Kiss Me ִֶָ 𝗦𝗲𝘂𝗻𝗴𝗯𝗶𝗻

p r o l o g u e.

—Seungmin,  bésame. —dijo el pelinegro, mirando al mencionado. 

El peligris lo miró como si estuviera loco, sin poder creer lo que su mejor amigo le estaba diciendo. No dijo ni hizo nada, esperando a que en cualquier momento, Changbin  comenzara a reírse y le dijera que todo era una broma, pero eso jamás sucedió. 

—Somos amigos, Bin. —contestó el menor, después de una larga pausa, claro. 

—¿Creíste que era en serio? —dijo, soltando una leve risa nerviosa— Ya sé que somos amigos, tonto.

Seungmin no entendía qué diablos le pasaba a Seo, pero tuvo que admitir que se sintió aliviado cuando le dijo que estaba jugando, y no, no aceptó besarlo porque le dieran asco los homosexuales, no tendría sentido; él era gay. 

Debía admitir que Changbin era lindo, pero también sabía que podrían sentirse incómodos después si lo hacían aunque sea una vez.  De pronto un silencio incómodo se formó en la habitación, ambos jóvenes no sabían qué hacer ni donde mirar. Changbin sentía que la había echado a perder. El pelinegro se había dejado influenciar por Felix y Jisung, quienes le habían dado la idea. Se lamentó mucho pero sabía que lo hecho estaba hecho, no había vuelta atrás. 

—¿Qué ganas con que yo te bese? —pregunto de repente el menor, rompiendo el hielo. 

Changbin abrió los ojos como platos, jamás se espero esa pregunta, mucho menos así de directa. 

—Yo...—dijo en un susurro— no es nada importante. U-una tontería que se me ocurrió. —movió su mano derecha, intentando que el contrario no le tomara importancia e ignorarse el comentario, como si jamás lo hubiese dicho.

Kim alzó una ceja, aún sin entender la actitud del mayor. 

—Dame una razón y lo pensaré. —el peligris volvió a insistir. ni siquiera él creía que estuviese, básicamente, rogándole. 

Changbin estaba a punto de decirle que en realidad no importaba, que no se lo tomara en serio pero se vio a sí mismo traicionandose. 

—Yo quería saber qué se siente besar a un chico. —admitió y bajó la cabeza, avergonzado. Seguro seungmin le diría que no está para que Changbin experimente con él y dejarían de hablar para siempre.

Una vez más, el silencio reinó en el cuarto del más bajo, seguía incómodo, o eso pensó el pelinegro. Pues ninguno se miraba. Seungmin solo pensaba en si de verdad era buena idea y Changbin se pegaba mentalmente por haber dicho algo que no debía. 

Seungmin, con cuidado, se acercó al mayor un poco más y con dos dedos, tomó la mandíbula del contrario, volteandolo para que pudiera mirarlo. 

El de cabellos oscuros estaba sorprendido, seguro estaba soñando y esto no iba a pasar. Casi podía sentir a su padre llamando a la puerta de su dormitorio para ir al instituto. Pero no, ahí seguía el menor frente a él, acercándose de a poco a poco a sus labios.

Cuando la distancia se cortó tanto que podían sentir sus respiraciones chocar contra la otra, el peligris terminó por cortarla, besando los labios finos del mayor. Seungmin no pudo evitar meter su lengua en la cavidad bucal del más bajo, explorandola. Hacían una guerra de lenguas pero el peligris era quien llevaba el control. Cuando el aire comenzaba a faltarles, el menor se separó abriendo los ojos y Changbin lo imitó. 

—¡Besas bien! —habló el mayor, y Seungmin sólo pudo negar divertido.