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“Se siente tan real, que duele”

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Capítulo 4.

Hace un par de días que Kamukura no había vuelto a la habitación del peliblanco, cosa que se le hizo rara a este ya que el mismo le prometió que vendría al menos una vez al día.

¿Qué estará planeando el azabache?

Miro con vacío el suelo, ya hacia también un par de días que no comía, pero esto no le afectaba tanto ya que estaba acostumbrado a no comer.

Lo que si le afectaba era el encierro, solo en una habitación, aunque tampoco se quejaba, al fin de cuentas estaba en un "secuestro", y sabía que no iba a ser lindo.

Suspiro y bajo la cabeza hacia sus manos, que tenían sangre seca de las varias cortadas que se había hecho inconsciente por el estrés. Tampoco tenía ganas de limpiarse.

¿Por qué aún en las condiciones que tenía, se preocupaba por Kamukura?

Así es, lo que más temía era que el azabache estuviera en algún lugar muerto, y que no pudiera regresar con él. Esto le causó varios ataques a lo largo de los últimos días.

“Necesito ver a Kamukura”

Era el único pensamiento que invadía su mente. Necesitaba escuchar al pelinegro y saber que estaba bien.

¿Por qué? ¿Por qué se preocupaba por la persona que le tenía encerrado en esa habitación?

Nagito no lo sabía, no llegaba a comprender el sentimiento que se formó en su pecho. No lo entendía.

Cuando ya sentía que su cuerpo caía por el agotamiento y no haber recibido atención, la puerta se abrió poco a poco, dejando ver la silueta de Kamukura a un lado suyo.

Sonrió al volver a oler el aroma del azabache.

El sufrimiento se había acabado, el ya estaba de regreso, ¿verdad?

— Komaeda... — un susurro hizo que levantara la mirada aterrado.

Hubo un silencio, el albino pudo escuchar sus latidos en este lapso, sentía nervios al volver a escuchar aquella voz que había soñado poder escuchar de nuevo.

Un momento tardo Kamukura en ir a donde estaba Nagito, y darse cuenta que este estaba en una muy mala condición.

— Maldición.

Había descuidado al peliblanco, y temía que ahora lo odiara.

— Kamukura, ya estas aquí.

Una leve sonrisa se formó en los labios de Komaeda, haciendo que el corazón de Kamukura latiera más rápido.

Así, Nagito se había desmayado delante de Kamukura.

Maldijo de nuevo y cargo a Komaeda al baño para limpiarlo y ponerle ropa nueva, lo dejó en la cama con cuidado y le inyectó varios medicamentos para poder recuperar fuerzas.

En estos días, tuvo que deshacerse de múltiples pruebas que delataban su ubicación, sumándole que buscaba un lugar para poder irse con el peliblanco y que no los encontrará la Fundación del Futuro.

Suspiro al ver la situación crítica en la que se encontraba el albino, no porque le preocupara, sino porque se sentía culpable por esto.

Miro su reloj, se estaba haciendo tarde, así que dejó al peliblanco en la habitación para que pudiera recuperarse y salió hacia su habitación.

Unas horas después, Nagito se removió en la cama y ddespertó de a poco tratando de recordar que había sucedido. Pero lo único que en su mente estaba era aquel azabache.

— Kamukura — lo llamó con un hilo de voz.

El azabache escucho aquel pequeño ruido y fue corriendo hacia la habitación del peliblanco, que al verlo se tranquilizó.

— Ya estas bien.

Komaeda asintió aturdido por las palabras de Kamukura. ¿Por qué lo había cuidado?

— No tenía porque hacerlo, alguien como yo no merece la ayuda tuya. Oh, debío ser muy asqueroso el tocarme, lo siento Kamukura.

Las palabras del albino taladraban en la mente del azabache. No tenía de qué disculparse, al contrario, el debía disculparse con el peliblanco.

— Como sea, prepárate ahora qué debemos irnos en un par de días.

Kamukura quería llevarse al peliblanco a un lugar lejano, donde nunca pudieran encontrarlos. Debía hacerlo.

Nagito solo asintió y se levantó de la cama para poder acostumbrarse de nuevo a caminar normal, ya que había perdido muchas fuerzas en estos últimos días.

Kamukura solo lo observaba, temiendo qué se cayera y se lastimara, cosa que cuando no ocurrió, se permitió relajarse y solo observarlo unos minutos más. Viendo cada uno de sus movimientos.

Por alguna razón, asoció al peliblanco como alguien que debía ser cuidado de todo, que debía ser cuidado por él.

Suspiro y salió de la habitación para darle privacidad al peliblanco. Y también saber que rayos le estaba pasando.

Desde que vio al albino algo dentro de él se activo, permitiendo sentir cosas que nunca había experimentado por su propia cuenta.

¿Quién era aquel Nagito Komaeda que lograba activar el lado humano de Kamukura?

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ʚ♡⃛ɞ Mi obsesión ʚ♡⃛ɞ || Kamukoma/Komakuma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora