｡ﾟ･☆ 𝖑𝖆 𝖆𝖈𝖆𝖉𝖊𝖒𝖎𝖆 𝕺𝖑𝖊𝖙𝖚𝖘 ☆･｡ﾟ(identity v)

✬𝒉𝒂𝒃𝒍𝒂𝒓✬

Hastur Gruber

– te enteraste sobre lo de Naib y Norton ¿verdad? – cuestioné con falsa incredulidad, escondiendo mis puños en los bolsillos de la sudadera.

– toda la escuela se enteró. Bastante sorpresivo ¿no crees? – ella sabía que yo sabía, no es tonta.

– a Jack le afectó mucho.

– ¿y eso? No me digas que... – fingió sorpresa, como si no supiera sobre esto.

– supongo que alguien quería meterse con él y por eso esparcieron el rumor – quería que esto fuera una guerra de indirectas pasivo agresivas.

– ¿quién pudo ser tan cruel? – felicidades Yidhra, ya nos estamos entendiendo.

– no lo sé, tal vez alguien lo suficientemente vengativo como para crear tal alboroto – sabía que le dolía, pues su rostro luchaba por no descomponerse.

– así es la escuela.

– sí, supongo que sí. Pero Jack es mi amigo y no pienso perdonar al culpable – su mirada se tensó fija en mí, y cuando creí que por fin lo había logrado, una sonrisa ladeada me alertó de mi error.

– entonces intenta cortar lazos con el culpable – maldita sonrisa. Mis labios se fruncieron con nerviosismo y mis puños se apretaron bajo la tela.

– ¿por qué no hacerlo justo ahora? – insistía ampliando su sonrisa. – inténtalo ¿qué podría salir mal?

Desvié mi mirada evadiendo la suya. Ella aprovechó para acercarse y dejar un sutil beso en mi mejilla.

– nos vemos luego cariño – se despidió, luego se dio la vuelta y, como un reflejo, saqué mis manos de los bolsillos para detenerla por la muñeca.

– espera... – murmuré, ella obedeció. – sabes que no lo haré, no tienes por qué meter a Jack en esto.

Regresé mi mirada para suplicarle con ella.

– lo sé, solo quería asegurarme – su sonrisa se tornó dulce.

– no tienes que hacerlo. – Yidhra tomó mi rostro entre sus cálidas manos y se acercó.

– lo siento – susurró.

– sabes que te amo – contesté ¿es lo que quieres escuchar?

Ella acortó la distancia entre ambos, uniendo nuestros labios en un beso de falsa ternura.

– yo también te amo. – entonces se fue.

Un nudo se formó en mi garganta. Ni siquiera pude corroborar la veracidad del rumor para Jack, nuevamente había perdido.

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Helena pronunció unas palabras al teléfono para luego mirarme.

– enseguida viene – me dijo y yo le agradecí.

Al cabo de un rato, por el pasillo apareció una joven de cabello castaño recogido solo por la parte superior, con brillantes ojos morados y el uniforme escolar con una chamarra que cubría hasta sus manos.

– hola Vera – saludé.

– hola – respondió cortante, volviendo incómodo el ambiente.

– ¿podemos hablar? En otro lado – sugerí, la chica asintió con desgano y comenzó a caminar, segundos después entendí que quería que la siguiera.

Se acomodó bajo un árbol recargada en su tronco, yo me senté frente a ella.

– ¿qué quieres? – preguntó con frialdad.