Cuando cae la lluvia © Tomo I [Completa ✔️]

Epílogo

Epílogo...

Hope

Recuerdos, lágrimas y un Adiós..

—¿Estás seguro que no voy a morir ahogada? —Inquiero asustada. Mi respiración es irregular, las manos me sudan, el bote se mueve, Rhett sonríe y yo trago. Por favor, no. Respira Hope, respira por favor. Un ataque aquí no, otro ataque con Rhett, no.

Me niego.

Maldito trauma, esto es una tortura, es mucha agua, mucha profundidad... mucho...control...

—¿Puedes calmarte? —Susurra una voz dulce y ronca en mis oídos. Su aliento cálido hace contacto con la piel expuesta de mi hombro y un corrientazo me recorre la columna vertebral, haciendo que mis sentidos se emboben.

Respiro un par de veces, debatiéndome entre seguir viviendo o amarrar una piedra en mi pie y hundirme.

Si, lo sé. Estúpida, pero con orgullo.

No me sorprendo cuando una mano sujeta mi barbilla y la alza con suavidad, mi mirada choca con unos ojos claros y bonitos, hay destellos de picardía en ellos y mis ideas se mezclan olivando en cuál de los dos azules quiero perderme, en el del mar o en el de él.

—Si quieres nos podemos regresar, aunque —Su mirada viaja en dirección a la orilla— Aurora y Elián nos llevan ventaja.

Rhett regresa su visión a mí y se inclina para tomar mi mano, sus dedos hacen contacto con mi muñeca y mi pulso se dispara.

¡Que no lo haya sentido! ¡Que no lo haya sentido! Repito internamente.

¿Cuándo será el día que no te traicionen las hormonas Bennett?

«El día que no estés cerca de Thompson.» Respondió la voz indiciosa de mi conciencia.

¡Cierto!

—Todo listo, ya pueden iniciar el descenso. —Sugiere el instructor, Rhett gira y lo silencia con una sola mirada. Se acerca a mí y se asegura que mi equipo y mi oxigeno este en orden, repite la acción con el suyo. Antes de mirarme y sonreír.

—¿Del 1 al 10? ¿Qué tanto confías en mí?

¡Ay! no. Eso no.

Yo ni siquiera confió en mí sombra, desgraciadamente desde pequeña me han enseñado que cualquiera puede lastimarte, romperte, usarte. Las únicas personas en las que confiaba ciegamente, estan muertas y bajo tierra. No está en mi, ni siquiera Elian y Aurora, no deseos perderlo, y a Rhett tampoco.

Quizás, sin saberlo, esa parte de mi, también se fue con ellos.

Sin meditarlo un segundo más, niego. Lo hago rotundamente y veo como ese brillo azulado, baja varios tonos. No quiero, ni puedo lastimarlo, no a él. No después de que sigue aquí.

—Se que va a sonar como el peor cliché de todos, pero no eres tú, soy yo —Suspiro con lágrimas en mis ojos —Desde hace mucho no puedo hacerlo, no sé cómo hacerlo. —Mi vista se nubla con esas palabras y una gota rueda por mi mejilla— Rhett, yo...

El niega esta vez y seca mi rostro con su pulgar.

—Shhhh —Susurra y lleva uno de sus dedos a mis labios, callándome. Traza una línea perfecta en invisible sobre ellos, acabando con un simple y sencillo gesto, con el nudo de mi garganta.