Capítulo 3

8 2 0
                                    

Alina y sus padres se levantaron temprano. Era aún de madrugada. Todavía no había salido el sol.
Carla preguntó a su hija:

—Alina, hija, ¿Estás segura de hacer esto?

Alina no quería hablar, pero para responder la pregunta de su madre asintió con la cabeza. No podía mentir, estaba nerviosa. Ni siquiera su desayuno le apetecía. Pero, para apurar el viaje, se lo terminó.

—Chicas— Dijo su padre Marvin —Recojan los platos, yo las esperaré en el carro.

—Ok— Dijeron las dos al mismo tiempo

Luego, se montaron en el carro. Fue un largo viaje, Alina no dejaba de pensar en lo que le preguntaría la psicóloga... Estaba demasiado nerviosa. Pero era normal, ya que esa fue su primera consulta.

¿Los psicólogos guardan los secretos?
¿Y si me pregunta algo muy personal?

Esas preguntas pasaban una y otra vez por la mente de Alina.
Todo era muy confuso, hasta sus padres se sentían algo confundidos. Pero al fin llegaron. Cómo era una pequeña ciudad, los hospitales, tiendas, parques y restaurantes no eran demasiado grande que digamos. Aquel lugar, era una clínica, habían varios pacientes esperando a ser atendidos. Al ver esto, se sintió más segura.
Alina estaba más observadora que nunca. Pero se puso aún más cuando vió a su psicóloga. Ella era una mujer alta, de pelo negro como Alina, con ojos marrones y de piel trigueña.

—Mucho gusto Alina, mi nombre es Cristal, tus padres me han hablado de tí. Y por lo que me han contado, eres una chica linda, tímida y muy reservada.— Dijo la psicóloga

—Hola, mi nombre como ya lo conoces... Olvídalo— Dijo Lucía demasiado nerviosa

—Hey, tranquila, es tu primer vista al psicólogo. Es normal que estes así, pero que tal si mejor me acompañas y nos quedamos nosotras solas para que me cuentes porque crees que necesitas que yo te atienda— Le dijo Cristal

Alina la miró, sonrió y asintió con la cabeza. Miró a sus padres sonriendo y se dirigió a la sala. Luego sintió una gran ola de alivio, al saber que Cristal entendía que ella era bastante reservada y no contaba a cualquiera sus problemas.

—Bueno, creo que he venido hasta acá porque mis padres se preocupan demasiado por mí, siento que no me dan mucho espacio... Y una adolescente a mi edad necesita eso— Dijo Alina

Mientras Lucía hablaba con Alina, sus padres no estaban tan preocupados. Solo esperaban que todo saliera bien, cuando terminó Cristal dijo:

—Me encantó hablar con ella, pero le he prometido no hablar nada de lo que me ha dicho. Pero no es nada de que preocuparse, le he dado unos cuantos consejos para que no regrese. Pero si algún momento necesita de mi ayuda estoy para servirles.

—Muy bien, estamos muy agradecidos— Dijo Carla

Se fueron y por supuesto, no pudieron aguantar las ganas de preguntarle a Alina sobre cómo le había ido.

—Hija, ¿como te fué?— Dijo Marvin

—Yo diría que bastante bien, para ser mi primera vez...—

Carla le preguntó que si quería pasar por un restaurante de Pizza para celebrar un poco ese día.

—No es para tanto mamá, pero ya que insistes.— Dijo Alina

Entonces se fueron hacia aquel restaurante. Cuando llegaron Alina se sentó junto a su familia, y rápidamente vino el camarero. Pidieron su pizza, y luego se retiraron a su casa.
Cuando llegaron Alina se encontró a Ámbar, algo curioso es que justamente, sus padres ya habían entrado a la casa.

Ella Sí Existe!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora