otro chico mientras caminaban con calma.

Naruto tarareaba alegremente moviendo sus manos entrelazadas de un lado a otro mientras sususrraban pequeñas noticias qué no habían podido compartir en tanto tiempo.
Parecían un par de almas gemelas qué habían estado separadas por tanto tiempo y ahora estaban en casa de nuevo. Nadie podría separarlos, no en esta vida y los dos se asegurarían de eso.