Semana SatoSAI

Concierto

Advertencia: Lemon. 
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Saiki fue llevado a ver el concierto de One Ok rock (El grupo favorito de su pareja) se iba a negar, pero la mirada de su novio y la mirada estricta de su madre lo hicieron desistir de quedarse en casa, es que en verdad odiaba el gentío, pero estar con Satou eso si que lo quería y lo necesitaba incluso.

Todo muy bien por suerte la mayoría de los pensamientos de la gente eran sobre la misma cosa y no eran tan molestos como pensaba. Excepto por un par de idiotas que eran los que hacían escandalo por nada. Saiki se mantuvo bien pegado a su pareja más que nada por miedo a que esos antisociales le hicieran algún tipo de daño.

Ya casi todo acababa cuando sin querer al pisar una lata de cerveza Satou se tuerce la pierna y debe de cargarlo en brazos. Llevándolo a casa más rápido de lo que seria normalmente. Estuvo tratando de actuar normal, pero si era por Satou todo se podía ir a la mierda.

El de cabello azabache no entendía como habían llegado tan rápido a su casa. Saiki le pidió las llaves y Satou se las dio un poco avergonzado de ir en brazos como una chica. Se abrió la puerta, al parecer la familia de su novio había salido, mejor era así.

Saiki fingió arreglar la torcedura con un poco de practica que tenía, pero en realidad lo estaba curando con sus poderes.

― ¡Increíble! Ya no me duele nada, gracias Saiki-kun. ―La sonrisa que expresó hizo que a quien le acompañante parecía iluminarse de la alegría o esa impresión le dio a Hiroshi.

Soy capaz de lo que sea por ti. Y no mentía, realmente haría lo que sea por él y podía hacerlo.

Su novio lo atrajo hacia él y lo besó. Un beso que fue correspondido al principio torpemente por el de pelo rosa, pero con el tiempo se dejo llevar, todo esto aún era nuevo y aún así le gustaba las emociones que prendía en él, las sensaciones intensas, era increíble.

Si terminaban un beso, volvían a otro de manera constante, terminando casi jadeantes el contacto.

―Sai...um Kusuo-kun. Quisiera hablar algo contigo.

El mencionado ya sabia de lo que hablarían en ese momento porque lo había leído en su pensamiento, pero que lo llamara por su nombre lo emocionó tanto que casi olvido porque su novio quería hablar con él.

Dime lo que quieras, Hiroshi-kun ¿No te molesta verdad?

Satou negó pues estaba contento que ahora parecieran más íntimos al no hablarse por los apellidos. Saiki volvió a emocionarse completamente.

―Llevamos casi cinco meses de relación y quizás sea apresurado, pero realmente quisiera que intentáramos hacer el amor. ―Suspiro y saco una caja que tenia bien escondida con lubricante y todo lo necesario. ―Sé que es atrevido, pero quiero intentarlo.

Esto era malo. El psíquico no estaba seguro si proceder o no. A estas alturas estaba más que seguro que deseaba y le encantaría tener en la cama a su pareja, pero el problema es que tenia demasiada fuerza, si se dejaba llevar posiblemente de una estocada lo manda a la luna o algo así.

No creo que sea prudente.

―Quiero hacerlo Kusuo-kun ¿Tu no?

Asintió, la verdad que sí que quería. No sabía cómo decírselo sin que tuviese que contar lo de sus poderes.

― ¿O no te atraigo de esa manera?

Si me atraes, te deseo como ninguna otra persona, eres el único que me sienta así y es la verdad. Jamás ningún humano me atrajo antes.

― ¿Ni Teruhashi? Esa chica es muy linda. ―Dijo recordando a la chica haciendo que Saiki sintiera algo de celos.

Para nada, eres el único por el cual podría excitarme y eso es lo curioso, pensé que era asexual una vez.

―Entonces demuéstralo. ―Le tomo de las ropas y empezó a desnudarlo para desnudarse también mientras lo besaba.

Tenia que ser racional, pero los besos de Satou y luego las caricias por su cuerpo le hacían tan bien que se descubrió queriendo más, besando con pasión, tocando también con entusiasmo el cuerpo promedio de su pareja, disfrutando también, teniendo una leve erección que fue creciendo, más cuando su novio lo toco directamente haciéndolo estremecer, estaba muy duro debido a las manos de Satou que eran de un tamaño promedio en un hombre japonés.

― ¿No te sacas esos lentes? ―Dice cariñosamente masturbándolo mas enérgico, mirando con deseo a su novio.

Si lo hago te aseguro que no veré nada. Bromeo para que desistiera de hacerlo, obviamente convertiría a su amado en piedra si pasara.

Ambos ya estaban completamente desnudos antes de que Saiki pudiera detenerlo o advertirlo. Suspiró, no podía ni quería detenerse ahora. Solo intentaría tener cuidado.

― ¿Quieres que yo te lo haga o quieres tu ir arriba primero? Te veo algo tenso.

Déjame intentarlo primero esta vez. Trago saliva, beso muchas veces a su novio e hizo lo que había leído una vez investigando sobre aquello.

Sabía que alguna vez terminaría así con Satou, solo que no estaba seguro de estar preparado. Tomo un lubricante que su novio había comprado y echando bastante en el área deseada intento estimular y ensanchar con cuidado, todo el tiempo siendo amoroso con Hiroshi quien se sorprendía primeramente de las sensaciones que sentía, era incomodo y dolía un poco, pero fue increíble cuando en cierto punto se sintió terriblemente estimulado. Todos estos pensamientos llegaban a la mente de Saiki quien supo cuando era el momento exacto incluso antes de que su pareja lo dijera.

Ahogo un suspiro. Era una vista sumamente tentadora y quería hacerlo, pero no quería romperlo. Tomo su virilidad y trato de introducirse suavemente llegando a meter la punta. Este solo acto le hizo sentir algo nuevo y delicioso, siguió entrando de a poco, lo suficiente, pero tratando de siempre no dañar a Satou, quien respiraba agitado. Kusuo por su parte, verlo así por su causa lo hacia sentir más excitado, empezó un suave vaivén que realmente era increíble, nunca había disfrutado de algo así, no se parecía en nada a ninguna cosa, no podía pensar con claridad, solo pensaba en su novio, en que se sentía tan conectado a él, tan íntimamente, de una manera tan increíble.

Su pareja de a poco empezó a contonearse y moverse contra él, buscando sus labios en un beso dulce. El vaivén fue un poco mas impulsivo sin poder evitarlo y los dos estaban tan concentrados en lo bien que se sentía que cuando acabaron, se movieron un poco más mientras trataban de regular su respiración.

―Fue increíble.

Sí.

Toco el cuerpo de su amado descubriendo que lo único que había dejado en él era su semen. Beso a su pareja con amor, al parecer no se había dejado llevar tanto como creyó. Aunque ya buscaría la manera de repetirlo sin tantos dramas. Porque no sería la última vez que hicieran el amor.

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La madre de Saiki lo esperaba con la cena esa noche.

― ¿Y cómo te fue en el concierto Kuu-chan?

¿Eh? Ah sí, mejor de lo esperado.