Own Kids With Your Eyes

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      Debajo de las cómodas sábanas y almohadas esparcidas por doquier se encontraba, experimentado por tercera vez en el día, el mismo miedo,  con la mala suerte de tener que pasar por miles de más sensaciones causadas por su celo. Detestaba ser una bestia y detestaba no poder dormir con su adorado esposo mientras se encontraba en esas situaciones.

      Desde pequeño había sido identificado como "alfa" y eso no hizo más que molestarlo por cómo nació. Ser alfa conllevaba tener muchas precauciones al momento que se dé el celo, o cuando suelen estar cerca de omegas necesitados por su propio celo. Todo lucía como un drama total cuando apenas le dijeron que era alfa, recuerda muy bien cómo casi le pega una patada en sus partes bajas al doctor por el simple hecho de tener su marca en "omegaverse" nombre con el que identifica el virus y los portadores del mismo; aunque bueno, a los tiempos de ahora parecía ser más aceptado que en los tiempos del nacimiento de su abuela, quien tuvo un par de hijos con la enfermedad, nacidos con el dichoso virus de estar condenado.

Si su madre tenía el virus desde nacimiento, y una de sus tías por parte de su padre, también, eso significaba que había una probabilidad de 60% de que la generación siguiente fuese únicamente de infestados, y el resto serían simples humanos, o más conocidos por betas.

Todo su estudio académico fue incluso más difícil al tener que ser parte del omegaverse, ya que los celos solían ser menos controlables e incluso más duraderos de lo que se suponía tenía que ser. Para la suerte de Renato, o más bien Reborn, estudiaba en un instituto únicamente de alfas y betas, aunque para ser honestos, aquello no detuvo su deseo de calmar sus instintos.

Alguna vez había estado en un celo tan fuerte que salió corriendo del aula para ir directamente al baño, y a sus profesores no pudieron importarle menos, ya que eso se veía muy a menudo. Para cuando había estado en el baño tuvo la peor suerte cuando un beta se le acercó, y bueno, era un amigo suyo, por algo lo había seguido hasta aquel baño al verlo corriendo y exaltado. No hubo tiempo de reaccionar cuando ambos yacían desnudos y empapados de sudor, con el beta gimiendo a más no poder por el dolor que le ofrecía el desesperado chico que necesitaba terminar pronto con su necesidad, aún si el baño en donde estaban quedaba en las oscuridades del instituto. Recuerda lo placentero que le resultó haberlo hecho con un beta, un ser humano normal, un hombre común; tanto fue su placer que le siguió las cuatro veces que su acompañante se había corrido, sintiendo espasmos y satisfacción, aunque aún sentía aquel vacío. Quizás era instinto propio querer saber que a quien tenía contra el lavamanos era un omega y no un humano común.

Ambos amigos no se hablaron mucho después de aquello, y Reborn pensó que sería lo mejor. Aunque poco tiempo después alguien más llegó para hacerle compañía amistosa y fiel.

Algunos años después donde seguía con aquel vacío, decidió buscar algo con qué satisfacerse. Para suerte suya habían varias personas que decidían follar sin nada serio. Empezó desde una omega de cabellos negros y piel blanca, tan similar a la inerte nieve, continuó con un chico omega de cabello tintado con quien compartía una aterradora química, posteriormente fue con otro alfa, cosa que no había acabado nada bien. Sus últimas opciones era volver a intentar con los que eran comunes, dando inicio en una morena y luego terminando entre las piernas de un chico de piercings.

Recuerda algunos lugares donde conoció a cada personaje, desde los dos Omegas, los cuales los conoció en una tienda de frikis por mandado de su mejor amigo. Conoció al chico alfa porque iba en su mismo instituto, o eso lo supo cuando tuvieron una conversación normal. A la chica morena la conoció en una esquina por la madrugada, claramente era una prostituta, pero era una mujer realmente bella, aunque de cualquier forma no logró sacarse aquel sentimiento que tuvo la primera vez que hizo caos en el instinto. Sin embargo recuerda con tanto cariño y detalle cómo conoció a aquel hombrecillo de piercings y bonitos ojos. Un hermoso par de color chocolate.

Talk Dirty To Me (REBORNPLAY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora