Kiss Me ִֶָ 𝗦𝗲𝘂𝗻𝗴𝗯𝗶𝗻

n i n e

Dos semanas después, ya estaban de vuelta en casa. Ambos jóvenes salían a veces solo ellos o con sus demás amigos. 

Sin embargo, aquel día, por alguna razón, había demasiado frío que incluso negaba. 

En realidad a ninguno de los dos chicos les agradaba la idea de salir de sus casas debido a la temperatura que había en la ciudad. 

—¿Quieres venir? —inquirió Changbin, cuando el rubio contestó el teléfono. 

—Claro, ¿vamos a tomar chocolate con malvaviscos? —pregunto el peligris, divertido. 

—Es lo que siempre hacemos, ¿No? —replicó, encogiéndose de hombros, aunque sabía que el menor no podía verlo. 

Seungmin aceptó riendo, por lo que en seguida tomó un buzo negro, una chaqueta de mezclilla del armario que se encontraba en su habitación y en seguida fue escalera abajo, donde vio a su madre quien se encontraba sentada en la sala, viendo la televisión. 

—Voy a salir con Changbin —aviso el peligris, tomando sus llaves apunto de salir cuando la señora Kim lo detuvo. 

—Está nevando, Seungmin —replicó la señora— ¿por qué no te quedas aquí hoy? 

El aludido hizo una mueca.

—Estaré bien —dijo despreocupado y tomó el pomo de la puerta entre su mano. 

De nuevo, Sunhee lo detuvo. 

—Ve, —dijo y cuando lo giró, volvió a hablar, provocando que el joven echara la cabeza hacía atrás, algo fastidiado por la actitud de su progenitora— Pero ponte esto —cuando llegó frente al joven le puso un gorro y una bufanda tejida. 

Seungmin susurro un gracias y salió de la casa, sintiendo el aire frío darle en la cara. Por lo que, de mala gana sacó sus manos de los bolsillos de la chaqueta y alzó la bufanda hasta su nariz, para enseguida volver a meterlos a los bolsillos. 

Pronto no sentiría las piernas, así que tomó un autobús hasta lo del pelinegro. En realidad no quedaba muy lejos pero moriría de frío si caminaba hasta allá. 

Al poco rato llegó y caminó rápido hasta llegar a la puerta, donde tocó desesperadamente esta, mientras levantaba las piernas en un intento de mantenerse caliente. 

Pronto, Changbin abrió la puerta y le sonrió, haciéndose a un lado para dejar pasar al mayor y cerrando la puerta detrás de él. Seguro el mayor moría de frío. 

—Siento haberte hecho venir a pesar de que está nevando —Hablo Seo apenado.  

Seungmin negó con la cabeza mientras se quitaba el gorro y la bufanda, colocándola en el perchero que se encontraba a un lado de la puerta. 

Luego, se acercó a él y con un brazo rodeó la pequeña sonrisa del mayor, apegandolo más al menor para besarlo en forma de saludo. 

Changbin sin dudarlo dos veces le correspondió. 

—Está bien, me gusta estar contigo —susurro el peligris sobre los labios ajenos cuando se separaron para después depositar otro pequeño beso. 

Seo sonrió, sintiendo sus mejillas enrojecer levemente. 

Pronto, se dirigieron a la cocina, para preparar el chocolate caliente y colocando algunos malvaviscos al final. 

decidieron que verían alguna película en la sala para así disfrutar de su bebida. 

—Tenemos que ver esta —hablo el menor cuando ya estaban en el sofá, tenía una película en la mano, parecía romántica, pues en la portada había un chico cargando a una muchacha de cabellos rubios mientras la lluvia los empapaba. Seungmin rió levemente y asintió.— jamás la he visto, así que quise verla contigo. —susurro esto último, algo avergonzado con la confesión. 

Kim creyó que era la cosa más pura que había visto en toda su vida. 

En realidad, Seo saco el CD de su caja y la introdujo en el DVD para luego regresar junto al menor, sentándose a su lado. 

La película empezó y ambos jóvenes estaban concentrados viéndola, de vez en cuando llevando las tazas a sus labios, sintiendo como el chocolate caliente bajaba por sus gargantas. 

Cuando Seungmin terminó su bebida, dejó la taza en la mesa de centro y se acercó más al menor, para después reposar su cabeza en la curvatura del último. 

Debido a su cercanía, el peligris sentía su corazón acelerarse, no quería separarse nunca del de cabellos oscuros. 

Al cabo de un rato, la película había terminado y el de cabellos grises no pudo evitar depositar un corto beso en la nariz el mayor, quien la arrugó levemente. 

Luego el menor palmeo sus muslos, Changbin al principio dudo pero terminó cediendo, sentándose a horcajadas en el regazo de Kim. 

Seungmin rodeó sus manos en la cintura del pelinegro, quien lo imitó, pero rodeando su cuello y lentamente sus labios se unieron en un nuevo beso, lleno de ternura. 

El rubio le agradeció al chocolate caliente, pues los belfos del más bajo sabían deliciosos. 

Kim mordió levemente su labio inferior, provocando que Changbin abriera un poco la boca y el mayor introdujera su lengua, explorando la cavidad bucal del pelinegro. 

Se separaron un poco debido a la falta de aire, mientras se miraban con una sonrisa levemente. 

Luego, volvieron a besarse en un hambriento beso, provocando chasquidos al separarse llenando la habitación.  Al mismo tiempo que intentaban acercar más sus cuerpos, si es que eso era posible. 

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