s e v e n

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La alarma de Changbin comenzó a sonar, dando a entender que era un día más en el que tenía que ir al instituto. 

Así que de mala gana, apagó esta y se paró de la cama dirigiéndose al baño para asearse. 

Algunos minutos después, salió y del armario sacó unos jeans negros rasgados, una camisa blanca y tenis del mismo color. 

Mientras cepillaba su cabello, oyó la puerta principal ser tocada y extrañado corrió escaleras abajo a abrir esta. Y cuando lo hizo, no espero a ver a su amigo sonriente. 

―¿S-seungmin? ―preguntó frunciendo el ceño levemente― ¿Q-qué haces aquí? 

―¿No es obvio? Vine para irnos juntos al instituto. ―dijo visiblemente.

―Creí que ya no lo hacíamos ―murmuró para si mismo aún si  entender y se hizo a un lado para dejar pasar al mayor a su casa― como sea, ¿Me esperas un poco? Aún no termino. 

El peligris asintió sonriendo y Changbin en seguida corrió subiendo las escaleras, dirigiéndose a su habitación para terminar de alistarse. 

Cuando ya hubo terminado, bajo de nuevo y se encontró a su amigo sentado en el sofá de la sala. 

Seo miro la hora en su reloj de mano, aún era temprano así que fue a donde Seungmin se encontraba y decidió tomar asiento a su lado. 

Sin embargo, el menor se le adelantó y lo tomó de la muñeca, para así sentarlo sobre su regazo. Cjangbin abrió los ojos de par en par y miro al contrario quien poco a poco se iba acercando a el, acortando la distancia entre ambos. 

Cuando ya sentían sus respiraciones mezclarse, Kim terminó por cortar la pequeña distancia que los separaba y estampó sus labios con los del mayor, este estaba un poco desconcertado así que no le correspondió en seguida, pero al final, terminó cediendo. 

Era imposible resistirse si lo agarraba así. 

El pelinegro se separó un poco y se acomodó menor entre sus piernas y rodeó su cuello con ambas manos. Seungmin lo imitó, pero este rodeando sus manos en la pequeña cintura de Seo y siguieron besándose. 

― No te había saludado. ―habló el menor cuando se separaron debido a la falta de aire mientras sonreía, depositando otro pequeño beso en los labios del contrario. 

Seo sonrió levemente sintiendo sus mejillas arder. 

―Me encantaría quedarme así contigo todo el día pero tenemos que irnos. ―dijo el peligris haciendo una mueca.

Comenzaba a hacerse tarde y lo último que querían era que no los dejaran entrar. 

―Nosotros podríamos quedarnos aquí. ―sugirió el menor en un susurro― sabes que mi padre no vuelve hasta tarde. 

Seungmin no pudo evitar soltar una carcajada echando la cabeza hacia atrás. 

― ¿Planeas no ir al instituto? ―inquirió aún medio riendo. 

―Si estoy contigo no me importaría. ―miró al menor, encongiendose de hombros y dejó un corto beso. 

―Lo siento, Bin. ―deposito un pequeño beso en la nariz del mayor— otro día será. —otro beso en su mejilla derecha― tengo algo importante que entregar hoy. ―ahora beso su mejilla izquierda― perdón. ―se disculpó nuevamente y le dio un pequeño beso en los labios del mayor. 

Seo no podía hacer nada contra ello. Sí era importante lo que tenía que entregar, así que asintió decepcionado sin mirar al alto. 

Seungmin odiaba ver al mayor triste por lo que tomó su mandíbula con su índice y el pulgar, obligando a mirarlo. 

-te prometo que algún día nos quedaremos aquí, -le sonrió leve- sólo tú y yo. 

Changbin aún se sentía triste pero intentó verse más feliz sonriendo mientras asentía frenéticamente, haciéndolo ver más creíble. 

Luego decidieron que era hora de irse, el pelinegro tomó su mochila y salieron de la casa. Ya era un poco tarde por lo que tomaron el autobús hasta el instituto, el camino era corto así que no tardaron mucho en llegar a su destino. 

Bajaron tomados de las manos, entrelazando sus dedos. Decisión del menor, pues a Changbin le daba algo de pena. Sabía que no tenía porqué molestarse pero sentía como si todo el mundo los estuviese viendo, asqueados. 

Seungmin, al ver esto, con su pulgar acarició la mano del mayor intentando calmarlo, Seo enseguida se giró a verlo, encontrándose con su amigo sonriéndole. 

¿Era posible enamorarse de alguien cada vez más? Changbin comprobó que sí, sintiendo su corazón acelerarse tanto que creyó que Kim lo escucharía. 

Al llevar al aula del mayor se mantuvieron afuera de este aún tomados de la manos, sin dejar de verse. Ninguno decía nada, pero sabían que no hacía falta, estaban cómodos con aquel silencio. 

Changbin por primera vez agradeció mentalmente que su profesora siempre llegara tarde, así se quedaría más tiempo con aquel Peligris que lo volvía loco. 

―Anda, entra. ―dijo el menor, rompiendo el hielo haciendo un movimiento de cabeza, señalando la puerta detrás de él. 

Changbin hizo un puchero y asintió, dándole un casto beso a Seungmin, despidiéndose, listo para entrar. 

Sin embargo, no iba a hacer un corto beso, pues el menor siguió besándolo aún más, sin querer separarse. Incluso rodeó su cintura con ambas manos apegándolo más a él. 

Cada beso se volvía con más fervor y Changbin no podía evitar soltar leves gemidos entre el beso, siendo callados por la boca del más alto. 

Los besos bajaron la intensidad y Seungmin aflojó su fianza en la cintura del mayor. Hasta que se volvieron cortos besos. 

―Ahora sí me voy, Binnie. ―dijo el peligris cuando se separaron. 

El aludido asintió sonriendo levemente y Seungmin depositó un pequeño beso en su frente, para después irse a su aula. 

Changbin después de ver al menor irse, entró a su salón con una gran sonrisa. 

Sus amigos lo notaron en seguida y comenzaron a hacerle preguntas que el pelinegro al principio se negó a contestarles hasta que, harto del interrogatorio, fingió derrota y les comenzó a platicar a los otros dos jóvenes. 

Kiss Me  ִֶָ  𝗦𝗲𝘂𝗻𝗴𝗯𝗶𝗻 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora