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-¿Y el agua? - Tae encogió sus hombros- ¿no tienes agua aquí?

-No, tengo saliva ¿quieres? -estiró sus labios mientras rodeaba mi cintura y me atraía a su cuerpo por detrás.

-Me moriré de sed y quedará en tu conciencia- dije riendo.

Ahora nos encontrábamos en su departamento. Que por cierto era otro y muy bonito además, era más espacioso y tenía más habitaciones. Según él cambia de lugar seguido. Es lo que diría yo...vida de millonario. Te aburres de una cosa y lo cambias por otra sin importar que.

-¿Cuando le contaremos a Eun-Sang?, no quiero parecer impaciente pero -suspiró- digámosle ya. No aguanto otro segundo.

-Opino lo mismo, creo que...ya me siento lista para decirle. Aunque la verdad... me inquieta saber su reacción. ¿cómo crees que estará con eso?.-dije

-mmh, no lo sé... también tengo un poco de miedo... . No se si realmente pueda cumplir sus espectativas y ser un buen padre para ella. No quiero construir una relación a base obsequios.

-Con el tiempo podrás superarte- me giré en mi lugar, sus brazos seguían rodeando mi cintura.

- ¿En serio crees eso? -asiento suavemente con la cabeza y sonrío cálidamente transmitiéndole un poco de seguridad- Ash. Eres tan buena madre, ¿Lo aprendiste sola?

- Mhm -una mueca se formó en mis labios- lo aprendí más sola de lo que crees... Fue...algo extraño- bajé la mirada envocando un recuerdo.

-Debió ser difícil cargar con todo -musitó entristecido creando un pequeño puchero con sus labios al finalizar. Coloqué ambas manos sobre sus hombros y las deslicé hasta sus mejillas enderezando asi su cabeza para poder besarlo.

-Eso ya pasó, ahora no tiene la misma importancia que años atrás...y no es momento de sentirse culpable. Lo importante aquí es que... tenemos una hija que necesita mucho de nosotros, verás que aprenderás a ser mejor para ella en un futuro.

Sus labios definieron una curvada sonrisa. Rozó nuestras narices y picó con sus labios sobre los míos, finalmente extendiendo el último beso

- ¿Qué tal si... hacemos otro bebé? -propone con una sonrisa.

-Hagamos dos -respondí sonriente

Claro que, eso solo era una broma. Sabíamos que no podríamos tener bebés por ahora. Primero debíamos acomodarnos en todos los sentidos.

De inmediato atrapó mi boca en un fugaz beso que correspondí sin dudar una milésima de segundo. Comenzamos a moverlos haciendo que encajaran perfectamente entre si.

Me separé y levantando mis brazos de deshice de mi camisa holgada color blanco dejando a la vista el lindo modelo de mi sostén color negro. Ayudé a Tae quitar su camisa para una vez dejarla caer al suelo, sonreír y volvernos a besar con desespero.

Puso sus manos en mi trasero y me incitó a subir sobre su regazo. Evidentemente envolví las piernas en su estrecha cintura y con dificultad nos acercamos a un sofá que parecía el más grande del departamento.

La noche iba cayendo y las luces estaban apagadas por lo que por obvias razones habia cierta oscuridad en el ambiente, pero sinceramente no importaba.

La lujuria y el deseo reflejado en los ojos de mi chico era mucho más importante, ya que esto solo conseguía ponerme más cachonda y deseosa.

Se colocó entre mis piernas mientras me besaba salvajemente. Desabroché su cinturón siguiendo por inercia los movimientos de sus apetitosos labios rosados y suaves. Él terminó de bajar sus pantalones junto a su bóxer hasta destapar su erecto miembro decretando liquido pre-seminal.

Broken Wings (ᴋ.ᴛ.ʜ ʏ ᴛᴜ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora