Capítulo 30

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Taehyung

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Taehyung

Semanas después

Blanquear los ojos es fácil. ¿Prueba de ello? Miren esto.

—En serio, ambos deberían hablar, han pasado semanas desde ese maldito día y en serio no entiendo como es que han podido evitarse como la peste cuando es obvio que ella está loca por ti y tú estás loco por ella. —murmuró cruzándose de brazo, fingiendo estar enfadada.

Blanqueé los ojos dándole una ignorada olímpica. Llevaba todos los malditos días de cada semana hablando de lo mismo. Al parecer mi mejor amiga no estaba interesada en dejarme olvidar mis sentimientos por la castaña embustera y puta.

—Taehyung... ¡¿Siquiera me estás escuchando?! —gritó ofuscada.

Los estudiantes a su alrededor la habían escuchado y la miraban como si estuviera loca. Los entiendo, si está loca.

—La verdad es que no. —comencé mi andar.

Me siguió mientras no dejaba de cotorrear. Me juzgaba como si fuera un juez y no dejaba de reclamarme el que me hubiera acostado con Joy.

Sorry not sorry.

El momento en el que me acosté con Joy, no fue uno de mis mejores momentos. No estaba en mis cabales, se puede decir que en lo único que pensaba era en dañar a Sunghye, en lastimadla y hacer que le doliera la traicion tanto como me había dolido a mi.

Levanté mi mano hacia Irene y la miré serio.

—Necesito que te calles. —dije completamente cansado de su cotorra.

Me miró a los ojos, se veía cansada, agotada, pero yo lo estaba más, y si seguía hablándome de Sunghye no iba a ser exactamente una buena persona.

—Y después preguntas por qué la gente te deja solo. —murmuró y salió caminando a toda prisa.

Justamente,  en ese momento solo me apetecía estar solo. Abrí mi casillero y me miré en el pequeño espejo que guardaba en el mismo. Las ojeras eran bastante notorias y no importaba cuánto Irene las hubiera maquillado. El cansancio lo destilaba cada uno de mis poros, y la pena la desprendía mi sola presencia. Me sentía mierda, me sentía pésimo, y aunque habían pasado varias semanas, yo seguía sintiéndolo como el día que había visto esa foto. Aún la guardaba, era un completo masoquista y aún la tenía guardada, solo que no me atrevía a verla nuevamente. El día que la había visto, estaba borracho, mareado, y enamorado, incluso recuerdo haber confundido a varias chicas con Sunghye, porque mis ganas de verla eran demasiado grandes. El enamoramiento se rompió en pedazos como un cristal cuando vi la foto, y aunque ahora solo era un recuerdo borroso en mi mente por el estado en que estaba cuando la vi, no quería volver a verla, no quería sentir el mismo dolor y la misma decepción.

STALKER ; Kth ¹ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora