¿Funcionó?

64 7 1
                                    

Han pasado mas de 3 días desde que el grupo de exploradores llegaran a Heaven. Fueron recibidos con un gran banquete de bienvenida y el orgullo de muchos de los demás habitantes del pueblo. La noche de su regreso se degustaron deliciosos banquetes y refrescantes bebidas proveídas por los comerciantes del lugar. Fue un gran disfrute para todos, excepto para dos chicos en particular.

Danielle en cuanto tuvo oportunidad se encerró en la cabaña de Elian dejándolo fuera de esta sin ni siquiera oportunidad de guardar sus maletas en la choza.

Y gracias a collar de Kobling al albino se le hacia imposible poder alejarse y disfrutar de su regreso pues no quería destrozar su habitación ni causar un alboroto. Así que decidió darle su tiempo y espacio a la chica; tiempo que se convirtió en una semana de dormir en la acaba de fuera, cubierto solo con una delgada sabana, alimentándose de comida fría y sin poderse dar una ducha.

Sus hermanos molestaban al mayor constantemente por eso mismo, el verlo en la entrada de la casa sin poder ir a ningún lado les resultaba hilarante mientras que al contrario no le hacia ni un gramo de gracia.

--¡Buenos días hermanito! —Se acercó Ilian por los escalones principales de la cabaña, quedando parado a lado del albino, quien ya hacia recostado en la hamaca que había construido tiempo atrás –Les traje el desayuno y, por cierto, no sé si te lo dije ayer, pero hoy apestas más que otros días —Se burlaba alegre con el mero afán de hacerlo enfadar

--¡Deja de reírte! -- Amenazaba

--Pero ya hablando en serio, ¿de verdad te vas a quedar aquí afuera otra semana? —Preguntó, pero el albino no le dio respuesta --Sabes, yo tengo que ir con Teddy a entrenar, pero tú puedes quédate aquí, total, no creo que vayas a ir a algún lado—Volvió a decir para molestar al muchacho.

Cosa que hizo efecto pues en cuanto el pelirrojo se alejó lo suficiente este se levantó y corrió a la puerta, golpeando fuertemente en ella y llamando el nombre de Danielle, recibiendo en respuesta un silencio absoluto en vez de una puerta abierta.

Por un momento la idea de partir las tablas de madera cruzo por su cabeza, pero sería inútil pues esta se encontraba protegida por un encantamiento, al igual que todas las casas del lugar; por lo que solo le quedaba intentar tirar a puerta abajo o en un caso menos extremo tratar de entrar por la ventana rompiendo el cristal, que ese para su fortuna con un par de golpes de cualquier objeto con el encantamiento de "castigo" podría ser más que suficiente.

Caminó hasta las orillas la cabaña y se acercó a la ventana, primero tratando de ver si esta se encontraba abierta, y evidentemente no lo estaba, esta se encontraba cerrada por dentro. Así que tomo su hacha y empezó a golpear el cristal, rompiéndolo en unos cuantos golpes. Celebrando su hazaña quito los fragmentos restantes y metió su cuerpo por el agujero de la pared. Hallándose con una imagen que le puso los vellos de punta y se podría decir que pudo fácilmente causarle un ataque de pánico.

Toda su habitación se encontraba destrozada, sus libros se hallaban abiertos y regados por el suelo, al igual que la ropa de su armario y muchas de sus cosas y por supuesto, Danielle en la entrada de la cabaña tratando de mover el armario que con sumo esfuerzo uso para atrancar la puerta.

--¡¿Que... Cojones has HECHO?!—Gritó exageradamente exaltado que fácilmente pudieron escucharlo a unas tres o cuatro casas de ahí y con la voz temblorosa casi al punto del llanto

En la cabeza del muchacho solo sonaba la frase: "No la mates" mientras recoja las muchas cosas que ahora habitaban el suelo y con las manos temblorosas trataba de ponerlas en lo que era su lugar. Era obvio que le estaba dado un ataque de pánico pues el y tal vez no tan secretamente tenía una ligera obsesión con el orden en su espacio personal, y verlo hecho trizas al grado en el que se encontraba le puso los nervios de punta a un grado inimaginable.

Próxima GeneraciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora