Dia del Examen

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--No es tan malo como parece, mis padres están separados, la diferencia es que ellos parece que se odian, pero se extrañan muy en el fondo solo que son lo demasiado orgullosos para admitirlo; Y los tuyos solo van a vivir en lugares separados— Comentó el pelinegro en un intento de apoyó hacia su compañera mientras ambos se encontraban sentados en las orillas del rio que separa la famosa mansión de Vegetta con el resto del pueblo, junto a un corto pero útil puente

--¡¿Y qué va a pasar conmigo?! Yo estoy acostumbrada a verlos juntos, felices, a veces con ganas de matarse, pero estaban juntos...--Exclamó con tristeza

--Dalia, créeme, no es tan malo, tal vez irás una semana con uno, la otra con otro y ya--

--Si claro, en unas semanas encontraras a alguien más para distraerte— Dijo la chica en un tono de voz que podría o no, sonar a una broma sarcástica

--¿Me crees capaz? — Preguntó curioso por la respuesta

--Si—

--Bueno... Podría hacerlo, pero no me eh ido, eso me suma puntos. Y tú no podrías caminar tranquila por el pueblo sin mí y yo pasaría mis tarde aburrido y encerrado en mi habitación, así que no tiene chiste conseguirme a alguien más—

--¿Y por qué?, parece que los pueblerinos ya no me temen—

--Solo es apariencia, no sabes lo que dicen por las calles, si tuvieran oportunidad no se cuantas cosas haría, el miedo hace manipulable a cualquiera, por eso tengo que cuidar de ti, no dejaría que nadie te tocara jamás...

--Sam, eres un manipulador de lo peor—

--Gracias—

Dalia volteo la mirada hacia Sam, pero este solo miraba el correr del agua asomando ligeramente una sonrisa orgullosa la cual la ojiverde trató de ignorar.

--¿Qué harás más tarde? —

--Todo menos ir a casa, Violeta quedo de verse con alguien—

--Deberías conocer a los amigos de tu hermana, por lo que me has dicho, es bueno que al fin hable con alguien que no seas tu— La pelirroja tomó su mochila y la colocó en su hombro izquierdo poniéndose de pie -- tengo que ver a Lucas, me lleva buscando desde hace unos cuantos días-- y avanzo un par de pasos hasta que algo detuvo su andar. Al dar la vuelta vio que el chico con quien acababa de hablar tenía cautiva una cinta que colgaba de su bolso y que con una mirada seria una sonrisa maliciosa miraba la reacción de la chica.

Esta solo tiro fuerte del lazo para que lo soltase, pero este a su vez hizo lo mismo, acercándola a su cuerpo por la inercia del tirón.

--¿Qué haces? — Preguntó serio

--Tengo que irme—

--¿Y te vas solo así? —Volvió a lanzar otra pregunta, causando esta vez, nerviosismo en la chica.

--¿Qué? ¿Quieres que me despida? —Preguntó la pelirroja a lo que Sam solo mantuvo la vista fija en sus ojos esmeralda mientras soltaba una mano del lazo y la recargaba tras de el para dejar el peso de su cuerpo en ella

Sin respuesta alguna del pelinegro Dalia solo rodo los ojos y le dio un beso en la mejilla al osezno como una opción que llego a su mente. Con esto el oso aflojó el agarre de su mano, dejando por fin, ir la cinta y a la chica.

Mientras Dalia se alejaba por las afueras del pueblo Sam quedaba pensante en lo que aquella chica le había dicho, tal vez ir a socializar con los amigos de hermana seria beneficioso para ambos osos, después de todo el que Violeta llevase a alguien a casa era un evento que no había pasado desde que estaban en preescolar; pero a su vez no quería convivir con alguien que no conocía ni mucho menos interrumpir en lo que sea que estuvieran haciendo.

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