Lo curioso de la música

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La música. Otra fuente de curiosidad, porque, aunque sea tan solo un conjunto armónico de sonidos, es capaz de hacernos reír, llorar, alegrarnos o puede que incluso transportarnos a otro mundo. Es maravilloso el cómo somos capaces de relacionar la música que escuchamos con momentos, lugares y, sobre todo, personas.

Es casi mágico el como, sólo con música, empezamos a visualizar aquello con lo que la relacionamos, así como escuchando cierta canción puede aparecerse esa persona. Cada uno tiene su canción, pero en lo que coincidimos es en la sonrisa que se nos dibuja cuando escuchamos esa canción, y vemos a esa persona, porque, sin darnos cuenta, queremos estar cerca de ella y que escuche lo que nosotros, disfrutando juntos del placer de un momento así. Porque, si un momento puede ser mágico, con música no sólo será así, también será recordado y aparecerá, como si de presente se tratara, cada vez que suene ésta de nuevo. Es como un portal que detiene el tiempo, lo congela a lo largo de los años para que podamos, como dando al botón de reproducir, repetirlo tantas veces como queramos.

Otra maravilla de la música es el poder compartirla, pues cada uno guarda la suya como un tesoro, una pieza de arte acústico que queremos que otros disfruten, o simplemente quedárnosla para nosotros, esperando algún día con quién intercambiar gustos. Porque al compartir se descubre y, como dije, descubrir nos encanta. En este caso es porque, mientras esa persona comparte su tesoro contigo, tiene un brillo en los ojos, deseosa de que te guste para que la guardes y, siempre que la escuches, se te aparezca. Compartimos nuestra música con gente cercana, pues dice mucho de nosotros lo que escuchamos y en qué momento lo hacemos. Es bonito también el que, compartiendo una canción, estéis los dos con los ojos cerrados, unos auriculares compartidos y uno de los dos tarareará  las primeras veces, pero el otro no tardará en seguirle, dando por entendido que ya tiene ese momento a congelar con esa banda sonora, vuestra banda sonora personal, de nadie más. Lo habéis decidido sin haberlo hecho y ahora es vuestra canción, una canción que os ayudará a ambos en los momentos en los que os sintáis que no podéis más, que no se puede seguir. Simplemente tenéis que darle al play y congelar el tiempo, cogidos de la mano nada pasa a vuestro alrededor. Es imposible no encontrar curiosidad en un sonido ordenado capaz de ésto, y por eso lo disfruto.

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