◌ ◌ ◌╰── - ̗̀ Capítulo 49 ̖́- ──╯◌ ◌ ◌

54 7 0
                                    

Dejo los documentos ya firmados que tengo que entregarle a mi secretaria a un costado de mi escritorio, he tenido una mañana complicada y muy cargada de estrés —respiro profundamente—

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dejo los documentos ya firmados que tengo que entregarle a mi secretaria a un costado de mi escritorio, he tenido una mañana complicada y muy cargada de estrés —respiro profundamente—. Me estoy haciendo cargo temporalmente de las responsabilidades de Ainara, ayer tipo las diez de la noche me llamo y me comento que estaría ausente al menos por una semana, por su voz y lo poco que me dijo, sé que es algo relacionado con algo familiar, espero que no sea nada grave y solo sea algún malentendido —reviso si me he olvidado firmar alguna hoja—. Tomo todas las carpetas firmadas y salgo de mi oficina, doy una vista rápida y veo a un costado un grupo de empleados sentados al rededor de uno de los escritorios, al menos hay unas diez personas que están hablando entre ellas y comiendo lo que parece una caja de donuts, pero lo que más gracia me hace es que una de ellas es mi secretaria —me rio sutilmente—. Doy dos pasos y uno de los empleados se da cuenta de mi presencia, se asusta y empieza a avisarles a los demás que me miran y abren de par en par los ojos, no tarda mucho y todos empiezan a irse a sus escritorios, entre ellas mi secretaria Lucie, que se acerca rápidamente a mí.

— Discúlpeme, por favor —me dice apenada con su taza de café que se nota que recién se preparó—. ¿Necesita algo? —deja su taza de café en su escritorio.

— Tranquila, pueden seguir hablando y reunirse, pero no descuiden sus obligaciones o estén horas y horas hablando —digo y miro a los que aún se han quedado o están cerca.

— Por supuesto, gracias —se queda más tranquila.

Con tal que no estén muchas horas hablando y hablando de tonterías o chismes estúpidos no tengo problema, porque esto es una manera de que todos se distraigan un poco y bajen su nivel de estrés, además de que socialicen entre ellos.

— Toma —le doy las carpetas—. Son las carpetas que me diste hoy y ya están revisadas y firmadas, las primeras dos —le indico—. Son las que tienes que mandar al buffet y asegúrate que sean archivadas, por favor que estos son contratos muy importantes

— Está bien, me aseguraré a que sean archivadas correctamente —sonríe y empieza a revisarlos, mientras yo me doy la vuelta para volver a mi oficina.

— Ahh, sí —recuerdo algo y me doy media vuelta para volver a verla—. Por favor, comunícale al director de fotografía que revise su correo, dile que ya le mande el itinerario y los boletos confirmados a la hora que me dijo.

— En... —se calla y mira fijamente a un costado de mí—. El director de fotografía está viniendo —me señala y me doy la vuelta. En efecto, el director de fotografía está viniendo hacia mí.

— Tabi... —escucho mi nombre

— Ben, justo estaba pidiendo que te llamen —me acerco a él.

— Para que soy bueno —sonríe, por su forma de hablar, veo que está alegre.

— Te acabo de mandar el itinerario y sobre todo los boletos para ti y tu equipo, ya están revisados y confirmados, me aseguré que esta vez estén todos juntos y no dispersados como la otra vez.

Infieles (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora