◌ ◌ ◌╰── - ̗̀ Capítulo 37 ̖́- ──╯◌ ◌ ◌

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Una doctora sale de la habitación de Tabi y al verla todos se han acercado, rodeándola, yo me abro paso y me paro frente a ella y a lado mío esta Edmond

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Una doctora sale de la habitación de Tabi y al verla todos se han acercado, rodeándola, yo me abro paso y me paro frente a ella y a lado mío esta Edmond.

— ¿Cómo está mi hermana? —pregunto rápidamente.

— ¿Cómo está mi esposa? —habla también rápidamente Edmond.

La doctora nos ve a todos y se sorprende, de seguro se sorprendió porque hace muchas horas atrás no debió ver a nadie. Ella da dos pasos hacia atrás y levanta las manos indicándonos que nos calmemos, lo cual hacemos.

— Buenos días, soy la doctora Alejandra Ovidio —nos mira muy seriamente—. En estos momentos la paciente —mira su libreta—. Isabelle Tabatha Lougthy se encuentra estable, la cirugía que se le practico fue muy complicada —nos dice seria—. La Paciente llego presentando una contusión cerebral, producto de algún golpe en la cabeza al momento del accidente —revisa algo en su libreta—. Tuvo una hemorragia interna abdominal, la cual ha sido controlada, también presenta una fractura de los huesos del antebrazo y de la pierna derecha.

— Tabi —alguien lo dice, pero no presto atención de quien es.

Las palabras que la doctora dice hacen que me falta aire, no, no, no, no, esto debe ser una broma... Tabi no puede estar así, no puede ser que ella sea la que se llevó la peor parte del accidente —pongo mi mano en mi frente y trato de respirar mejor, de verdad me está faltando aire—. La doctora debe estar mintiendo, quiero creer que esto es una de las bromas pesadas de Tabi

— Lamentablemente en el traslado de la paciente al hospital sufrió un aborto espontaneo, provocado por los golpes del accidente y perdió su embarazo —nos dice muy triste—. En estos momentos no puedo darle ningún pronóstico sobre la mejoría del paciente, tenemos que esperar a que despierte para poder examinarla mejor y hacerle otros estudios que necesitara para descartar secuelas o cosas que no hemos visto.

— ¿Qué? —decimos al unísono casi todos

— Disculpe usted está equivocando, mi esposa no estaba embarazada —dice rápidamente Edmond

— ¡¡Oh mi dios!! —dice alguien que está detrás de nosotros

— Eso es una mentira, usted está mintiendo —digo aturdido procesando lo que me dijeron

— No señor, lastimosamente no es una mentira, según los estudios que le practicaron a la señora Williams determinaron que apenas tenía tres semanas de embarazo y lo más probable es que aún no haya tenido ningún síntoma. Lo más seguro es que ni ella sabía que estaba embarazada.

Apoyo la mano derecha en la pared y bajo la cabeza, las palabras de la doctora retumban en mi cabeza y un dolor intenso en mi pecho empiezo a sentir, este dolor es la culpa... la culpa de dejarla sola, de no creer la gravedad del accidente y no prestar la atención que requería.

— Necesito ver a mi hermana —me acerco y trato de entrar a la habitación, pero la doctora se interpone y no me deja entrar

— Señores —nos mira a todos—. La paciente en estos momentos se encuentra dormida a causa de la anestesia, además no se olviden que estamos en el área de terapia intensiva y cualquiera no puede entrar. Solo por esta vez se hizo una excepción y al menos ustedes pueden estar en los pasillos —nos dice seria, pero a mí no me importa lo que dice.

Infieles (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora