Capítulo 2

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Cuando se levantaron todos, en la mañana, Alina fué rápido a desayunar junto a sus padres. Ella volvió a preguntar sobre una tal chica llamada Ámbar.

—Mamá, ¿conoces a una chica llamada Ámbar?

Su madre la miró extrañamente... Y luego miró a Marvin, los dos sabían que ya Alina no estaba cansada ni con sueño... ¿Y aún seguía preguntando sobre eso?

—No Alina, ya tu padre te contó que no conocemos a nadie con ese nombre— Dijo Carla

Alina terminó rápido su desayuno y luego salió a tomar aire en la calle.

—Hey, Alina, ¿Me buscabas? ¿Cómo estás?— Dijo Ámbar

Alina se sorprendió, ¿como había aparecido esta chica tan de repente?

—Sí— Dijo Alina
—De hecho, estaba pensando en hablar contigo... Mis padres dicen que no te conocen, ¿Cómo es que sabes mi nombre?

—Es muy gracioso, de hecho sé tu nombre porque oí cuando estabas entrando ayer a tu casa tu padre te gritó para que lo ayudaras.— Dijo Ámbar riéndose

Alina se alejó de Ámbar y fue a una biblioteca que quedaba cerca. Esocojió un libro y se sentó a leer en silencio en una de las mesas que había. Lo empezó a leer cuando a la biblioteca llegó su madre, Carla.

—Hola cariño, no sabía que te podría encontrar aquí... De hecho nunca lees libros, ¿Te sucede algo?

—No, tranquila, estoy bien. Pensé que debería leer algunos libros.— Comentó Alina a su mamá

Carla, la miró, sonrió y se fué de la biblioteca dejándole una nota en su bolsa que decía: "Si necesitas algo, tranquila, cuenta conmigo"

Alina se sentía bien, no entendía porque su madre estaba tan preocupada por ella. No había razón para estar así.
Alina acomodó el libro en la estantería y salió de la biblioteca.
En el camino se cruzó con Ámbar.

—Ámbar, mi vida se a vuelto un poco extraña. Siento una sensación de que algo no cuadra, pero sé que no debo preocuparme de nada— Dijo Alina

—¿No crees que debas estar cansada? Digo, hoy ha sido un día largo.— Contestó Ámbar

—Está bien, gracias por tus consejos. Eres la única persona con la que he hablado en estos días.

Alina se fué a su casa, y su padre estaba ahí. Entonces, le dijo lo siguiente:

—Papá, ¿Será que me puedes conseguir un psicólogo? Al menos para mañana.

Marvin, su padre, se sorprendió mucho al oír a Alina decir eso. No entendía porque debía hacer eso, pero imaginó que como Alina jamás había ido a uno sentía curiosidad de saber cómo era.

—¿Por que crees que debo llevarte a un psicólogo? Te ves alegre y muy sana, no creo que lo necesites. Pero si quieres... Puedo decirle a tu madre para que consiga alguno. Ya sabes, ella tiene muchos contactos.— Dijo Marvin

Alina asintió con la cabeza, pero ahora estaba algo preocupada.
¿Y si sería por gusto ir? ¿Y sí el psicólogo le preguntaría cosas que no sepa responder y piense que ella está mentalmente enferma? Todo esto pasaba por la mente de Alina.

"RIING-RIINGG" Sonó el teléfono de Alina. Era su madre.

//Hola mamá, ¿Pasa algo? ¿Por qué me llamas?//
//Hija, no te preocupes, no pasa nada.
Solo quería decirte que ya conseguí la cita con una psicóloga para mañana. ¿Qué te parece eso?//
//Muy bien, eso es genial. Me alegra mucho. Bueno, te esperamos en casa//

Alina no podía creer como su propuesta de ir al psicólogo había funcionado.
Pero ahora lo más probable es que su madre le hiciera varias preguntas cuando llegue a casa sobre la razón de su visita al psicólogo.
Cuando la mamá de Alina llegó cenaron, todos en silencio, algo que sorprendió bastante a Alina, ya que normalmente su familia hablaba en la cena.

—Voy a mi cuarto, la cena estuvo deliciosa. Mañana nos espera un gran día, así que debo descansar— Dijo Alina

Sus padres se despidieron de ella, y Alina fue a su cuarto, aunque no había hecho casi nada en el día se sentía bastante cansada.
Alina se preguntó a ella misma:
¿Qué tipo de preguntas me hará la psicóloga?
Entonces, ya era tarde y Alina se fué a su cama, y al instante se quedó dormida.

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