Capítulo 1

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La Meseta Merrigod, y Sexto, Venom

Escena 1

Séptima, Maga: ya no tengo motivos para usar ese nombre. Père Noël está al borde de la aniquilación.

Bueno, entonces, ¿qué nombre debería usar ahora?

Hanne... Elluka... ¿Margarita? Si no...

– "Elluka Clockworker" está bien. Lo he estado usando durante mucho tiempo, no necesito cambiarlo ahora.

Cambiar de nombre periódicamente de esta manera es solo una cosa que comencé a hacer reciente, de todas formas. Odio la sospecha que causa cuando alguien me llama por un nombre nuevo y no respondo de inmediato. En ese punto, soy extremadamente torpe.

Pero ese no es el caso de ella. Para cada época, ha estado cambiando su nombre y apariencia, y dependiendo de las circunstancias, incluso su género y personalidad. Ella siempre ha sido una chica hábil. Recuerdo que ella ayudaba a su hermano mayor cuando él hacía sus cajas musicales.

–Se acerca el momento en el que debo arreglar las cosas con ella.

Escena 2

611 EC, 26 de enero.

Julia Abelard, presidenta de la República de Lucifenia, anunció su renuncia e inmediatamente desapareció.

El mismo día, el comisionado de la Policía Mundial, Hank Harewood, llevó a cabo una conferencia de emergencia en la sede de Marlon y puso al vice general de Asmodean, Gatt Coulomb, en su lista de buscados como el asesino de Bruno Marlon/Kaidor Blankenheim.

Esa noche, Phoebe Aymieux fue arrestada por la Policía Mundial por conspirar junto a "Père Noël".

28 de enero.

Los agentes de policía habían entrado en la propiedad de Abelard, ahora deshabitada, para su investigación.

Un joven oficial estaba parado allí en la puerta principal.

Dos personas se le acercaron.

La mujer en silla de ruedas habló.

—¿Puedo pasar?

Por supuesto, no se permitía la entrada al público. Después de todo, se trataba de una investigación policial. Cuando el oficial le transmitió esto, señaló a la otra mujer detrás de ella y dijo:

—Ella es la detective de Justea Heidemarie Lorre. Yo soy su... asistenta. Vinimos aquí para participar en la investigación. Déjanos entrar, por favor.

Al escuchar el nombre de Justea, el oficial se inclinó apresuradamente.

—Por supuesto. ... Esp-espera un segundo. Creí haber oído que la detective Lorre desapareció hace más de un año...

—Oh, no... La detective Lorre nunca desapareció, ¿no es así?

Los ojos de la mujer en silla de ruedas brillaron de color verde.

—... Así es. Por favor... perdone mi error. Continúe.

El oficial se hizo a un lado obedientemente.

—... No pudimos encontrarla, después de todo. —Gumillia negó con la cabeza con pesar.

Elluka estaba en la tesorería de los Abelard junto a ella.

Parecía que se habían retirado casi todos los artículos de la tesorería. No había pasado mucho tiempo desde que llegó la policía, por lo que probablemente no fuera su culpa. La propia Julia debió haberse llevado todos los objetos valiosos antes de huir.

Todo lo que quedó atrás era basura. Lo único que llamó su atención fueron los siete pedestales negros dispuestos en un estante. Cada uno tenía nombres inscritos en ellos.

– "Espada de Venom", "Copa de Conchita", "Los Cuatro Espejos de Lucifenia", "Muñeca del Clockworker", "Espadas Gemelas de Levianta", "Cuchara de Marlon" y "Grim el Fin" –

—Parece que planeaba mostrar los "Contenedores del Pecado Capital" que había reunido aquí —dijo Elluka, suspirando—. Ella debía tener la espada, la copa y la llave con ella. Hubiera sido bueno si se hubiera olvidado al menos de una... Supongo que era demasiado soñar.

—¿Qué debemos hacer ahora? —preguntó Gumillia.

—No tenemos opción. Haremos lo que planeamos desde el principio. –Vayamos a la Meseta Merrigod.

Elluka sacó una carta.

Una "Invitación de duelo" escrita por Irina Clockworker—

La machacó con sus manos tan fuerte como pudo.

Escena 3

29 de enero. 15:00.

Justo cuando el carruaje se había alejado de la estación de control de Kihel, comenzó a llover.

Como recordó, había llovido así cuando visitó la Meseta Merrigod hace un año. Elluka se apoyó contra la puerta del taxi mientras recordaba esto.

—Dios mío, aparte de todo lo demás, ha pasado mucho tiempo, señorita Hanne —les dijo el cochero.

Hasta ese momento, apenas había dicho una palabra mientras movía el carruaje, tal vez notando el constante ceño de Elluka. Pero finalmente abrió la boca, pareciendo incapaz de soportar la atmósfera silenciosa.

—... ¿Cómo está la Señora Brigitta?

—¿Mamá? Bueno, ella es la misma de siempre. Está haciendo todo lo posible para revivir la ciudad, junto con todos los demás de Toragay. –Con el antídoto para el "gift" terminado, finalmente está comenzando a animarse de nuevo.

—Ya veo...

Y ahí terminó la conversación.

El silencio llenó una vez más el carruaje.

—Elluka, tengo una pregunta.

Gumillia fue la siguiente en hablar. Ella estaba sentada al lado de Elluka, su postura era erguida y recta.

—¿Qué pasa, Gumillia?

—La remitente de esa carta... "Irina Clockworker"...

—... Es mi pequeña cuñada, o al menos, iba a serlo. Y también es... la verdadera identidad de la "Hechicera del Gato Rojo". He pasado seiscientos años sin darme cuenta de eso.

—¿Cuándo lo descubriste?

—Cuando recibí la invitación al duelo.

Gumillia miró el rostro de Elluka por un momento.

—... Mientes. Estás mintiendo, Elluka. Debiste haberlo sabido, mucho antes, cuando fusionaste tus recuerdos con los de la "Princesa del Sueño".

—... Parece que la hipnosis ha desaparecido.

De hecho, Elluka había estado hipnotizando a Gumillia.

Sin embargo, no fue para convertirla en una marioneta como le había dicho a Julia y a los demás. En verdad, ella no había querido preocuparla más de lo necesario con lo sucedido con la "Princesa del Sueño", y por eso la había obligado a olvidar por hipnosis que habían vuelto a encontrar a Margarita en el Bosque del Árbol del Milenio.

Sin embargo, la hipnosis que Elluka podía usar no era tan fuerte como la de Margarita.

El efecto se debilitó gradualmente con el tiempo.

–Elluka tenía otra cosa que le ocultaba a Gumillia.

Cuando había absorbido a la "Princesa del Sueño" en sí misma con la Técnica del intercambio, además de ganar sus habilidades, Elluka también había obtenido cierta verdad. Había recordado algo que había olvidado.

«Yo soy-»

—Hay, otra cosa.

Gumillia continuó hablando.

—¿No me dijiste que solo tenías una pregunta, Gumillia?

—Sí. Ésta no es una pregunta. Esto es solo para decirte algo de lo que me di cuenta hace un momento.

—¿Qué es?

—... —Gumillia señaló en la dirección en la que se dirigía el carruaje—. Hay alguien ahí.

—-! Ese es-

Había un hombre en traje militar armado con una espada, parado en medio de la Autopista Blovas.

—-¿¡Sexto, Venom...!?

Elluka ordenó apresuradamente al cochero que detuviera el carruaje.

Pero antes de que el carruaje pudiera detenerse, Gatt sacó su espada de la vaina.

—-! ¡Agachaos!

Justo cuando Elluka gritó su orden, un rayo de luz pareció emanar de la espada.

Balanceándose de un lado a otro, el carruaje se detuvo ante Gatt.

Cuando Elluka volvió a mirar hacia arriba, la cabeza del caballo que había estado tirando del carruaje se había desprendido de su cuerpo y había caído al borde de la carretera.

—... Qué desastre has hecho.

El cochero parecía estar bien, pero estaba inconsciente. Gumillia ayudó a Elluka a bajar del carruaje con su silla de ruedas.

La espada que empuñaba Gatt, a diferencia de una normal, tenía una hoja larga que brillaba de dorado.

—La Llave de Oro, "Grim el Fin", una extraña hoja que cambia de forma a voluntad... Ja, ja, ja, la más magnífica, me parece. Pensar que ejercía tal poder más allá de mi comprensión...

Gatt sonrió sin miedo mientras miraba su espada dorada. Pero cuando volvió a mirar los rostros de Elluka y Gumillia, una vez más reanudó su expresión sombría.

—No te dejaré ir a por "Primera, Santa Claus", "Hechicera Eterna".

—... Hah. —Elluka dejó escapar un suspiro de asedio—. Gatt Coulomb. ¿Por qué le has jurado tanta lealtad?

—Es por la justicia. Hay males necesarios que uno debe emprender para enderezar este mundo.

—... Así que estás arrasando por un sentido de justicia. Qué ingenuo. Tu antepasado también pensaba así, pero en realidad tenía una personalidad incontrolable.

—Silencio. Puede parecer que has vencido a Lemy con tus tácticas cobardes, pero eso no funcionará conmigo... Matar a un niño de esa manera... Tú, canalla. ¡Te juzgaré por la justicia!

La espada que sostenía Gatt brillaba más intensamente, pareciendo responder a su ira.

—Eres lo suficientemente enérgico para eso, pero aquí somos dos.

—Hmph. Yo no contaría a una mujer en silla de ruedas. –Aunque su ex-investigadora de Justea parece formidable.

—Oh, vaya. Qué cosa tan irritante acabas de decir. ... Muy bien, Gumillia, retrocede. Yo misma me ocuparé de él.

Gumillia se apartó como le dijo.

Los ojos de Elluka brillaron siniestramente.

—-¿Para qué viniste aquí a Elphegort en primer lugar, Gatt?

—¿...? ¿No te lo dije? Vine aquí para vencerlas a las dos...

—No, eso no es. Tú... viniste a Elphegort para hacer turismo.

Sus ojos verdes brillaron más.

Era la habilidad que Elluka había ganado por la "Princesa del Sueño", la hipnosis.

—...—Gatt miró a Elluka a los ojos como hechizado—. ... ¿De qué... De qué hablas? ¿Turismo? No soy de los que se dejan engañar por palabras vacías.

—-! ¿Me estás tomando el pelo... ¿La "Hipnosis", no está funcionando?

Quizás era por el "Contenedor del Pecado Capital" Grim el Fin que Gatt sostenía, o quizás la "hipnotización" no pudo echar raíces debido a que descendía de "Venomania".

En cualquier caso, la hipnosis aparentemente no funcionó en él.

—... Parece que has intentado algo. Pero... ¡lo diré de nuevo! ¡Tales planes insolentes no funcionarán en mí!

—Parece que es así. En ese caso... ¿qué tal esto?

Aunque la hipnosis no había funcionado, Elluka no se inmutó.

La hipnosis no era el único poder que había obtenido de la "Princesa del Sueño".

Ella había sido la bruja más poderosa del Reino Mágico de Levianta, y todo el poder que tenía lo había conseguido ahora Elluka.

—Prueba de la fuerza de la "Pecadora Original", Eve Moonlit.

Todavía sentada en su silla de ruedas, Elluka levantó ambas manos.

La lluvia creció en intensidad y nubes negras comenzaron a cubrir el cielo,

—Uno de los cinco grandes hechizos de destrucción del Reino Mágico: Medvedi ubit.

En el momento en que Elluka recitó el nombre del hechizo...

Varios rayos cayeron sobre Gatt.

–Elluka y Gumillia subieron la colina de suave pendiente que conducía al pueblo de Calgaround.

Le habían entregado al cochero varias monedas de plata a modo de disculpa. Les había dicho que tenía la intención de comprar un caballo nuevo en una granja cercana con el dinero.

Elluka le había pedido que llamara a la policía mientras estaba en ello, para arrestar a Gatt.

Habían dejado a Gatt atado a un árbol cercano. Estaba completamente frito, pero como ella se había portado bien con él hasta cierto punto, no murió... probablemente.

Le habían quitado todas sus armas, por lo que, en cualquier caso, no podía ser una amenaza para el cochero, el granjero o los agentes de policía.

—Gumillia. Te la prestaré.

Elluka le entregó a Gumillia "Grim el Fin". Ya no era una espada, habiendo vuelto a su forma original de llave.

Empujando la silla de ruedas con la mano izquierda, Gumillia aceptó la llave con la derecha y luego la puso en su túnica.

Llévala como un amuleto. Fue el arma que una vez consignó a Venomania al olvido; puede llegar el momento en que resulte útil.

—... Preferiría que no.

—Si no tienes ganas de usarla, también está bien. Estoy segura de que puedes lidiar con Irina lo suficientemente bien sin ella.

—¿Ella se ha vuelto mucho, más fuerte de lo que era antes?

Gumillia había peleado una vez con Irina, aunque en ese momento se hacía llamar Abyss IR. En ese entonces había habido una abrumadora brecha de poder entre ellas. Si no hubiera sido por la ayuda de Elluka, probablemente no hubiera ganado.

El rostro de Elluka se ensombreció levemente.

Pecados Capitales Del Mal: Quinto PierrotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora