Le coeur de la mer...

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La vida en el Santuario y Anexos

Le coeur de la mer... El corazón del Mar (Titanic no incluido, se vende por separado)

- Hoy es el día...

Una rubia tomaba sus maletas y se dirigía a la superficie, hoy era el gran día...

...

Grecia, puerto El Pireo, 7:45 am...

Elegante mansión hallábase sobre imponente acantilado, de blancas paredes marmolinas, su interior prodigaba de la más absoluta pulcritud.

Ambiente de elegancia y refinamiento se respiraba por cada estancia. Incluso los criados eran una oda al buen gusto.

Los Chefs y cocineros ya en la enorme cocina preparaban el desayuno para el amo, sólo los más selectos ingredientes. Las mucamas comenzaban ya la faena, mantener como cada día, esos pisos, candelabros, muebles, columnas y ornatos, tan limpios y lustrosos como las estrellas del firmamento. Mucho cuidado habrían de poner en cada aspecto, pues cada candelabro, cada mueble, cada adorno por pequeño que fuera en esa casa, no sólo era invaluable en precio monetario, sino en material, tiempo, significado y procedencia.

Los deslumbrantes candelabros hechos del más fino swarovski ruso. Muebles de ébano hechos a mano, recubiertos en seda de 6000 hilos, con filamentos de hilo de oro autentico en los bordes. Adornos que databan, algunos, de más de mil años. Piezas arqueológicas, jarrones Ming, figuras Degas, Rembrandt y Monet adornando paredes y vitrinas.

Ninguna otra familia griega gritaba a todo pulmón "refinamiento" como la dinastía Solo.

Y en el piso más alto, las blancas cortinas ondeaban al viento, fresca brisa mañanera, saludaba con gusto salino al amo del lugar...

Diario me levanto a las seis de la mañana, cuando todavía ni me quito las lagañas, voy a la cocina y prendo el televisor, todo desvelado veo el pronóstico de hoy, que si va a llover que si saldrá el sol, a mi eso me va y viene, verla es mi intención, hay una tormenta dentro de mi corazón, se pronostican lluvias si yo no tengo su amor.

- Estoy enamorado de la que da el clima, los días nublados los ilumina – en mano cual micrófono tenía un fino cepillo para cabello hecho de cerdas naturales... el elegante Julián Solo, el aristócrata, bailaba a ritmo de cumbia en su habitación, mientras en los instrumentales cepillaba su largo y sedoso cabello sin perder el ritmo.

Tan elegante, y ordinario...

Lo suyo era la música, no por nada traía siempre consigo a Sorrento y su flauta. Como el ritmo de las olas, la música vivía dentro de él. La mayoría de sus generales marinos, tocaban algún instrumento. Incluso había instado a Kanon a aprender a tocar la guitarra pero la brutal falta de coordinación, talento y de oído musical del gemelo, matado habían en el Dios toda esperanza o intención de proseguir en tal empeño, pues, su dragón marino tenía todo para ser un guerrero, pero nada para ser un artista...

- ¡Eh, eh, eh! ¿Qué? ¡Raaa! –sí, eso de girar a la Michael Jackson se le daba muy bien... mientras no fuera en piso del baño -¡Aaah!

Elegante trasero hizo contacto con elegante suelo de mármol, causando señorial dolor punzante en tan dignas posaderas, sin embargo, sin perder alegría, con garbo se incorporó de alegre corazón el siniestrado petimetre.

Terminada su rutina de acicalamiento, augusto en porte y vestimenta, el amo del lugar bajó a su desayunador privado y con tiernos cuidados poso su siniestrado trasero en la cómoda silla de esponjoso cojín.

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