Kiss Me ִֶָ 𝗦𝗲𝘂𝗻𝗴𝗯𝗶𝗻

e p i l o g u e

Dos meses después.

—¿Cuándo vas a traer a Seungmin a cenar? —preguntó el señor Seo, cuando terminó de masticar su comida mirando al joven. 

Changbin había comenzando a toser exageradamente debido a que no se esperaba aquella pregunta. 

El pelinegro quería morirse ahí mismo. 

Ni siquiera estaba seguro de porqué le había dicho que al fin estaban saliendo. 

Luego, Seo bebió un poco de agua y cuando se sintió mejor, hablo. 

—No lo sé, papá —admitió susurrando— últimamente está muy ocupado. —no era cierto, solo no quería tener a un Seungmin incómodo en una cena con su padre. 

Su progenitor soltó una leve risa. 

—Eres muy malo mintiendo, Bin —hablo negando levemente con la cabeza. 

Seo estaba consciente de ello. La verdad es que mentir jamás se le dio. Siempre reía o se ponía nervioso y eso en seguida lo delataba. 

—de acuerdo, —se rindió el joven y suspiro pesado— lo traeré el viernes. Pero no te prometo nada. —le advirtió y el señor Seo asintió sonriendo.

Changbin no estaba seguro en que mierda se había metido pero iba a intentar que su pareja no aceptara o estuviese ocupado. Aunque, si de algo estaba seguro, es que si este viernes Kim no podía, tendría que ser otro día porque Changbin conocía perfectamente a su padre. 

No iba a descansar hasta que tuviera aquella cena. 

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—¡Min! —exclamó el pelinegro llamando la atención del aludido. 

Era hora del almuerzo y el mayor había estado buscando a su pareja por horas o bueno, eso creyó. 

Kim estaba con sus amigos y al escuchar a su novio volteó enseguida y lo vio, dirigiéndose a él. Seungmin no lo pensó dos veces, y se levantó de su lugar caminando hacia su amante de cabellos oscuros.

—Bebé, ¿Que paso? —pregunto cuando llego enfrente del menor. 

—¿Tienes planes para el viernes? —inquirió Seo— dime que sí —juntó sus dos manos, rogando mientras cerraba los ojos. 

Seungmin soltó una leve risa. 

—¿Quieres que hagamos algo el viernes pero quieres que este ocupado? —cuestionó aun medio riendo, con una ceja alzada. 

Changbin respiró hondo y se armó de valentía. 

—Le dije a mi padre que salíamos y bueno, —hizo una mueca,  sin mirar al rubio— quiere que cenemos los tres el viernes. 

Kim abrió los ojos de par en par. 

Seungmin no sabía qué decir. No tenía una mala relación con el padre de su novio pero una cosa era cuando eran amigos y otra es ahora que están saliendo. 

El menor podía sentir los nervios crecer en su organismo y ni siquiera iba a ser la cena esa noche. 

—Si no quieres ir está bien, min —sonrió tranquilizandolo, pues notaba lo nervioso que Kim comenzaba a sentirse. Tomó la mano del menor y le miro a los ojos— le diré que no puedes y cuando estés listo, tenemos esa cena. Tal vez no quieras ir ningún día pero mi padre no me va a dejar en paz hasta que vayas.

Ahora fue turno de Seungmin respirar hondo, negando con la cabeza. 

—No, Bin —con su mano libre, la llevé hasta la cabeza del bajo y lo acarició suavemente— este viernes voy. —Hablo firme.