Capítulo Siete

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Capítulo Siete. 

Brighton// Inglaterra

Hope.

—Sigo pensando que esto es una pésima idea Hope —Dice una voz a mi lado.

—Es la única opción que tenemos para averiguar qué sucede —Contesto

Siento como se remueve en su asiento y se aclara la garganta.

—No es la única forma, al menos no es la más segura. Podríamos a ver ido primero a la policía.

—Sí, Claro —Contratacó— De pasada le decimos que huimos después de herir a un par de sujetos gravemente ¿No crees? —sugiero con ironía.

—Touché —declara y observo como el conductor del taxi nos mira de reojo.

Decido bajar más la voz.

—Sera rápido estaremos de vuelta antes que Rhett y Elián noten que no estamos —digo para tranquilizarla.

—Ohhh, por supuesto. Cuando nos pregunten le diré que le hice caso a la demente de mi amiga y a su misión suicida del día ¿No? —se queja.

—Estaremos bien, yo lo sé.

—No sabes cómo me reconforta tu lado optimista —reprocha con sarcasmo.

Despega su mirada de la ventana y me mira.

—Me preguntó por qué te sigo haciendo caso después de tantos años —Implora.

—No lo sé, porque me amas ¿Quizás? —respondo con una sonrisita en mi rostro.

Ella rueda sus ojos

—Deberíamos normalizar el hecho de no hacer ciertas cosas por amor, como por ejemplo aquellas dónde tú vida está en juego —dice en un susurró inquieto.

Respira Hope, respira.

No pierdas la paciencia.

—No te obligue a venir. Tu quisiste acompañarme cuando te lo dije, si lo recuerdas ¿Verdad? —respondo alzando la voz y quiero pegarme con una pared cuando veo como sus ojos se cristalizan.

Demonios, no.

Seca rápidamente las lágrimas que se le escapan y dice:

—¡JODER! solo intento cuidarte, porque si te llegará a pasar algo su...muer... su —se calla abruptamente al oírse, pero ya es muy tarde. Se lo que quería decir, no hay día en que no lo piense y opine igual que ella.

Debí haber sido yo y no él.

—Su muerte ¿Qué? Vamos dilo. Dime lo que ya sé, que debería haber sido yo la que este enterrada y no Aiden —ataco.

Me devuelve una mirada con rabia y se inclina hacía el conductor.

—Deténgase y tú —me señala.

»Ojalá algún día dejarás de ser una cobarde que se lame sus propias heridas y procuraras avanzar —parpadea rápidamente para retener la humedad en sus ojos— Yo jamás he pensado que fue tu culpa, ni fuera preferido que fueras sido tú. Probablemente estaría igual de rota o peor —traga en seco— eres como mi hermana y te amo por eso. El problema es que olvidas que no eres la única que le duele su muerte, una parte de mi murió con él y yo también lo extraño. ¡CARAJO! YO LO AMABA —termina diciendo.

Baja del vehículo y no se gira para continuar.

—Espero que algún día te des cuenta de tu error, de la mierda en la que estás convirtiendo tu vida y que al menos tú, aún puedes amar. Maldición mujer, no somos él. Registrar esa puta casa no te va a acercar a él, él murió y es hora que lo entiendas —Finaliza dando un portazo.

Cuando cae la lluvia © Tomo I [Completa ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora