Ningun joven de verdad debería tomar clases de un cortesano...
Lee Minho, el nuevo esposo de Christopher Bang, quinto duque de la dinastía Racha, es la encarnación del novio perfecto. ¿Qué diría entonces la sociedad si lo vieran con una copia de Los...
No subestiméis a los hombres cuando se trate de intrigas sociales. Declaran que a los jóvenes les interesa de un modo excesivo la vida de los demás, pero también a ellos les interesa, y pueden ser muy observadores y muy capaces de entrometerse. Confiad en mí en ese tema.
Del capítulo titulado
«Rumores, chismes e insinuaciones, y cómo pueden favoreceros»
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Hyunjin no había seguido el consejo de Felix de bailar con Jeongin. Tocarlo, aunque fuera de un modo aceptado en sociedad, era una idea peligrosa.
De manera que en lugar de eso, había perdido del todo la sensatez y había bailado con su madre.
—Adoro esta melodía nueva, ¿usted no, milord? —Lady Yang le sonreía con amabilidad, como si no fuera consciente de que ver al notorio Hyunjin Bang bailando con una mujer casada de mediana edad había provocado las habladurías de más de uno. No es que Hyunjin no se lo hubiera pedido a alguna viuda venerable en alguna ocasión, si la cortesía lo exigía, pero la mayoría eran parientes más o menos lejanas, o la anfitriona de la fiesta. Lady Yang no era nada de eso.
Le había costado un esfuerzo considerable, pues tuvo que sortear a una hilera de matronas que solían apostarse juntas formando una masa compacta, para poder hablar y cotillear, mientras seguían con un ojo puesto en sus hijos, sobrinos o pupilos. Cuando Hyunjin se acercó, más de una interrumpió su charla, y cuando se inclinó ante la mano de lady Yang y le pidió un baile, todas se quedaron literalmente boquiabiertas.
La perplejidad del momento era evidente. Y sin embargo allí estaba él.
—Es agradable, supongo, pero no tan admirable como la música que escuchamos en la mansión campestre —admitió mientras la hacía girar con elegancia.
—Sí —fue una respuesta imparcial. —Ha mencionado usted varías veces que disfrutó con la interpretación de mi hijo Jeongin.
—Él tiene tanto talento como belleza, lo cual es una auténtica alabanza.
Lady Yang le miró con la boca torcida.
—Conozco el interés que mi hijo siente por usted, y estoy segura de que usted, que tiene tanta experiencia y tanto mundo, también es consciente de ello.
Hyunjin intentaba no analizar los motivos por los que estaba bailando con lady Yang, pero suponía que tanteaba el resultado de su visita del otro día. Aún no estaba seguro de si la diabólica intromisión de Felix había sido útil o la peor ocurrencia del mundo, pero no había hecho más que pensar en ello. Su actual estado de inquietud le impedía dormir y no conseguía concentrarse ni en las tareas más mundanas.
¿Y si podía cortejarlo?
—Yo me siento tan halagado como perdido —reconoció de mala gana, —y estoy seguro de que usted, milady, tiene el suficiente mundo para comprender por qué.
