Talk Dirty To Me (REBORNPLAY)

Methamphetamine With Pain

[Antes de empezar este nuevo capítulo quería decir que con esto no pretendo romantizar crímenes, tales como asesinato, venta de sustancias aún ilegales, venta de armas o violencia. Pretendo que se entretengan, porque bien, se ha dejado en claro que esta colección de distintas historias, tiene el único propósito de entretener a los lectores.
Se ha de aclarar que esta historia está basada en la serie Braking Bad, una de las pocas series basadas en crimen que personalmente, más me gusta. Así mismo se basa en la canción No Below de Speedy Ortiz.]

Estaba condenado.

Lo supo desde que se encontró a sí mismo volviendo con ese tipo que vendía drogas en un callejón cerca de la casa de su "amigo" Zorman, un inmaduro con problemas de ira. Las comillas existían en ese importante titulo porque su supuesta amistad se basaba en reunirse sólo para hacer de todo menos cosas legales. Con ese chico compró su primera botella de alcohol con una licencia falsa, adquirió porros y se hizo su primer tatuaje, apenas cuando había entrado al bachillerato. Sus padres al notar su actitud lo echaron de casa, y para su suerte, su tía le dejó su antigua casa, así que no tuvo mayor problema en tanto a tener un techo donde vivir.

Se dedicó a hacer lo único "productivo" que "sabía hacer". Metanfetamina.

No la cocinaba, era cierto, porque en sus años de estudio era muy malo para la asignatura de química, y sobretodo maldecía a ese maestro hijo de puta que siempre le podía sacar la peor calificación. Para vengarse de todas las notas bajas, había hecho un perfecto dibujo de su querido maestro de química, el señor Rubén Doblas, quien en el dibujo aparecía semi agachado, con los pantalones abajo y con un tubo de ensayo aparentemente incrustado dentro de su cavidad anal. El título de su obra dibujada atrás de su último examen de química que presentó tenía por título "La razón de que el señor Doblas ama la química".

Jamás en su vida creyó volverse a encontrar con su antiguo profesor de química. Lo había visto igual de patético que la última vez, casado, con una esposa que era una perra, con un hijo discapacitado desde nacimiento y con una bebé en camino, aunque conociendo a su esposa lo más probable fuese de que la bebé ni siquiera era del tipo.
El sujeto dijo que lo había visto en una supuesta "entrada dramática de policías" a la cual había asistido, y la misma donde él había escapado. El cuñado del señor Doblas era un oficial de policía, quien era un señor bastante bajito, con problemas de ira incontrolables y una inmadurez todavía más grande que la de su eneamigo. Ese cuñado del señor Doblas lo buscaba a él y a su "organización" para ponerlos tras rejas, y dolía decirlo, pero el sujeto era alguien listo. Debido a que su cuñado trabajaba para oficial de policía, después de haber dejado su segundo trabajo como mecánico, su cuñado le ofreció acompañarlo a atrapar al "líder" de la organización. El señor Doblas le había dicho que lo había visto huir por la ventana y dijo que lo llevaría a prisión si no le dejaba cocinar la metanfetamina.

Al final, el señor Doblas quería cocinar la mentafetamina para venderla y que el tipo ganase algo de dinero. Poco tiempo pasó de estar trabajando juntos y se enteró que el pobre hombre tenía cáncer de pulmón y debía pagar el tratamiento.

Su vida no era muy emocionante, ni siquiera interesante, eso decía él, las demás personas lo veían como una vida bastante movida y peligrosa, llena de riesgos y demás cosas, pero él jamás sintió esa sensación de adrenalina cuando tenía que robar ciertos componentes y ácidos para su mentafetamina. No se sintió jamás ansioso de volver a casa o de jamás regresar, más bien no recordaba aquella sensación de huir o querer regresar.
Cuando era más joven, sus padres estaban hartos de su hijo, de quien se estaba volviendo y de las personas cercanas los cuales le incitaban a malas cosas. En cuanto la oportunidad acechó leve, se fue corriendo de su antigua casa para estar a la casa abandonada de su tía.