Lo que vuestros maridos os ocultan.

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La duplicidad siempre tiene un coste.

Del capítulo titulado

«Lo que vuestros maridos os ocultan»

Christopher se sentía como un mentiroso

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Christopher se sentía como un mentiroso. Un tramposo.

Si se equivocaba, lo estaba insultando de la peor forma posible. ¿Infiel?, ¿Minho?

«Dios, por favor, haz que esté equivocado.»

Bebió un sorbo de vino y observó a su esposo en el otro extremo de la mesa. Estaba precioso, como siempre. Pero había algo en él que transmitía inquietud. Para empezar estaba más callado y parecía preocupado. No solía ser él quien iniciara la conversación, pero esa noche tuvo que esforzarse para llenar los silencios entre ambos.

¿Era acaso porque se sentía culpable?

Él era quien se sentía culpable, maldita sea, por contratar a un hombre para que siguiera todos sus pasos.

-Es muy agradable, ¿verdad? Estar los dos solos, para variar.

-Una velada tranquila en casa es una idea encantadora. -Minho bebió un sorbo de vino. Su cabello centelleaba bajo la luz de las velas. -No solemos hacerlo lo bastante a menudo.

Lo que no hacían a menudo últimamente era el amor. Era culpa suya, porque no conseguía superar sus dudas; pero lo deseaba. Rayos y centellas, lo deseaba. Ese sacrificio había sido una auténtica tortura.

Esa tarde le habían entregado el primer informe. A pesar del nudo que tenía en la garganta, dijo:

-Dime, ¿qué has hecho hoy, querido?

«Por favor no me mientas. Por favor.»

-Recados sobre todo. La sombrerera y ese tipo de cosas. -Él irguió los hombros con elegancia. -Fui a ver a Jihyo de camino a casa.

-¿Ah?

Christopher esperó.

-Sí.

Nada más. Él sabía lo de la visita, por supuesto. Conocía al detalle todos sus movimientos. Por ejemplo, le habían informado de que un caballero solo se había presentado en la casa de Jihyo veinte minutos después de que Minho entrara en el edificio. Sabía que las cortinas del salón delantero habían permanecido echadas. Y sabía que el caballero se quedó más de una hora, después de lo cual había salido de la casa, seguido al poco por Minho. Hudson aún no conocía la identidad de ese misterioso desconocido, pero la estaba investigando. La descripción era un poco vaga, porque el empleado de Hudson estuvo vigilando desde el otro lado de la calle, pero el informe señalaba que el desconocido era ágil, como un joven.

Jihyo era amiga de Minho desde hacía años. ¿Era posible que facilitara una cita discreta para su esposo y su amante? Christopher se cuestionaba el incidente con una angustia interior, confiando en que no se reflejara en su rostro.

ᒪᕮᑕᑕIOᑎᕮS ᗪᕮ SᕮᗪᑌᑕᑕIÓᑎ ( 𝐵𝑎𝑛𝑔ℎ𝑖𝑛𝑜)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora