Semana SatoSAI

Excursión

Para aquella excursión Kusuo metió todo lo posible a mano cargando un gran bolso, no quería tener que recurrir a sus poderes ni tampoco a que su enamorado tuviese un accidente. No se lo perdonaría nunca.

Como dicen hombre prevenido vale por dos.

― ¿No llevas demasiadas cosas Kusuo-kun? Te dije que no iríamos tan lejos, no deberías tener la mochila tan cargada. ―Su pareja le miro con curiosidad. ― Mas que excursionar solo quería un tiempo juntos. Lo siento si no me exprese adecuadamente.

Esta bien, solo quiero estar seguro de que estemos bien en caso de cualquier cosa.

Además de traer mucho repelente de insectos porque realmente odiaba a cualquiera de esas criaturas.

―De acuerdo, pero solo iremos al lado del lado este del bosque y no más. No quiero comprobar que las leyendas son ciertas. ―Admitió un poco nervioso de que Kusuo fuera de ese tipo de personas que le gusta jugar a los retos.

Espera ¿Qué leyendas?

Escudriñando la mente ajena descubrió que aquí se suponía que más allá del lago había un monstruo que devoraba almas jóvenes. Era una tontería, pero no le gustaba la idea de ir más allá tampoco.

No te preocupes, además no soy de ir a buscar leyendas.

A menos que perjudiquen a alguien de verdad y darles una lección.

Luego de caminar un buen rato, decidieron establecerse para comer un poco. Satou había hecho la comida de ambos, por supuesto Saiki estaba encantado; Era un bento totalmente corriente, nada especial, promedio como todo lo que venia de su novio. Cosa que le encantaba.

― ¿No tienes hambre? ¿O no se ve bien? ―Su pareja se preocupó porque el psíquico solo miraba la comida con una mirada extraña, aunque esa mirada era nada más que de amor.

Seria un desperdicio comer tan perfecto almuerzo, sin embargo, su estómago exigió comer.

Gracias por la comida. Aunque parecía rezando a los dioses al único dios que le estaba rezando era a su novio que empezó a comer al verlo mas normal.

La comida era justo como imaginaba el sabor, estaba tan feliz que se sentía en el cielo en ese momento.

Terminaron la comida y el chico promedio le mostro a su pareja el postre: Gelatina de café.

Hiroshi Satou es perfecto.

―Tu madre me dijo que te hiciera esto de postre, imagino que te gusta mucho, espero que sí, me esmeré en hacerlo.

Casi se le sale una lagrima de la emoción y come feliz su gelatina de café.

Su dulce favorito y su persona favorita ¿Podía ser su día mejor?

Después de un rato descansando y aunque Kusuo hubiera preferido quedarse mimando a su pareja un rato, Satou lo instó a seguir hasta que encontraron el lago que tenia una hermosa vista. El agua era cristalina, había que decir que era una buena vista.

Se tomaron una selfie (o mejor dicho fue Hiroshi quien la tomo de ambos) y se quedaron un rato tomados de las manos.

― ¿Sabes? Esto de andar con un chico me parecía un poco raro al principio, pero después de un tiempo piensas que es increíble salir con alguien con quien puedes entenderte mucho mejor. Además, eres alguien que me termino enamorando con su forma de ser Kusuo-kun.

Las mejillas de quien le escuchaba estaban tan rojas que hubiera jurado que con el calor empaño sus lentes.

Para mi Hiroshi Satou es la persona más linda que pueda existir.  Acerco su rostro con intención de besar a su novio, pero vio algo mas allá que distrajo su atención. Espérame aquí Hiroshi.

Satou que esperaba el beso lo miro interrogante.

― ¿Pasa algo?

Por precaución no te muevas.

No quería que nada interfiriera entre ambos. Camino hasta donde había visto lo que parecía un espectro, pero se conocía demasiado bien.

Vas a dejar eso o te mando a volar de una patada.

Toritsuka Reita dejo a un lado el disfraz.

― ¿Cómo supiste que era yo?

El único que seria tan idiota para inventarle una historia de fantasmas a mi novio.

―Quería darle un poco de emoción a la aburrida cita que tenían.

¿Eh? La mirada que puso, hizo chillar a Reita y negó

―Esta bien, entendí, los dejo en paz.
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― ¿Paso algo Kusuo-kun?

Creo que es mejor que nos larguemos de este lugar, hay personas indeseadas.

― ¿F-fantasmas? ―Hiroshi se aferró al brazo de Saiki al cual le dio un brinco su propio corazón con emoción.

Peor que eso.

Personas indeseadas e intrusas.

Aunque el paseo por el bosque no termino como querían realmente tuvieron una dulce jornada.