Acababa de soltarle a mis padres mis ganas de volver a la universidad.
Al principio de la conversación ambos me habían dado un no como respuesta, un no rotundo. Luego de estar hablándoles y repitiéndoles mis razones por unos cinco minutos, mi padre me comprendió y ahora me apoyaba.
Y bueno ambos estábamos intentando conversar a mi madre de que cambie su repuesta a un sí.
—Mamá, necesito avanzar con mi vida, no puedo siempre estar encerrada y vivir con miedo. Sé que al principio me va acostar muchísimo pero si tengo su apoyo lo podré hacer.—Ella me miro directo a los ojos y luego de unos segundos suspiro.
—Kath, tengo miedo por si te vuelves a encontrar con esos hombres.—Los miré a ambos.
Sí, también ese era mi mayor miedo. Si supieran de verdad el pánico que me generaba de seguro no me dejarían ir.
Miré a mi padre, y con lo que acaba de decir mi madre parece que su respuesta había pasado a un no.
Suspire ruidosamente.
—Estoy tan aburrida de limitarme por ellos, desde esa maldita noche mi vida a girado en torno a ellos, no porque así lo quiera pero finalmente así sucede todos los días. No quiero que me quiten nada más, no es justo que me quiten una de las etapas más lindas e importantes de mi vida.—Mi voz salió temblorosa.
Después de unos segundos mi madre habló.
—Está bien, nosotros te apoyaremos, amor.—Mi mamá poso su mano sobre la mía y me la apretó suavemente. La miré y me sonrió dulcemente.
—Tu mamá tiene razón, nosotros te vamos apoyar en todo. Igual volveremos a intentar cambiarte de universidad, sería mejor para todos.—Asentí.
Sé que lo intentarán pero no creo que realmente lo consigan.
Para postular a las universidades públicas que hay en mi país—Que son contadas con los dedos de una mano—Debes tener un buen desempeño académico para entrar, y aún que en mi primero año lo tuve solo en mi primer semestre—luego bajaron notablemente con lo sucedido—no me alcanzaría para ingresar.
La verdad tuve tan bajas notas que casi pierdo la beca en la universidad que estoy, mi madre fue hablar con el director y acepto a regañadientes no quitarme la beca, ya que como en el juicio no se probó absolutamente nada, no había una prueba congruente de lo que pasó era cierto, por lo tanto mis bajas notas no tenían justificación ante sus ojos.
Y como he dicho no tengo dinero para pagarme la carrera universitaria por mi cuenta.
En conclusión estoy jodida hasta la mierda, y mis opciones son seguir en mi universidad o derechamente no seguir estudiando.
Y bueno elijo correr riesgo con la primera.
(1 mes después)
Bueno, después de muchos inconvenientes y alegatos con mis padres; Hoy es mi segundo primer día en la universidad, porque obviamente ya tuve este día en mi primer año, pero esto es como un nuevo comienzo para mi.
Estoy el doble de nerviosa y ansiosa, siento que en cualquier momento me va a dar un ataque pero me he preparado con mi psicóloga para esto.
Yo soy fuerte, yo podré.
Ella me dijo que si me genera tanta ansiedad, debería esperar un tiempo más, pero yo no quise, no puedo esperar. Tal vez me arrepiento de mi decisión de aquí a la noche, pero a la mierda.
Respiro profundamente y repaso una vez más mi vestimenta; zapatillas blancas, pantalones azul oscuro y muy anchos de piernas, un poleron blanco y finalmente un polar que me quedaba grande de color negro, llevaba mi pelo rubio suelto y de mi rostro resaltaban mis ojos verdes oscuro gracias al pequeño delineado que me hice, más el rímel que le apliqué a mis pestañas.
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Oye, Katherine.
Non-Fiction-Oye, Katherine. ¿No nos vas a dar un besito?, es solo uno y te dejaremos pasar. -Yo..solo quiero...-Mi voz salió temblorosa. -Vamos, nos das un beso y te vas.-Su voz salió arrastrada, pero coqueta. -¿Y me dejarás pasar?-Mi voz sonó patética incluso...