Cerró su casillero con cierto pesar mientras recordaba lo sucedido en aquella mañana...
El sol se coló por entre las cortinas.
Arrugó el gesto sintiéndose completamente fastidiado por los molestos rayos que golpearon directamente en su cara.
Apretó el cuerpo a su costado, rogando poder seguir durmiendo. Sin embargo, con el nuevo despertar, su conciencia también le gritó que era hora de levantarse.
Frustrado abrió los ojos y vio la cabellera pelinegra esparcida en la almohada y parte de su cuerpo.
Se giró y tomó su teléfono que descansaba en el mueble a un lado de la cama.
Las 7.13.
¡Maldición!
Se levantó de un salto.
Llegaría tarde al primer-último día del curso.
Kenny no sabía realmente qué es lo que estaba sucediendo realmente, solo sabía que algo realmente malo estaba por pasar y no lograba encontrar de dónde provenía ese sentimiento.
—Vamos Ginny —volvió a decir una vez salió de la ducha para comenzar a vestirse—, llegaremos tarde el primer día...
La latina se encontraba sentada encima de la cama mirando un punto inexistente en la nada.
—¡Amigo! —Stan se acercó a él caminando con aquel paso jovial que siempre lo había caracterizado, con el saludo lo sacó de sus propias cavilaciones.
—Hey —saludó él fingiendo una sonrisa.
—Llegaste tarde —apuntó una vez estuvo a su lado—, te perdiste el discurso de la directora... Realmente quiso hacerlo emotivo, pero Cartman soltó un comentario demasiado contento con el hecho de que será el último año de escuela que...
Pero el rubio dejó de escucharlo.
—No iré —Ginny murmuró con voz ronca desde la cama.
—¿Te sientes mal, amor? —le preguntó preocupado.
Ella sacudió su cabeza.
—Problemas hormonales... No hay nada de que preocuparse.
Él se acercó y se colocó de cuclillas frente a ella. Ginny le sonrió.
—¿Estás segura que no te pasa nada? —le preguntó acariciando suavemente su cabeza.
La pelinegra le sonrió sy contestó con un tono de voz suave, colocando su mano sobre la suya.
—A veces me siento como si nada de lo que estuviese pasando aquí fuese real —el rubio enarcó una ceja y Ginny continuó—. Como si todo esto fuese parte de algún cuento o una teleserie... Nada se siente real —murmuró y colocó suavemente su mano en su mejilla—. Solo tú... Tú eres lo único que se siente real aquí.
—¿Por qué lo dices, bebé? —preguntó sintiéndose más preocupado aún.
Ginny sacudió su cabeza.
—Estoy bien, Kenny —aseguró—, todo está jodidamente bien...
Aún ante aquellas palabras y, a pesar de que constantemente se las repitiera en la cabeza esperando que fuese real, sabía que algo no estaba bien con su chica.
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Instintos
FanfictionSon jóvenes. Creen que todo el mundo está en su contra y es que no están tan errados. A pesar de que no se logre divisar un futuro prometedor, a pulsaciones, vibraciones e instintos intentan armar sus propios caminos, intentando salir vivos de aquel...