Sung D.
La sola idea del chico retraído y callado, enseñando algo tan expresivo como lo es la música, me llenó de intriga por el tema. Incluso aunque no había podido contactar directamente con Sook o Hoseok, sé que su conmoción será la misma.
Hoy en cuanto entro a mi hogar, siendo recibida por la ama de llaves de nuestra familia me parece curioso no ver a nadie de la familia cerca.
Ah, mi casa, la gran fachada extravagante de mi casa junto a su portón dorado no es desapercibida y el interior, lo es menos. Y como debería ser, mi familia tampoco se olvida fácil en los medios coreanos.
Dentro de la casa, una escalera curveada lleva a nuestras habitaciones, cada una con baño personal. Mientras, abajo, la cocina resplandece debido al cuidado del chef ocasional de la familia. La sala es grande, espaciosa, con una puerta al fondo que lleva a una gran librería de tres estantes y asientos o colchonetas donde puedo ir a leer, desestresándome.
El patio rodea la casa y detrás, una piscina está bajo el cuidado del jardinero. Sí, asombroso lugar, pero un bostezo luego de toda mi vida sin ver a mis padres como eso: mis padres. Solo son empresarios que me mantienen, aunque no niego que quiero más a papá, siendo el único que se ha esforzado por entablar una relación con sus hijas.
Subo las escaleras, quedándome de pie un momento contra la baranda del balcón que da la vista a la entrada central. Frente a mí está la puerta de Younghee. Sung Younghee.
Entro sin pensarlo de más.
–¿Algo nuevo? –cuestiona con suavidad.
Suspiro, tirándome sobre su cama mientras ella, con una imitación graciosa de mi suspiro, se voltea en su silla. Su cabello negro atado en una coleta alta la hacen ver amenazante, y no es para menos, la chica es fuerte, decisiva y seria, pero conmigo sé que se da el chance de ser comprensiva. Mi hermana me mira con una mirada un tanto cansada, ha de estar estudiando.
–Me castigaron en la institución por salvar a un chico de un abusivo.
Ella levanta sus cejas, incrédula.
–¿Desde inicio del curso lecti...?
–Iban a destrozarlo, el profesor llegó cuando intervine –simplifico. Al observar el techo, intento alejar el pensamiento de Min, pero me es imposible–, este mismo chico que ayudé resulta ser el nuevo tutor de música en la academia.
Ella sonríe, para seguido morder su lápiz con diversión. Younghee es diferente a mí, siempre ha querido su historia de amor verdadero, aun cuando sus malas experiencias la han hecho casi olvidar el tema, sé que siempre esperará a esa persona. Por eso, no me parece sorpresa su expresión pícara.
–No me parece coincidencia, hermanita.
Niego. La curiosidad me pica en mi interior por averiguar acerca de sus clases de música, pero únicamente por eso. Y es curioso porque sé que hace una semana, ni siquiera me hubiera importado lo que ocurre con un tercero, pero vamos, llega de repente y es el tutor de música en mi academia de talentos, ¿Qué es esto? ¿Un maldito drama? Ese chico tiene algo.
–Olvídalo. Lo único que sé de él es que es muy tímido, y que se llama Min Yoongi.
Antes de dar la vuelta en su silla, Younghee frunce el ceño mirándome fijamente.
–¿Min Yoongi? Estoy segura haber escuchado ese nombre antes...
Me incorporo justo cuando ella gira, dándome la espalda y siguiendo en sus cosas. Observo un momento su espalda, pensando acerca de esto porque, pues... es imposible. El chico es nuevo aquí en Seúl y en la institución. No debe ser nada, alguna coincidencia.
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"Melodías Entre Letras" || Min Yoongi || De: EveAndEly
Roman d'amour"-Quizás algún día, mis letras calcen con tus melodías, Yoongi." Todos sabemos la ley de los artistas. Los extrovertidos cantantes, bailarines y músicos, contra los introvertidos pintores, escritores y fotógrafos. Pero, ¿Qué sucede cuando una escri...