ONE-SHOTS DE TODOMOMO

UN DIA DE COLOR ROJO(PT.2)🤕🤕🤕

Me encontraba recostada sobre la cama mientras me limitaba a observar el techo. Era uno de esos días tortuosos del mes por los que rezas diariamente para que no te traigan cólicos. Pero en mi caso este mes mis súplicas no fueron respondidas. En este preciso momento quiero matar a todo aquello que respire a sangre fría.

Podía escuchar pasos en el pasillo dirigiéndose a la habitación seguidos de la voz de Shoto que maldecía por lo bajo constante mente por que al parecer casi vierte el zumo de pomelo y naranja exprimido que le había pedido hace alrededor de quince minutos.

—¿Puedo entrar?—. Pregunto algo dudoso.

—Siii—. Respondí extendiendo la última letra.

Empujo la puerta con un pie y emergió de esta con una bandeja con comida. Se acerco a mi y posó la bandeja sobre mis piernas para luego sentarse a mi lado.

—¿Te encuentras mejor?—. Me sostuvo el rostro preocupado—. Tal vez necesitas ir al médico.

—No, tranquilo ya me encuentro mejor que antes—. Respondí regalándole una sonrisa.

—Me alegro, pensé que era algo grave—. Suspiro.

—¿Te parece que este dolor no es grave?—. Respondí algo enfadada.

—¿Te has enfadado?—. Me miró extrañado.

—¿Enserio lo estas preguntando?—. Eleve algo la voz.

—Momo cálmate no era mi intención—. Intento relajarme.

—Ese es el problema nunca es vuestra intención—. Le quité el envoltorio a una chocolatina y la mordí rabiosa.

—¿Por qué estas hablando en plural?

—Ahora me llamas loca—. Bebí un gran sorbo del zumo para no atragantarme con la chocolatina—. Si te parece que estoy loca, allí está la puerta—. Se la señale con mi mano libre.

—Momo estas exagerando, cálmate.

—Yo estoy calmada—. Mordí otra chocolatina—. Cálmate tu, te noto tenso.

—Yo…—. Suspiro con pesadez—. Estaré en el salón—. Se levantó de la cama para salir de la habitación.

—Espera, no te vayas—. Derrame una lágrima que Shoto de inmediato limpio.

—Momo estaré a dos habitaciones de aquí—. Me dio un corto beso en la frente—. Si necesitas algo llámame.

Y salió de la habitación dejándome sola a mi, a mis chocolatinas y a mi zumo. Aparte la bandeja y cogí una película de la que me habían hablado mucho. No se yo pero cuando estoy en estos días me gusta llorar por eso suelo comprar estas películas.

Cogí  el DVD y lo puse todo en funcionamiento para verla. Quiero comerme tu páncreas, espero que no fuera una broma de mal gusto por parte de Mina y sea triste por que con el título parece más de miedo.

La película comenzó a reproducirse mientras comía como una posesa del bol de chocolatinas, seguro que con lo que había comido hoy de dulce me acabaría dando un sobredosis de azúcar.

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Horrible.

Había destrozado mi estabilidad emocional en tan solo una hora y media. Estaba llorando a moco tendido mientras maldecía el mundo. Ya me estaba preparando mentalmente para su muerte pero no espere que fuera así. Mina era un monstruo.

Mientras lloraba cascadas oí una risa conocida para mi. Shoto estaba en el umbral de la puerta carcajeándose ante mi por la reacción que estaba teniendo con la película.

—¿Te hace gracia?—. Dije en un tono algo borde.

—Lo siento es que—. Volvió a reírse.

—Si, si—. Deje la bandeja a un lado de la cama y me acerque a el—. Te ves muy arrepentido—. Aproxime mi rostro hacia el suyo.

—Te ves linda—. Respondió consiguiendo que me sonrojara.

—No compres mi compasión con halagos—. Le di un pequeño toque en la nariz.

—No te estaba comprando—. Se defendió.

—Claro, haré como que te creo.

—Era verdad—. Aparto su rostro con fingido dolor.

Me reí ante su respuesta y besé sus labios y nariz.

—¿Qué has visto que te ha hecho llorar tanto?—. Pregunto mientras me arrastraba a la cama para tumbarse conmigo sobre su pecho.

—Una película de romance barra tragedia que me recomendó Mina—. Le miré.

—Jamás entenderé ese gusto que tienes por llorar en estos días al mes—. Me sonrió.

—Tranquilo, en estos días ni me entiendo yo—. Me reí.

—Supongo que esa respuesta me tranquiliza un poco.

—¿Y tu que hacías?—. Pregunte.

—Hablar con Fuyumi, quiere que vayamos a verla este fin de semana.

—¿No pasa nada, verdad?

—No lo sé, lo único que me ha dicho es que tenemos que ser una familia unida y que a partir de ahora todos los meses organizara una de estas cenas para todos.

—Ya veo…

—Yo creo que ha organizado esto para darnos alguna noticia —. Me acaricio el pelo—. La note muy emocionada por teléfono.

—No puedo esperar para saber que es.

—Yo tampoco pero espero que no se le haya ocurrido invitarle a “el"—. Me beso la mano.

—Es muy obvio que lo ha invitado Shoto—. Acaricie su mano—. Es su padre.

—Acabas de acabar con mis sueños y esperanzas—. Se burló.

Golpee su costado y sonreí—. Tengo sueño—. Cerré los ojos.

—Dulces sueños—. Beso mi frente.

—A ti también—. Bese su pecho.

FIN.

🤕🤕🤕

Gracias por las 8K de leídas!!!!!