Capítulo XIII: Boom

179 10 11
                                    

Capítulo XIII: Boom

Aquel domingo la nieve no había dado tregua durante todo el día. Cualquier persona pensaría que sería una locura salir de casa, sin embargo a él no le importaba tener que hacerlo, de hecho, necesitaba hacerlo.

Había olvidado lo agobiante que era pasar tiempo de caridad con su familia. Así que sin importarle la nieve, pescó las llaves de su auto nuevo no tan nuevo y calzándose un rojo abrigo salió mientras se colocaba el gorro del abrigo sobre su cabeza.

Oyó desde dentro de la casa la voz de su padre preguntándole donde iba, pero él lo ignoró por completo y cerró la puerta tras su espalda.

Caminó a pasos seguros hasta su bello auto azul eléctrico y luego de subirse colocó la calefacción a todo dar. Hacía un frío que estaba seguro que estaba calándole por los huesos.

El cambio brusco en el clima sin duda le estaba afectando enormemente.

Manejó con cuidado, un camino que regularmente no le tomaría más de veinte minuto lo realizó en cuarenta y cinco minutos. Él no lo hubiese creído de no ser porque sacó los minutos que se demoró por reloj y es que el viaje había sido sin duda muy tranquilo y terapéutico.

No sabía muy bien que decir cuando llegase a su destino, de seguro un "hola" estaría bien en un inicio, pero entonces... ¿Qué?

Suspiró.

Jamás creyó que sería tan difícil una situación como esa, después de todo, jamás había imaginado que pasaría lo que sucedió, es decir, había una baraja realmente grande de posibilidades sobre la mesa y aun así, no imaginó que las cosas se hubiesen dado de esa manera.

En su destino se quedó mirando la puerta de la casa con fijeza, la profundidad de sus ojos solo reflejaban decisión y es que siempre había sido un chico decidido y si ya estaba ahí iba a hacer lo que tenía que hacer.

Una disculpa sin duda podía ser una gran empezada.

Él sabía que se lo merecía, después de todo había actuado realmente como un idiota con el tipo equivocado.

Suspiró nuevamente con pesadez.

¿Por qué diablos le estaba costando tanto?

Abrió la puerta de su auto y el frío viento le golpeó fuertemente el rostro.

Su reflejo en el espejo le devolvió la vista y entonces se dio el ánimo suficiente para bajar del vehículo. Cerró la puerta y con las manos metidas en su bolsillo avanzó hacia la puerta de entrada.

La nieve cayó sobre su cuerpo con suavidad mientras él avanzaba hacia la casa. Sacó una de sus manos de su chaqueta, pero antes de que su puño golpease la puerta, esta se abrió. La persona que estaba buscando le devolvió la mirada desde el otro lado.

Los ojos negros y profundos de su amigo se abrieron con sorpresa, pudo ver su boca caer lentamente y cualquier color en su rostro se marchó.

En su interior sintió un ligero sentimiento de incomodidad estrujarle el pecho.

-Hey -fue lo único que salió de sus labios fríos.

La voz de Kyle desde dentro de la casa se oyó distante, como si hubiese estado bajo la tierra.

-Stan...

-¿Qué tal todo, amigo? -una sonrisa nerviosa bailó en el rostro de Stan Marsh mientras hundía sus manos aún más profundo en su chaqueta-. Ya volví -agregó ante el sepulcral silencio y preguntó al verlo calzado con un gran abrigo verde-. ¿Vas a alguna parte?

InstintosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora