Sed

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Capítulo 6: Sed

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Solo podía ver borrones mientras corría tan lejos de la escuela secundaria Jae Won, específicamente de Daniel.

Metiendo la mano en sus bolsillos, sacó los tic-tacs después de escupir el chicle de sandía en un bote de basura convenientemente colocado en alguna parte de alguna calle, junto a la gente que lo miraba con curiosidad.

Las chicas miraban con admiración y al mismo tiempo los chicos miraban con recelo y envidia mientras él corría, sin querer llamar la atención de los transeúntes.

Una pandilla lo vio, al reconocer la ropa cara, el líder le hizo un gesto a su grupo de 10 para que siguieran a Jay, quien se metió en un callejón, lejos de la gente y su olor a sangre.

Se escabulló hasta el fondo en el callejón sin salida, agarrándose a la pared para apoyarse, empujando un puñado de tic-tacs en su boca forzándose a masticar y exprimir su sabor.

Automáticamente, su reacción fue escupirlos al suelo, los una vez reconfortantes sabores que ofrecían solo lo hacían sentir náuseas y más sed.

Temía que este día llegara, su cuerpo estaba comenzando a rechazar los supresores.

Le ardía la garganta e intentaba desesperadamente sacar otra cajetilla de tic-tac diferente para calmar su sed, pero ese también fue escupido al igual que los demás.

Miró el contenedor de tic-tac que estaba medio lleno, lo arrojó contra la pared opuesta con nada más que frustración.

¿Por qué no se le estaba yendo la sed?

Estaba bien antes, ¿Qué fue lo qué pasó ahora?

¿algo a cambiado?

La cara sonriente y risueña de Daniel apareció en su mente inundándolo de bonitos recuerdos junto a él, mientras se deslizaba en la pared para sentarse, frustrándose aun más. Quería gritar.

Eso fue todo.

Estaba reaccionando al olor de la sangre de Daniel.

Humedeció sus labios al pensar en ello, qué dulce sería... imaginando qué satisfactorio sería si su agradable sangre bajara por su garganta apagando la sensación de ardor.

Se imaginó a Daniel agarrándolo con fuerza mientras jadeaba de dolor, mordiéndose el labio con tanta fuerza que un pequeño hilo de sangre comenzaba a gotear hasta su mandíbula, mirándolo fijamente cuando se alejara aun en estado casi inconsciente. Demasiado tentador para negarse.

Pudo sentir que su sed empeoraba, el ardor en su garganta se agravaba más fuerte.

Se oyeron pasos en cerca suyo, lo que hizo que Jay mire hacia el frente encontrándose a la pandilla bloqueando la salida.

—¡Definitivamente está cargado, jefe! ¡Mire esas marcas de diseñador que tiene!— uno del grupo cuchicheó hacia otro hombre barrigón tatuado con un pañuelo rojo atado alrededor de su brillante cabeza calva.

El jefe miró a Jay mientras él apretaba los puños, este no era el momento para pelear, especialmente en ese estado de sed de sangre.

En este momento sus nervios estaban bien, la sangre de cualquiera era lo suficientemente pasable como para reprimir su sed por un corto tiempo.

—Está bien, rubio, te dejaremos ir si nos das tu ropa, zapatos, anillos y billetera, ¡si no estás preparado para sentir el infierno!—amenazó el líder mientras hacía crujir sus nudillos, los otros miembros que estaban atrás del tipo se burlaban de Jay.

Se quedó quieto mientras que el líder fruncía el ceño ante su falta de expresión.

—¡Está bien, pequeña mierda! Intentamos ser amables, ahora es el momento de que seas golpea-
el líder no terminó de hablar ya que Jay corrió hacia él y lo noqueó con una fuerte patada en la mandíbula. Solo necesitaba un golpe para cerrarle la boca.

Los miembros estaban en shock al ver que algunos de los dientes de su líder golpearon la pared del otro lado de donde estaba mientras su cuerpo caía al suelo, el ligero olor de su sangre empeoró cuando olió la sangre manchar el piso haciendo que le sea más complicado concentrarse en la situación.

Jay miró a los miembros que lo atacaron, todos derribados por ataques contrarrestados.

Pronto todos yacían en el suelo inmóviles, mientras se tambaleaba un poco, mirándolos.

"Sed ... demasiado sed ... mareado ..." fue todo lo que pensó mientras caía de rodillas cerca de un miembro inconsciente que parecía una versión atenuada de Daniel.

Estaba empezando a ver borroso, su garganta ardía dolorosamente mientras hacía un espacio entre el hombro del cuerpo inconsciente hacia abajo, dislocándolo involuntariamente en el proceso.

Abrió la boca, sus ojos si fueran vistos perderian todo rastro de la persona tranquila que fue alguna vez, ahora solo brillaba en un rojo intenso cubiertos por la más pura sed de sangre.

Hundió los dientes en el cuello de su víctima y, para su disgusto, tenía un sabor horrible. Como algo echado a perder además de agrio y sin sabor, nada a lo que alguna vez anheló.

Puede que se parezca un poco a Daniel, pero no sabía a Daniel, sabía a monedas de cinco centavos y gasolina.

Sus colmillos se retrajeron lentamente después de tragar a regañadientes lo suficiente para estabilizar su visión, la sangre de la víctima goteaba por su barbilla.

"No vale la pena." Pensó al sentír que la sed volvía a crecer, se secó la boca con un pañuelo que tenía en el bolsillo.

Sonrió, una sonrisa de puro dolor para después soltar una risa silenciosa.

Había cedido a la sed de sangre y finalmente se había alimentado de un humano, que sabía a mierda.

Tropezó tambaleándose intentado mantener el equilibrio, con la sonrisa de dolor todavía en su rostro.

Sabía que sus colmillos todavía estaban ahí fuera, pero en este punto ya no le importaba.

Mirando al final del callejón, después de pasar por encima de los cuerpos, jura haber visto por un segundo a Daniel correr más allá del callejón en el que estaba.

Daniel.....

Sintió la familiar sensación de ardor en la garganta, la necesidad de morder el cuello de Daniel y beber y beber volvía a sus pensamientos.

No.

Jay negó con la cabeza, tenía que controlarse.

No se iba a aprovechar así de Daniel.

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"¿A dónde se fue Jay? Creí haberlo visto venir aquí abajo." pensó mientras miraba el área frente a él.

Casi no había nadie donde estaba, la mayoría de las tiendas se encontraban cerradas y la basura adornaba en las calles. Parecía ser una ciudad fantasma.

Miró a su alrededor un poco asustado por la inquietante atmósfera que lo rodeaba.

"Espero poder encontrar a Jay rápidamente y marcharme, Tengo un mal presentimiento al estar aquí". Pensó sin notar que varios ojos lo seguían desde la distancia acechándolo.

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Este cap es algo corto, y lo había olvidado.
Subido el:15/06/21
Editado el:24/01/24

Thirst | Lookism En EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora