｡ﾟ･☆ 𝖑𝖆 𝖆𝖈𝖆𝖉𝖊𝖒𝖎𝖆 𝕺𝖑𝖊𝖙𝖚𝖘 ☆･｡ﾟ(identity v)

✬𝒀𝒊𝒅𝒉𝒓𝒂✬

Yidhra Dubois

No estaba pensando en cada paso que daba y que, obviamente, me acercaba a la puerta dieciséis, donde supuestamente Vera se encontraba. Y cuando me di cuenta, ya había tocado la puerta.

Cruzaba los dedos para pedirle al primer ente (bueno o malo) que me escuchara que abriera su compañera de cuarto y no Vera, pero al parecer los dormitorios están muy bien exorcizados, porque Vera fue la que abrió. Su rostro se descompuso al verme y podía escuchar a su mirada gritarme que me fuera.

– hey~ – saludé desvergonzada y a ella no pareció agradarle.

– púdrete – expresó con odio a la par que cerraba la puerta, afortunadamente estoy bastante acostumbrada a recibir ese trato, tanto así que he desarrollado suficientes reflejos como para evitar que la puerta se cerrara por completo. Interpuse mi pie y empujé la puerta nuevamente con mi mano.

– ¿ni un "hola"? – pregunté con una sonrisa avergonzada.

– vuelve a abrir la boca y juro que te voy a dar una cachetada – amenazó cruzada de brazos.

– vine porque ten... – no me dejó terminar, antes de que pudiera hacerlo recibí el impacto de su mano en mi mejilla tan fuerte que logró marearme un poco. Devolví mi mirada a ella después de unos segundos ya con mis manos cubriendo el daño del golpe.

– tienes fuerza, wow – comenté aún atontada – pero no vine a medir fuerza, vine porque tenemos que hablar – insistí.

– hablaremos cuando tú estes ardiendo en el infierno y lo único que escuche de ti sean gritos de clemencia – ¿desde cuándo se volvió tan sádica?

– solo quiero pedir perdón – expliqué y Vera comenzó a carcajearse.

– ¿estás estúpida? En tu puta vida voy a perdonarte, pedazo de mierda – supongo que es un no. Vera reintentó cerrar la puerta, pero volví a oponerme.

– sé que me odias, pero podemos dialogarlo. Me echaré la culpa de todo lo que te pasó y me expulsarán, tú vuelves con tu linda reputación de estudiante brillante y... – en el momento preciso en el que baja mis manos, otra cachetada impactó mi rostro, esta vez con más rabia y, por ende, más dolorosa. Parpadeé fuertemente intentando no caer desplomada, pero me estaba quedando embobada.

– ¡tú nunca vas a poder reparar el daño que hiciste! ¡me quitaste todo lo que tenía y ahora solo me queda fingir que nunca existió! – sonaba más molesta, desesperada, y su voz se rompía poco a poco.

– Vera, por favor... – rogaba mientras sostenía mi mejilla con una mano y con la otra me recargaba del marco de la puerta.

– ¡Vera no está! ¡la mataste, hija de puta! – gritoneaba con rabia – ¡la llevaste al suicidio y ahora nunca podré volver a verla! – aquí hay muchas cosas que me estoy perdiendo.

– ¿qué? – murmuré débilmente.

– ¡lo que oíste! Después del intento de suicidio en la habitación la llevaron a casa donde terminó con su vida y nadie nunca dijo nada por una maldita opinión pública – confesó con la voz entrecortada y al borde del llanto – nunca volveré a verla ¡y es tu culpa!

– n-no entiendo, Vera eres... tú.

– ¡es una farsa! Chloe no se mudó a otro continente ¡Chloe está justo aquí en lugar de Vera! – entonces rompió en llanto.

Mi mente intentaba unir toda la información lo más rápido que podía mientras que, en el proceso, dejaba un rastro de memorias borrosas que me mareaban.