Fijación.

Tengo un problema contigo.

Naruto estaba emocionado. Hace unas semanas que había hablado con Iruka-sensei y Kakashi-sensei sobre formar una familia. Aunque en esta estaba incluido Sasuke no veía nada de malo. Solo Shikamaru había reaccionado como si personalmente lo hubieran hecho para hacerlo enojar.

—¿Estás bien?—preguntó él rubio al chico de cabello oscuro que hacía pucheros a su lado.

—No quiero que te vayas—confesó mirando el tablero de
shōgi con atención pura.

Naruto no era la mejor persona jugando, pero había mejorado con el pasar de los días. Era bueno en estrategias, no el mejor, pero claramente sabía sorprender al enemigo cuando parecía que todo estaba ha punto de terminar.

—Shika, no me iré muy lejos—sonrió moviendo un peón con cierto cuidado—y sí es porque pasaré más tiempo con Sasuke ahora, no deberías preocuparte.

—Iruka-sensei es genial—acepto mirando a Naruto a los ojos—Kakashi-San parece fuerte y amable. Pero Sasuke te hizo llorar, no puedo permitir que este cerca tuyo.

—Entiendo—el siguiente movimiento de Shikamaru dejo al rubio perdido y pensativo—pero no es tan malo. Solo fue que Sakura e Ino piensan que él personalmente me odia.

—Sakura no debió decir nada de eso—gruñó olvidándose de su juego para tirarse encima de Naruto en un abrazo poderoso—no eres raro, tampoco un monstruo, solo eres tú.

Naruto comenzó a reír al sentir como el tablero fue dejado de lado, las piezas tiradas por todo el piso mientras Shikamaru solo se acurrucó más en el abrazo.

—No debiste pedirle a tu padre que separara al equipo Ino-Shika-Cho—regaño con cariño el niño de ojos azules—ellas realmente no quisieron decir nada.

—Ino realmente quiso—aseguró—ella sabía lo que estuvo susurrando con Sakura antes de ponerte triste.

Pudieron seguir ahí, abrazados, discutiendo sobre sus compañeros de escuela. Hasta que Yoshino apareció con una sonrisa dulce en los labios. La mujer era ruda, decidida, con mano firme y cuando tenía a Naruto en la casa era como la persona más dulce del mundo, se volvía suave ante la mirada de cachorro a medio morir que le brindaban esos ojos azules.
Entonces esa mujer aterradora era dulce, claro hasta que Shikamaru o Shikaku la hicieran enojar notablemente.

—Naruto-kun, hay alguien buscándote en la puerta de la entrada—llamo la mujer de cabello oscuro con una suave sonrisa—y tú Shikamaru recoge el tablero de shogi.

Naruto se alejo del abrazo y le dio un beso suave en lo que parecía ser la esquina de la boca al azabache que se puso totalmente rojo. Para luego acercarse hacia Yoshino con una encantadora sonrisa que podría dejar ciego a cualquiera.

—Gracias, Yoshino-san—abrazo q la mujer con cuidado—debo ayudar a Sasuke con algunas compras hoy, fue idea de Iruka-sensei.

Shikamaru estuvo dispuesto a levantarse. Pero apenas el rubio se alejo de la escena su madre volvió a ser la mujer aterradora de siempre. Esta se cruzó de brazos mirando con una sonrisa divertida, pero con ojos que gritaban peligro.

—No señorito, recoge todo ese desastre—señaló al piso—y deja que Naruto pase tiempo con Sasuke, vivirán juntos a partir de la próxima semana.

—¡Pero mamá!—se levantó como un resorte de su lugar protestante—¡Sasuke quiere robarse a Naruto!

—Hijo—la mujer se cubrió los labios ocultando su sonrisa—Naruto puede ser tu fijación, pero eso no te da derecho a decidir por él—revolvió un poco el cabello del chico—algún día él se enamorara y tú tendrás que aceptar que tu fijación tenga una vida sin ti.

—¡Naruto no puede casarse con nadie!—el arrebato fue lo suficiente feroz y determinado como para que a Yoshino no le importara que su pequeño fuera grosero—¡Él va ha casarse conmigo!

Shikaku que estaba regresando de ayudar a Kakashi e Iruka con sus problemas para encontrar un lugar adecuado, aunque en realidad solo tomarían la residencia Hatake luego de un par de días de discusión y de como el clan Nara se ofreció para hacer una remodelación en la casa. Después de todo Naruto era parte del clan, era como un miembro más que se había ganado a todos con una sonrisa fácil y muchas maneras para ayudar a cualquiera que lo necesitará.
Escucho los gritos de su pequeño hijo de diez años, pensó que la idea de Naruto viviendo con gente responsable dejaría de impulsar la vena sobre protectora de Shikamaru, pero solo lo empeoró cuando este se entero que Uchiha Sasuke viviría con su Fijación. Naruto había causado una guerra entre los dos niños sin ser consciente de esto.

—¿Qué son todos estos gritos?—preguntó con un suspiro resignado, llegaba ha casa para no hacer nada pero se topo con una guerra campal—que problemático.

Nadie contesto, solo Shikamaru paso corriendo por su lado sin saludar. No le sorprendería mirar a su hijo moverse con ganas, sí no fuera que realmente había salido a toda prisa antes, pero de nuevo, Naruto haciendo su magia sobre él chico. A veces se preguntaba sí él niño contaba con un Jutsu de amistad que convertía a todos en seres funcionales y activos, de solo pensarlo se estremeció.

—¿Y ahora qué paso?—le preguntó a su amada esposa al entrar a la cocina. Ella parecía haber migrado hasta esta para conseguir algo que le hiciera saber sí estaba dentro de un genjutsu.

Ya que al parecer la liberación no había funcionado.

—Tú hijo acaba de declarar que se casaría con Naruto—la mujer apenas podía respirar ante las palabras era como sí hubiera comido algodón—realmente no estoy encontrá de eso. Pero nunca había alzado la voz.

—Bueno, parece que hace mucho eso con Naruto a su alrededor—comenzó a reír—se dice que los Nara no mostramos emociones, pero ese niño esta explotando a Shikamaru.

—Que problemático—declararon los dos al mismo tiempo riéndose.

—Me alegra que Naruto haga feliz a Shikamaru, aunque deberíamos hablar con él sobre los límites y con hablar me refiero que tú lo harás—declaró Yoshino.

—Que gran fastidio.

Yoshino-san siempre mandando a Shikaku al fuego cruzado. Jajajajaja esa mujer me encanta.