Dɪ́ᴀ Sᴇɪs: Rᴏᴘᴀ Fᴏʀᴍᴀʟ

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Día Seis
Ropa formal
 

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Lo había estado pensando durante mucho tiempo.
 
Había considerado todos los posibles escenarios que ello conllevaría y aunque hubo un momento en que dudó en continuar, la mirada de la fémina le hacía apaciguar toda duda en su interior.
 
Era un hombre dudas; ya incluso hasta podía considerarse natural.
 
Por ello, aquella tarde de junio, cuando ella cortaba las malas hierbas de su jardín y el leía con tranquilidad un libro, los ánimos aumentaron.
 
Observarla tan ajena a todo lo que le rodeaba únicamente interesada en los rosales que crecían día con día le hizo comprender que era el momento idóneo para cuestionarlo.
 
No había cabida para dudas, esos meses a su lado le había capturado en cuerpo y alma y no quería marcharse de ese pueblo sin una respuesta.
 
En tres días regresaría a su escuadrón y sólo Dios sabía cuando podría tener la oportunidad de verla nuevamente.
 
Era el momento, podía sentirlo.
 
Dejó el libro a un lado y camino con pasos lentos y torpes hasta la dama que cortaba algunas flores y las depositaba en una canasta.
 
−Rose−Habló de golpe tratando de no sonar nervioso−Necesito hablarte de algo−.
 
Giró el rostro para observar al masculino; evitaba su mirada y un tenue rubor en sus mejillas le indicaba que estaba nervioso.
 
No había nada que pudiera ocultarle. A este punto de la historia ella era la única que podía leerlo a la perfección.
 
Conocía sus defectos y virtudes; desde sus gustos tan simples como un café negro por la mañana, hasta el olor de la lluvia en una noche de verano.
 
Ella le hacía feliz...
 
Verdaderamente completo, cómo si nada le hiciese falta.
 
−¿De qué deseas hablarme?−Preguntó al fin sacudiéndose la tierra de las rodillas.
 
Su vestido color melocotón estaba sucio y lleno de raíces y tierra aunque ella no parecía reparar en estos detalles.
 
Carraspeó levemente y trató de volver a su actitud serena de siempre.
 
Le era difícil mantenerse serio teniendo a Amy Rose con un vestido tierroso y la cara manchada de lodo.
 
Era simplemente adorable.
 
Y todo el autocontrol que iba ganando con el pasar de los segundos se esfumaba en un parpadeo.
 
−Eres un desastre−tomó un pañuelo de su bolsillo y limpió el rostro de ella con ternura−Así está mejor−.
 
Con el rostro limpio, Amy hizo un mohín indicando que no estaba del todo contenta con la acción del moreno.
 
−No soy un desastre−se quejó−Yo soy hermosa con o sin tierra−Se jactó divertida.
 
−¿Cómo negarlo?−secundo la broma y le acarició la mejilla con cariño.
 
Ambos intercambiaron un par de risillas cómplices y tras unos segundos ella continuó la conversación anterior.
 
−¿De qué querías hablarme?−.
 
Ya casi lo había olvidado...
 
−Yo necesito decirte algo y no tengo la menor idea de como comenzar−se sinceró−Voy a irme muy pronto−.
 
Amy asintió, era consciente de ello.
 
−Lo sé−Aunque su voz era tranquila, su rostro demostraba tristeza.
 
−Y siendo honesto...−le tomó mucho más trabajo el encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que necesitaba decir−No sé cuanto tiempo me tome volver...−
 
Era una realidad, algo a lo que estaba dispuesta cuando lo aceptó en su vida. Pero no por ello significaba que las despedidas fuesen menos dolorosas.
 
Iba a esperarlo, de ello no tenía la menor duda, pero ¿cuánto tiempo le llevaría?
 
La espera era una lenta y tortuosa agonía...
 
−Shadow yo...−
 
Tomó con suavidad sus hombros y le obligó a mirarle a los ojos.
 
−Por favor Rose, déjame terminar−seguía mirándola a los ojos sin perder detalle de su rostro−Quizá no me estoy explicando correctamente y mis palabras no llegan al punto que necesito abordar−Tosió levemente−Quiero decir, no me cabe la menor duda de que estarás aquí esperando mi regreso...−.
 
No obtuvo una respuesta por parte de ella.
 
−Sé que vas amarme sin importar el tiempo...−
 
Seguía sin emitir una respuesta o algún tipo de sonido que pudiese interpretarse como que estaba prestándole atención.
 
Lo escuchaba sí, pero la punzada en su corazón no le permitía emitir palabras.
 
El quería terminar con ella.
 
No lo decía, pero tantas vueltas al asunto se lo demostraba. Que no encontrase las palabras adecuadas para no "romperle el corazón" no significaba que fuese a dolerle menos.
 
Tenía la garganta seca y las ganas de llorar le invadían.
 
Sabía que pasaría, que Shadow tarde o temprano se iría y que aunque la distancia les separara ella nunca dejaría de amarlo como el primer día, pero aún así nunca pensó que ello pasaría tan pronto.
 
−No lo digas, Shadow−Habló al fin y retrocedió unos cuantos pasos, confundiendo a su compañero−Te libero de mí−Dijo con lágrimas en los ojos y corrió lejos de él.
 
Sin entender del todo que rayos estaba sucediendo trato de seguirla cuando la voz de alguien pronunciado su nombre le hizo detenerse.
 
−Teniente S. THE HEDGEHOG−Habló el militar recién llegado y se detuvo de mala gana a recibirlo−Comunicado urgente de los altos mandos−Le tendió un pergamino perfectamente doblado y con una reverencia se retiró tal como había llegado.
 
Miró el trozo de papel en su mano y pensó por unos cuantos segundos que debía hacer primero.
 
Si ir por Rose y explicarle el malentendido que acababa de formarse o si debía leer aquel documento de carácter urgente.
 
Sabía en el fondo que sus deberes con la milicia debían en este momento tener prioridad.
 
Abrió la hoja leyendo el contenido lo más rápido que le permitieron sus ojos.
 
En ella explicaban que el ejercito enemigo estaba próximo a invadir las tierras aledañas a las que se encontraba.
 
Estaban buscando represalias contra los pobres campesinos debido a la osadía que el había cometido.
 
Vector y su escuadrón estaban por llegar en unas cuantas horas para defender las tierras y evitar las pérdidas de inocentes.
 
Soltó un suspiro de frustración y se adentró en la morada dispuesto a aclarar las cosas con Rose.
 
Caminó por los pasillos rogando mentalmente que ella estuviese dispuesta a escucharle.
 
−Lo ideal será que la dejes calmarse−Knuckles caminaba en dirección contraria a la suya.
 
Observó al médico leer el periódico sin ningún contratiempo y pensó un momento si sería prudente hablar con él de lo que estaba sucediendo.
 
−No sé mucho de enamoramientos−Knuckles continuó leyendo sin mirarle directamente−Pero luces inquieto... ¿Qué te aqueja?−
 
Le parecía increíble la manera en que la manera en que podía inferir algunas cosas ese sujeto tan extraño.
 
Quizá se debía al entrenamiento o sólo era perspicaz.
 
Fuese lo que fuese, Shadow sabía en el fondo que podía confiar lo suficiente en el como para decirle lo que estaba sucediendo.
 
−El enemigo se aproxima−dijo al fin y le tendió el pergamino para que leyese con detenimiento el contenido−Y temo por la integridad de este pueblo−se sinceró.
 
Había logrado apreciar la tranquilidad que esos días le habían brindado.
 
Una vida tranquila y sedentaria no parecía tan mala cuando Rose estaba involucrada.
 
Y ahora ante la inminente amenaza que se avecinaba sabía que debía actuar rápido y cuidar de la mujer que amaba.
 
Aunque ella en este momento estaba creyendo que era un cretino.
 
Knuckles terminó de leer el contenido y con una mueca que no pudo interpretar soltó un largo y sonoro suspiro de resignación.
 
Sabía que la guerra iba alcanzarle tarde o temprano y que eventualmente iba a tener que enfrentarse a vivir en carne propia los horrores que traía consigo.
 
Miró al moreno que parecía a punto de tener una crisis nerviosa y pensó en que decir en ese momento.
 
Las cosas se habían complicado.
 
−Así que dos días−soltó al fin y Shadow no parecía prestarle atención.
 
Ahora miraba con frustración aquella puerta de madera donde los sollozos de la fémina eran completamente audibles.
 
Escucharla llorar le partía el corazón...
 
−Rose−Le llamo desde afuera y ella no respondió−Necesitamos hablar−llamo de nuevo y ella seguía sin responderle−No es lo que estás pensando, yo solo...−
 
−¡VIENEN LOS SOLDADOS!−La voz chillona de Charmy llamó la atención de ambos mayores y voltearon a mirarle confundidos.
 
−¿De qué estás hablando?−Fue Knuckles quien se pronunció al respecto.
 
El niño, inocente del mundo que le rodeaba señaló a la ventana con una sonrisa en el rostro.
 
−Ahí vienen−Dijo feliz y ambos adultos miraron con horror como a lo lejos soldados enemigos se aproximaban marchando hasta el pueblo.
 
−CARAJO−se quejó el moreno y miro a Knuckles de manera histérica sin saber que hacer.
 
El escuadrón de Vector llegaría en dos días y para ese entonces el pueblo sería masacrado.
 
Contuvo un grito de frustración para no alarmar al menor.
 
−Charmy, llama a todos en la posada, rápido−Knuckles parecía más calmado pero en su voz el miedo era evidente.
 
El niño obedeció al instante y la ante la evidente y desafortunada situación que estaba sucediendo Shadow no tuvo más remedio que romper la puerta del cuarto de Amy.
 
Perpleja y evidentemente molesta abrió la boca para quejarse de lo que estaba sucediendo cuando los firmes pero poderosos brazos de Shadow la levantaron sin dificultad conduciéndole fuera de la habitación.
 
−¡Bájame ahora!−demando molesta y miró que Knuckles tenia una mirada asustada y Shadow parecía fuera de sí.
 
−¿Qué...?−
 
−El enemigo se aproxima−le dijo sin tapujos y la deposito en el suelo con suavidad−En menos de una hora nos van a aniquilar si no hacemos algo rápido−.
 
El miedo que recorrió a la fémina le hizo temblar incontrolablemente.
 
El evidente paralelismo con la situación que había vivido en su infancia y había cobrado la vida de su padre se repetía nuevamente de una manera abrumadoramente similar.
 
Podía escuchar a Knuckles y Shadow discutir y buscar alguna manera de arreglar las cosas y eso la tensó.
 
No tenían tiempo que perder...
 
−¡Los túneles!−Chilló de pronto y ambos la miraron sin saber que hacer−Hay que evacuar la ciudad cuanto antes, ustedes corran la voz, yo reuniré provisiones−Corrió en dirección de la cocina y comenzó a guardar agua y todo lo que creía haría falta.
 
Shadow por su parte sabía que eso era algo arriesgado, pero no tenían más remedio que intentarlo.
 
Ambos salieron de la casa en dirección a la ciudadela llamando a las puertas de los ciudadanos contando de manera brusca y apresurada lo que estaba aconteciendo.
 
Algunos miraban incrédulos, pero ante el miedo en el rostro de aquellos militares comprendieron que no había mentira en sus palabras.
 
Mujeres y niños eran los primeros que debían evacuar la ciudad.
 
Knuckles les condujo hasta la entrada principal de los túneles que el padre de Amy había construido y les dio instrucciones de no parar hasta llegar al final.
 
Ahí debían salir y refugiarse en las cuevas hasta tener noticias de lo que estaba sucediendo.
 
Y Amy, bueno... a este punto había olvidado por completo todo el asunto con Shadow y porque estaba enojada con el.
 
En este punto solo le importaba mantenerle a salvo...
 
Mientras ellos evacuaban la ciudad, ella debía encargarse de llevar a la abuela, los veteranos y los pequeños Charmy y Tails al lugar seguro.
 
−Amy, querida... ¿a dónde dices que vamos?−La abuela Rose era completamente ajena a lo que estaba sucediendo.
 
−Debemos ir a un lugar seguro−Le dijo y la condujo con cuidado hasta el sótano de la posada donde se encontraba la entrada al túnel−Debes caminar con las chicas, te alcanzaré en un momento−Le dijo y ella le tomó del brazo asustada.
 
−Ten cuidado, mi niña−Le dijo y se adentró en el túnel con pasos lentos.
 
Subió escaleras arriba dispuesta a buscar a Charmy y Tails, ya solo faltaban ellos para refugiarse.
 
−¡Tails! ¡Charmy!−Les llamó a gritos, pero estos no respondieron.
 
Corrió por los pasillos abriendo puertas buscando al par de infantes entre las habitaciones pero estos seguían sin responder.
 
−¡Charmy, Tails! ¡No es momento de jugar!−Gritó desesperada y escucho unos ruidos provenientes del final del pasillo.
 
Corrió con todas sus fuerzas hasta la fuente del sonido encontrando a Tails, abrazado a sus rodillas completamente asustado.
 
−¡Tails!−Le llamó a gritos y el niño corrió a abrazarle−¿Dónde está Charmy?−.
 
El niño cubierto en lágrimas sólo pudo atinar a decir que Charmy había salido de la casa siguiendo a Shadow y Knuckles.
 
Maldijo por lo bajo y corrió sujetando a Tails de la mano con dirección al sótano.
 
Aspiró fuertemente con la nariz y le dio instrucciones al niño de caminar por ahí.
 
Temeroso el asintió torpemente sin posibilidad de replicar.
 
Corrió escaleras arriba dispuesta a buscar a Charmy cuando fue interceptada por Shadow en el camino.
 
−¿A dónde vas?−Le cuestionó preocupado−Ya deberías estar rumbo a la zona segura−.
 
Sintiendo las palabras atorarse en su garganta debido a la desesperación gritó frustrada.
 
−¡Charmy esta afuera!−Grito dispuesta a salir buscarlo, pero Shadow le impidió el paso.
 
−Quédate aquí, yo lo buscaré−trato de tranquilizarla y salió de la morada buscando al menor.
 
Afuera pudo notar como la mayoría de los habitantes ya habían sido evacuados.
 
Knuckles por su parte conducía a unos cuantos ancianos hacia otra de las entradas.
 
−¡Hey!−Escuchó a lo lejos y notó al herrero y un grupo de jóvenes acercarse a él−No tenemos armas ni somos soldados, pero tenemos nuestras trinches y cuchillos para defender el pueblo−.
 
Y efectivamente, aquella veintena de jóvenes estaban armados con armas blancas que podían ser útiles para evitar que el enemigo se dispersara.
 
−Vayan en grupos de dos y ocúltense dentro de las casas−Respiró hondo, buscando serenidad−Cuando el enemigo intente saquear le tomarán por sorpresa−dijo y los jóvenes obedecieron inmediatamente.
 
Knuckles se acercó hasta el moreno y le informó que había evacuado a todos los ciudadanos restantes.
 
−Necesitamos encontrar a ese niño... Charmy−.
 
−Carajo−Espetó el médico−Ese niño es...−.
 
−¡Charmy!−La voz de Amy resonó por toda la ciudadela y ambos entendieron que debían darse prisa.
 
¿Dónde podría estar?
 
−¡Charmy!−Knuckles gritaba desesperado.
 
Dónde...
 
"Los soldados vienen"
 
Esas palabras.
 
Sin mediar palabra corrió en dirección a la salida del pueblo, sabía que si no se daba prisa algo malo pasaría.
 
Corrió sintiendo que sus pulmones se partían debido al esfuerzo y desde lejos.
 
A pocos metros del enemigo pudo notar al pequeño niño escondido entre los matorrales observando fascinado a los soldados.
 
Maldita sea...
 
Sintiendo como el corazón bombeaba con fuerza a causa de la adrenalina corrió hasta el muchachito tomándolo en brazos y continuó corriendo hasta el pueblo, con la mala fortuna de ser detectado por el enemigo.
 
El sonido de las detonaciones se hizo audible y la ráfaga de balas iba dirigida hacía el.
 
Corrió como alma que persigue el maligno y simplemente dejo de pensar. Podía sentir las lágrimas del imprudente y bien intencionado infante mojar el cuello de su camisa.
 
Y se bloqueó...
 
Sólo quería entregarle ese niño a Rose y asegurarse de que ella estaría bien.
 
A pocos metros pudo distinguir la entrada del pueblo y apresuró lo más que pudo el paso alertando al médico de que era perseguido.
 
−¡Charmy!−la voz de Amy fue música para sus oídos−¿dónde estabas?−reprendió levemente al menor y lo cargó en brazos estrujándolo en su pecho en un gesto maternal.
 
Mientras Shadow de permitió respirar. De golpe el dolor en el costado izquierdo le hizo arquearse levemente.
 
Le habían disparado...
 
−Vete ya−Le dijo a la chica y ella parecía renuente a dejarlo−Cuando todo acabe, serás mi esposa−Le dijo con una media sonrisa.
 
Y dado a que la histeria estaba reinando en la fémina la reacción de la muchacha fue mucho menos efusiva de lo que podría haber esperado.
 
−¿Me lo prometes?−
 
−Te lo prometo−.
 
No fue romántico, ni tampoco hubo tiempo de sellarlo con un beso.
 
Ella corrió rumbo al sótano y el sólo pudo soltar un quejido de dolor.
 
−¿Estás bien, Teniente?−Knuckles se adentro en la casa y notó la mancha de sangre en el joven−Mierda, esto va a ponerse feo−
 
Dolía como el infierno y estaba seguro que no tenía suficientes fuerzas como para luchar, pero aún así aguantaría lo más que le fuese posible.
 
−Arréglalo−pidió−Sólo, detén el sangrado lo suficiente−.
 
Knuckles sabía que eso era prácticamente imposible debido a la situación, pero la determinación en el rostro de Shadow le hicieron reconsiderar su decisión.
 
Entre trastabilleos le condujo a su habitación para colocarle un torniquete improvisado y limpiarle la herida lo más que le fuese posible.
 
Esperaba que fuese lo suficientemente duradero como para evitar una hemorragia.
 
−Gracias−.
 
−No agradezcas ahora, aún no estamos fuera de peligro−Le dijo y debajo de su cama tomó un baúl enorme.
 
Abrió el contenido y en su interior una cantidad considerable de armas de distintos calibres se mostraron ante ellos.
 
−Cuando dejé el ejercito me traje conmigo la mitad del armamento de mi pelotón, sólo para molestar−ironizó y tomó una de las pistolas de su interior.
 
Shadow meditó unos segundos las probabilidades que tenían de tener éxito. Eran 99 a 1.
 
Mínimas...
 
Pero debía intentarlo...
 
Ya se lo había prometido a Rose.
 
−Debes atrancar la puerta−Le dijo y el médico obedeció colocando diversos objetos frente a la puerta.
 
De pie y con mucho dolor Shadow tomó una arma y se posicionó frente a la ventana como un francotirador a esperar los primeros vestigios de llegada del enemigo.
 
Esperaba que los jóvenes dispersados en las casas aledañas guardaran la calma y estuviesen bien posicionados.
 
Pensó en Rose y en los pueblerinos, deseando que estuviesen a salvo y resguardados.
 
Respiró hondo; ya sólo quedaba esperar y resistir lo más que le fuese posible.
 
−Eres valiente−Knuckles reconoció su valía y sonrió con sorna.
 
−No te quedas atrás, rojo−.
 
Sólo restaba esperar...
 
Minutos que parecieron una eternidad. En silencio espectral el ruido de las botas de combate hacían vibrar el suelo del lugar.
 
Ambos se observaron en un gesto de confirmación de que la hora había llegado.
 
Aceptando orgullosos que podían morir en el intento.
 
Los pasos de aquellos soldados que podían calcular eran por lo menos 60 se acercaron cada vez más.
 
Abrió con lentitud la pequeña ventana de la habitación, preparándose.
 
El ejercito enemigo se adentró en la ciudadela y todo se quedó en silencio. Parecían sorprendidos de la soledad que había cuestas.
 
Podían escuchar los gritos y sandeces que expresaban y también las intenciones que tenía de violar y robar todo lo que encontrasen a su paso.
 
Algunos, los más atrevidos se adentraron confiados en las moradas dispuestos a encontrar algo de valor.
 
Los gritos de agonía y la dispersión de quienes se encontraban fuera de las casas fueron la señal que necesitaba para abrir fuego.
 
Disparó.
 
Uno, dos, tres, perdió la cuenta luego del séptimo disparo.
 
Las balas eran disparadas todas direcciones y algunos soldados ya hacían en el suelo heridos a causa de las armas de los valientes pobladores que les enfrentaban sin temor.
 
Shadow seguía disparando lo más rápido que le era posible mientras Knuckles le tendía una a una las armas que iba sacando del baúl.
 
No tenía un reloj que contabilizara el tiempo que había transcurrido, pero el río de sangre que corría por las calles le indicaba que habían transcurrido al menos dos horas desde que el conflicto había iniciado.
 
Seguía disparando lo mejor que su vista borrosa le permitía y aunque las fuerzas le estaban fallando no podía darse por vencido.
 
Dejar de disparar sería darles pase libre para abrir fuego contra aquellos pobladores que en este punto ya no podía asegurar si seguían con vida.
 
La mano le temblaba a causa de la sangre que iba perdiendo.
 
−Déjame seguir−le dijo Knuckles y Shadow asintió cansinamente.
 
El médico quien honestamente poco sabía de armas comenzó con las detonaciones esperando dar en el blanco.
 
−Hay cerca de 20 en pie−le informó mientras seguía disparando y él se recostaba en el piso intentando recuperar las fuerzas perdidas.
 
Miró el techo unos segundos perdido en el dolor y el cansancio que su cuerpo había soportado y exhaló tan fuerte como sus pulmones se lo permitieron.
 
Tenía tanto sueño...
 
Cerró los ojos suavemente y pensó en Rose y sus  bonitos ojos observarle feliz y contenta.
 
Pensó en lo hermosa que se vería vestida de novia, caminando hacía el altar mientras el usaba su atuendo formal, sellando su amor con un beso y suspiró.
 
El ir y venir de las balas le ensordecía. Quería dormir y dejar de escuchar todo a su alrededor.
 
Solo observar a Rose y no soltarla nunca más...
 
Rose y su bonita sonrisa...
 
Aún le parecía increíble que alguien tan maravillosa como ella se hubiese fijado en alguien como él.
 
El tiempo era veloz y ahora presa de una posible e inminente muerte todo le parecía tan irreal y lejano.
 
Lejos de esta mañana cuando estuvo a punto de proponerle matrimonio y sus nervios y cobardía se lo impidieron.
 
Se maldijo por ello...
 
Había perdido la oportunidad al ser un papanatas y ahora moriría sin haber desposado al amor de su vida.
 
La vida era injusta algunas veces, pensó...
 
No la vería nunca más...
 
Cerró los ojos nuevamente, se sentía tan cansado...
 
−No te rindas−Knuckles le habló intentando que no se durmiese−Sé fuerte, Amy te espera−.
 
Rose...
 
La tierna y dulce Rose estaba esperándole.
 
Aspiró por la nariz con mucha dificultad y trato de ponerse de pie.
 
No tenía fuerzas ni ánimos de nada. Sólo quería dormir...
 
Sólo dormir...
 
−¡Dios!−Knuckles grito tan fuerte que le dolieron los oídos al escucharle−Vienen los refuerzos−Gritó nuevamente y el solo sonrió.
 
Al menos ya estaban a salvo, pensó.
 
Segundos después todo se volvió oscuridad.

𝕊𝕙𝕒𝕕𝔸𝕞𝕪 𝕎𝕖𝕖𝕜 𝟚𝟘𝟚𝟙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora