[En el siguiente capítulo, he de aclarar que ni yo, ni nadie de la audiencia, sabe la verdadera razón de su ruptura de amigos; por ello, quiero aclarar que no pretendo hacer que crean que sus razones fueron amorosas. Lo que sí pretendo es hacer entender a las personas que no podemos hacer como si jamás se hubiesen peleado. ]
La situación era difícil. Difícil e incómoda.
Aquella reunión en casa de Rubius parecía una farsa sólo para hacerle sentir incómodo. Hacía dos días, su compañero y amigo le había mandando un mensaje, invitándolo a un gran y cómodo fin de semana donde jugarían juegos de mesa con temáticas frikis; mazmorras, calabozos, hechiceros, arqueros, duendes y monstruos. Verían la saga completa de Despicable me y algunas otras cosas que pudieran hacer.
Para su sorpresa, en su silla favorita (un pouff beige), en su sitio favorito para tener sobra y sol, estaba acomodado Reborn, quien para colmo de Auron, estaba jugando con su personaje favorito del juego de mesa.
Reborn pareció igualmente sorprendido al ver a Auron, verle con esa mueca y ese rostro que no veía hacía un día -ya que siempre veía sus streams al no poder superar la pelea que habían tenido. Se sentía muy mal de no poder haber hecho algo y tampoco hablar con Raúl, mucho menos darle buenas razones para que ambos se distanciaran así. Le alegraba mucho verlo en persona, admirar la suave piel que parecía, llevaba tiempo sin dejarse ver al sol, por la palidez que ofrecía. Le dolía un poco que siempre tratara de apartarse de él y su existencia; pero como adulto, reconocía que no podía dejar así las cosas. Agradecía que Rubius quisiera ayudarle, ya que era su única forma de estar con Raúl y poder hablar las cosas con él.
Luego de la partida del juego de mesa, Auron ya tenía su cara con una expresión de severidad y molestia, sobre todo por el ceño fruncido y mueca en sus labios que mostraban su disgusto ante la situación.
—Pues bueno, caballeros—Dijo algo incómodo Rubius, mirando a ambos, Reborn algo nervioso y a Auron completamente molesto. —Creo que iré al baño. Los zumos de naranja están haciendo Pepsi Cola dentro de mí—Dio una corta risilla, correspondida por Reborn quien moría de nervios, algo extraño de presenciar.
Rubius escapó, casi corriendo lejos de donde ambos se hallaban.
Reborn estaba a nada de empezar a temblar frente a Auron, quien estaba cruzado de brazos, revisando el móvil, aunque realmente revisaba ambas pantallas principales de aplicaciones, pasando de izquierda a derecha con velocidad. El silencio era incómodo, y Auron esperaba que pudiera formar alguna oración, tal vez un "¿Cómo ha ido tu vida después de arruinarte?", "¿Realmente pensaste que vine aquí por ti?" Cualquier cosa le serviría de excusa para salir huyendo de ahí, porque en el fondo lo seguía amando, a pesar de que no hubiera encontrado las respuestas correctas en el momento dado.
Reborn por dentro pensaba en qué decir, ¡no sabía cómo empezar! Sería un desastre si preguntaba por su vida, o por Bosnia, ya que la conversación derivaría a lo mierda que fue con él, las ilusiones que crearon y las miles de palabras que prometió.
—Perdón—
Y fue aquella su mejor elección .
Raúl se sorprendió, y luego sintió su pecho sentirse pesado. Había esperado de todo, una simple propuesta de follamigos o simples amigos, incluso desconocidos, ignorarse mutuamente, dejar sus promesas y sonrisas atrás, para convertirlas en indirectas y sarcasmo. Esperaba que evitara hablar con él. Lo esperaba todo menos eso.
—¿Disculpa?—Preguntó incrédulo Raúl, dejando su móvil a un lado.
—Créeme cuando te digo que... ahora que te has ido, todo es peor ahora—Murmuró, dirigiendo su vista hasta Raúl. —Es peor porque las cosas ya no se ven como antes, porque lejos de pensar "Es peor porque mi audiencia ha estado decayendo" lo que verdaderamente pienso es "Es peor porque le he hecho daño a la persona más radiante", y al haber hecho tal cosa, me llevé ese brillo que sueles tener, esa risa contagiosa que ocultabas tras los bordes de una camiseta—Dijo, bajando la vista, apenado. —Sabes que para estas cosas, las palabras no suelen fluir muy bien, pero no quiero pensar de más acerca de lo que verdaderamente siento por ti, porque es un sentimiento que fluye—
Los ojos de Raúl ya estaban llenos de lágrimas, no podía contener su emoción al saber que Reborn lo amaba tanto como él lo hacía. Porque ambos sentían la ausencia del otro en cualquier parte a donde fueran; los torneos de Pinturillo ya no eran lo mismo, y el inicio de Torillaland será tan diferente con la ausencia de Reborn.
Y fue en ese momento, en que ya no necesitaba esos sermones que podía decir para tener un simple argumento; ese instante en que aquel brillo reflejó contra la luz contrastada por la sombra. Era aquel momento en donde olvidaron dónde estaban y con quienes. No interesaba acordar algún tipo de relación, no necesitaban nada.
Y fue cuando Raúl se levantó de su sitio, encaminándose hasta Renato. Se miraron fijamente hasta que el contrario tomó la iniciativa y tiró de sus brazos, provocando un "efecto dominó", donde Raúl caía sobre Reborn, recibiendo un dulce y cálido beso.
Sentía cada poro de su rostro llenarse de esa chispa que se había quedado atrás, los mágicos fuegos artificiales que no podía sentir con el dorso de su mano, imaginando que era el rostro de Reborn; era mejor que cualquier chispa que viera o le fuese narrada. Una sensación que sólo él podía vivir con Reborn, porque era alguien único y era la única persona que quería en su vida; era la mejor de las experiencias porque la compartía con quien verdaderamente amaba, porque estaba dispuesto a escuchar voces y murmullos al pasar con él tomados de las manos.
Era su amor, no de ellos; no tenían por qué entrometerse.
De un momento a otro, las manos de Reborn acariciaban la cintura y cadera de Raúl, quien respondió meciéndose sobre él y pasando sus manos en su nuca, acelerando e intensificando el beso. Los fuegos artificiales se convertían en chispas y descargas eléctricas, y sin dudas, ambos sabían que lo siguiente era el choque de galaxias. Pero lo que siempre se quedaba era la felicidad y emoción.
No faltaba el aire, porque las respiraciones chocaban contra la piel ajena, no era necesario separarse a tomar más aire; sin embargo, ambos querían ver el rostro contrario, la expresión de una verdadera felicidad, una buena compañía.
—Te amo, Raúl—Murmuró contra sus labios, mirando a sus ojos. Posteriormente regresó su vista a sus labios y dejó un beso superficial. —Extrañaba esa expresión que tienes... esa que define tu felicidad—
—También te extrañé—Susurró cuando sus labios volvieron a separarse, para después sonreír.
—¿Es decir que no me amas?—Preguntó haciendo un puchero.
Ambos sabían la respuesta y ambos lo reconocían en esa expresión de felicidad que irradiaba el contrario. Las rojizas mejillas de Reborn y las rosadas de Raúl, la afeitada barba de Raúl y la contraria dejada por dos días. Raúl se sentía un poco avergonzado de haberse afeitado con la esperanza de besarse con Reborn, y quizás algo más.
—Claro que te amo—Murmuró sonriente, volviendo a besar sus labios, continuando el intensificado beso de hace un momento.
No había momento de pensar acerca de querer ocultar su relación a sus fans, ya sabrían dar la noticia de alguna manera. No querían pensar donde vivirían ambos, si Bosnia y Lukas vivirían con Fénix. Ya podrían pensar en lo siguiente al terminar lo que comenzaba.
Y así mismo, tampoco pareció importarles la presencia de Rubius en una de las ventanas, grabando con su móvil, captando cuando el contrario retiraba las prendas contrarias y los intensificados movimientos que ejercían hacía el cuerpo ajeno.
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Talk Dirty To Me (REBORNPLAY)
FanficUna serie de OneShots (algunas veces con continuaciones) acerca de distintas temáticas, ya sea smut, ficción, basado en canciones, basado en películas, fluff, haciendo un énfasis en Rebornplay.