Sweet Alpha ღ JaemRen

13

— Amor...

— ¿Estas bien? Mi papá me dijo que casi te mueres ahí en el pasillo —bromeó Renjun.

— No da risa.

— Si da risa, ah, míralos, son hermosos.

Jaemin vio como seguían peleándose por tomar leche, le parecía tierno pero a la vez le daba miedo.

— Son preciosos —afirmó.

— No les haz visto la carita, están ahí comiendo.

— No hace falta verles el rostro, se que son preciosos, son perfectos, son nuestros bebés.

Renjun sonrió cansado, Jaemin repartió muchos besos suaves tanto a sus hijos como a su esposo, se sentían muy felices.

Una enfermera se acercó a la pareja para enseñarles cómo cargar a los bebés, luego, se ofreció para tomarles una foto de recuerdo, la pareja no dudó en aceptar. Renjun se tapó y como pudieron acomodaron a los bebés. Unos minutos más tarde, sus padres entraron a la habitación, aunque de a pocos ya que no podían estar muchos ahí, los felicitaron y les desearon lo mejor.

Jaemin se sentía tan feliz que volvió a derramar pequeñas lágrimas, Renjun frunció su ceño, ¿tan sensible estaba su esposo?

— Amor, ¿por qué lloras?, no llores

— Solo estoy feliz

— Esta bien, solo no llores tan fuerte porque sino los bebés llorarán y sí calmar a uno es difícil, créeme que con tres será peor.

Ambos rieron, los bebés seguían haciendo lo que querían con el pecho de Renjun, mientras ellos los veían, eran realmente tiernos.

Jaemin no los había visto por completo pero ya los amaba y se propuso a protegerlo más que su propia vida.

— ¡Jaemin, pásame la ropa de Minho! —exclamó Renjun mientras vigilaba que los bebés no se cayeran de la cama.

— Claro, pero, ¿cual es su ropa? —preguntó al ver el armario de los bebés, todavía no diferenciaba de quien era la ropa.

— La que está doblada ahí no, esa es de las niñas, a la derecha hay un cajón, esa es la ropa de dormir para Minho —explicó.

— Ya voy, dame un segundo —de forma rápida agarro un conjunto amarillo que estaba por ahí.

El cuidar a tres bebes al mismo tiempo no era para nada sencillo, Jaemin y Renjun sentían que se quedarían sin cabeza en algún momento, pero valía la pena.

Sus bebés se levantaban llorando en la madrugada, en diferentes tiempos, pero lo
hacían, ambos se turnaban o hasta iban juntos para calmarlos.

Jaemin se acercó a Renjun y le entrego la ropita, luego solo se quedó viendo como se lo colocaba a su hijo.

— Necesito que veas bien como se hace, quisiera que me ayudes ya que estos tres chiquillos son muy inquietos y en un descuido, puff, desaparecen.

— Yo sé colocarlas, el único problema es que a mi me patean y a ti no te hacen nada —explicó haciendo un puchero.

— ¿Disculpa? Conmigo se mueven como gusanos, a ti te patearan pero al menos se quedan ahí no más, deberíamos hacerlo juntos y co-

— Con calma.

— Exacto, bueno, ya están listos para ir a dormir, ¿a que no se ven muy bonitos?

Hay cosas que no cambian, por ejemplo, los cambios de humor repentinos de Renjun.

Ya habían pasado cinco meses desde que habían nacido, estaban Minjeong y Minying, y el único niño, Minho.

— ¿Vas a darles de comer?

— Si, tengo que darles de comer para que duerman al menos un poco y estén llenitos —dijo Renjun mientras acomodaba sus almohadas— ¿Podrías pasarme a Minho y a Minjeong? Sabes que ellos tardan mucho en dormir.

— Me despido, voy a tener un momento padre e hija con Minying —cargo a la bebé en sus brazos— Vamos bebé.

Renjun vio como su esposo caminaba por el pasadizo con su hija, Minying era la más tranquila, a comparación de sus hermanos que siempre estaban muy activos.

No eran fácil, pero no se arrepentía, esos tres bebés eran su mundo entero, eran su familia.

Renjun amaba mucho a su familia.

falta un capítulo
[llora en el pan]