Capítulo 33

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Sunghye

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Sunghye

Dua Lipa - Levitating 🎶

La luz del sol me hace apretar con fuerza los párpados. Me remuevo dándole la espalda a la ventana pero me sobresalto cuando siento la conocida sensación del agua fría encima de mi piel.

—¡Irene! —me quejo abriendo los ojos para mirarla con un claro deseo de muerte en mis ojos.

Ríe alejándose de mi con el cubo en mano. Me alegro de solo dos cosas, la cama no es mía, la casa tampoco, por tal, yo no seré quien saque el colchón a secar.

Vuelvo a aniquilarla con la mirada para luego taparme de pies a cabeza con la sábana, importándome poco que esté ensopada en agua.

—Te odio. —gruño cerrando los ojos para acomodarme mucho más en la cama de mi amiga y abrazar de paso, su almohada.

Escucho su risa y hundo mi cabeza en la almohada para seguir durmiendo.

—Vamos Sunghye, no puedes estar tan amargada hoy, es... —habla pero la callo Antea de que termine.

Lanzo la almohada en su dirección y caigo de bruses en el suelo enredada entre las sábanas dándome un buen golpe en el trasero.

—Ni siquiera te atrevas. —vuelvo a gruñir cual perro y ella solo se encoge de hombros.

—Lo único que sé, es que hoy no te la vas a pasar como alma en pena, iremos al instituto, y cuando volvamos la vamos a pasar de puta madre porque queremos y podemos. —aclaró acercándose a mi para ayudarme a levantarme del suelo.

Tomé la mano que me ofreció y me levanté dejando el amasijo de sábanas en el suelo. Recordé que había agotado en los dos dias que llevaba allí, la poca ropa que había llevado.

—No tengo que ponerme ahora. —me rasqué la nuca.

Mi amiga solo me observó y me hizo sentarme en la cama. Se dio la vuelta para comenzar a buscar algo de ropa en su closet. Irene, ella había demostrado ser una verdadera amiga, y también había demostrado que el tiempo de amistad solo es un número, que cuando una persona es tú amiga, lo es sin importar qué. Sonrió y me miró por encima del hombro sacando un perchero con un bonito vestido de cóctel color rojo. Negué varias veces con mi cabeza al ver sus intenciones.

—Definitivamente no me pondré eso. —aseguré mirando el vestido.

Era precioso sin duda, pero no era el tipo de vestido con el que vas a clase. Su color rojo era hermoso y muy llamativo, tenía un estilo único y resaltaba las caderas de quien se lo colocara, pero el escote en la espalda era algo de otro mundo. Irene me miró a los ojos con una sonrisa burlona.

STALKER ; Kth ¹ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora