Día de muertas: Porque las fans nunca mueren 2

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La vida en el Santuario y Anexos

Día de muertas: Porque las fans nunca mueren 2

*...*...*...*

Habitación estrecha, pasillos de la primera planta...

Encerrados en una habitación se encontraban Dohko, Shura Aioria y Shion.

- ¿Cómo terminamos en el cuarto de las escobas?

- Porque Dohko tuvo la brillante idea de ponerse a jugar al mono cilindrero bailando frente a una manada de zombis para demostrarnos que todas eran ciegas.

- ¡Yo qué iba a saber que no todas eran ciegas! Se supone que no deberían tener ningún sentido... ¡Se supone que ni siquiera deberían de estar vivas!. Cuando vea al inútil de Afrodita le voy a patear el cu-

- ¡Dohko, hay niños presentes! Cuida tu boca. –reprendió fuertemente el patriarca.

- Maestro Shion no exagere, ya no somos unos niños.

- Aioria tiene razón su Ilustrísima. Sé que para usted siempre seremos sus pequeños y lo agradezco, pero no debe olvidar que ya somos unos hombres.

- Ya lo sé Shura -le dijo con una sincera sonrisa –y estoy orgulloso de los grandes hombres en que se han convertido –Ambos caballeros sonrieron, que bonito momento familiar... -¡Tengan! –con toda la ternura de un padre amoroso, les metió a ambos una paleta de cereza en la boca. –Como premio por ser tan buenos caballeros. Y te decía Dohko que no-

- ¡Maestro! –le recriminaron sacándose la paleta.

Pero Shion les volvió a meter la paleta en la boca –Silencio pequeños, cuando los adultos hablan los niños no interrumpen.

No, para Shion nunca dejarían de ser sus niños. Y a fin de cuentas la paleta estaba buena...

- Y como te decía Dohko, cuida tu vocabulario. Además esto no es culpa de Afrodita.

- ¡Sus rosas debieron matar a esas locas! No está haciendo las cosas como debe. ¡Ese jardín no es para su esparcimiento personal!

- No seas injusto Dohko. Después de todo la casa de Piscis le pertenece a su caballero en turno no sólo para proteger, también es su hogar, y si quiere poner rosas normales por medio jardín está en su derecho. Pero no creo que esa sea la razón de esto, debe haber otra explicación. Todos estamos plenamente conscientes de la letalidad de sus flores, en especial las que bajan las laderas.

- ¡Pues algo hizo mal! –finalizó muy digno cruzándose de brazos.

- Ya veremos qué pasó, lo que importa ahora es salir de-

- ¡Aaaaaahh!... ¡Mamaaaaaaa!... ¡Ayudaaaaa!... –los aterrados gritos provenientes de algún lugar lejano hicieron callar a Shion y le helaron la sangre a los otros.

- ¿Qué es eso?...

- ¿Estarán torturando a un compañero?...

Los adultos, los hombres hechos y derechos Shura y Aioria, se aferraron a la túnica de Shion como cuando eran niños y Shion paso sus brazos por cada uno como padre protector primerizo. Los tres mirando con incertidumbre a Dohko.

- Deberíamos ir a ver...-sentenció el Chino no muy seguro de sus palabras.

- Ir... ¿para allá?...

- Claro Shura ¡no podemos abandonar a nuestros compañeros!

- No, sí podemos.

- ¡Aioria! –le reprendió Shion.

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