◌ ◌ ◌╰── - ̗̀ Capítulo 11 ̖́- ──╯◌ ◌ ◌

86 12 9
                                    

Cuatro días después

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuatro días después

Todos estos días que han pasado fueron estresantes para mí, Izan no me ha parado de llamar y mandarme mensajes de voz y de texto, yo los he ignorado todos —resoplo—. No quiero que Matteo haga algo en contra de Izan, otra vez, prefiero que las cosas se calmen un poco, muy pronto mi hermano estará ocupado en otras cosas y no tendrá tiempo de atormentarnos.

— Tabí —me llama Edmond.

— Si ¿Qué paso mi amor? —pregunto cerrando la laptop

— ¿Ya está todo listo para esta noche? —me pregunta

— Si —tomo mi laptop, la llevo a nuestra habitación y Edmond me sigue

— Tabí —se para en el marco de la puerta—. ¿Estás bien? te veo un poco decaída y preocupada.

Edmond me conoce tan bien, la verdad es que estoy algo cansada y preocupada, en mi mente solo están las amenazas de Matteo, la cena de hoy, la insistencia de Izan y para completar mis preocupaciones un cliente demasiado exigente, hasta ahora no le han gustado ninguno de nuestras ideas y la verdad es que no entiendo que es lo que quiere, lo malo de todo esto es que el señor ya nos dio un adelanto del 50% del presupuesto —suspiro cansadamente.

— Solo estoy un poco cansada —me siento en la cama—. Pero se me pasara.

— Tabí sé que estas preocupada por lo del señor ese que no le gusto ninguna de tus propuestas —me dice y se sienta a mi lado.

— Si —suspiro—. Y ya no tengo ideas y mi equipo tampoco —me echo hacia atrás.

— Mi amor, tranquila —se apoya y me mira con su sonrisa tan hermosa—. Deja de pensar en eso al menos por esta noche, disfruta la cena —sonríe—. terminando la cena tomas uno de tus baños con velas y te relajas, luego te duermes y mañana estarás más relajada y podrás pensar mejor en nuevas propuestas.

— ¿Crees que podré disfrutar de esta cena? —le pregunto irónicamente.

— Tabí haz un esfuerzo —me toma de los brazos y me obliga a sentarme—. Trata de no pelear con Matteo y….

— Ser la mejor esposa del mundo —digo—. Y causar una buena impresión.

— Tu ya eres la mejor esposa del mundo —se acerca y me besa tan tiernamente.

Mientras nos besamos yo me acomodo mejor y prolongo nuestro beso, Edmond muy sutilmente baja sus manos por mi espalda hasta el primer botón de mi blusa, lo que provoca que me separe de nuestro beso y lo mire.

— Edmond —digo sorprendida—. Nos escucharan.

Es verdad, en nuestro departamento hay muchas personas, Nana está supervisando al catering que contratamos para la cena de hoy, además de las personas que están limpiando y arreglando la mesa. Tiene que salir perfecto ya que vendrán mis suegros y no quiero sus críticas, no tengo cabeza para soportarlos.

Infieles (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora