🍂Balas de amor🍂

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15 minutos pasaron. El motor del Mercedes se hizo notar. Estacionó el auto. Camino hasta la entrada de la lujosa casa. No tenía ni puta idea de dónde estaba el mayor. Una idea atravesó su mente. Subió a paso lento las escaleras, camino a esa bonita habitación donde una noche antes había dormido. Ahí estaba el asiático, recostado de lado y viendo tik tok. Del celular se podía oír el audio del vídeo que se estaba reproducciendo: “No te quiero enamorar pero...” una canción comenzó a sonar; seguida de aquella canción, la risa del chino se hizo pronunciar.

—¿Que haces xino?.—dijo el italiano asomando la cabeza para ver si veía algo.

—Estoy viendo uno' tik tok.—hizo una pequeña pausa para pausar el vídeo y sentarse en la orilla de la cama.—Son muy divertidos poni.—dejo el celular de lado para ir abrazar al menor.

—¿Desde cuándo te gustan los tik tokos?.—correspondio al abrazo.

—Hueles muy bien poni.—dijo el mayor, comenzando a besar su cuello.

—Es una nueva fragancia, ¿a qué tiene buen olor?.—exclamo. Las manos de Toni rodearon el cuello del mayor. Inclinó su cabeza para dejar vía libre a los labios chinos que ahora succionaban y mordían la frágil piel de su cuello. El mayor tomo por los hombros al italiano y lo giró, para posteriormente empujarlo a la gran cama. El italiano se recargaba con sus antebrazos en colchón. El mayor se acercó para besar de nuevo sus labios. Una marca en el cuello del contrario atrajo todas la atención del rubio.

—¿Que mierda es eso?.—dijo pasando sus dedos por la piel magullada.—¿Es un puto chupete?.—exclamo. Su mirada fue directa a los ojos del mayor.

—¿Chupete? ¿De que coño hablas, poni?.—dijo poniéndose de pie para ir a verse en el espejo del baño. Entro en el baño que estaba dentro de la habitación. Justo ahí, pudo mirar una marca rojiza cerca de la clavícula.—Mielda. Voy a matal a esa chica.—dijo para si mismo. Regreso a dónde estaba el menor. Este tenía los brazos cruzados y una mirada asesina en el rostro.

—¿Poni?.—dijo con voz nerviosa el mayor.

—¿Por que mierda tienes un puto chupete en el cuello? ¿Dónde mierda estuviste?.—no solo su voz, sus movimientos corporales denotaban la rabia que sentía.

—No es nada impoltante poni. Tome de más y tal vez hice algo que no debía.—trato de justificar.

—El puto olor a alcohol lo sentí desde que entré.—se paro de la cama para estar frente a frente con el chino.—¿Quién lo hizo?.—su semblante serio lo hacía ver muy sexy. El mayor comenzó a imaginarse un sin fin de situaciones con el mismo problema que tenía ahora mismo.

—Fue una chica de una banda que se acaba de folmal.—dijo mirando fijamente la cara del italiano. Realmente le estaba exitando verlo así de enojado.

—Le voy a pegar un puto tiro entre ceja y ceja.—exclamo el italiano. Camino con prisa dispuesto a salir de aquella habitación. Una fuerte mano lo tomo del brazo y lo empujó a la suave cama; cayendo así de espalda sobre está.

—¿Que mierda crees que haces?.—exclamo con enojo, más sus labios fueron callados por el beso del mayor. Toni comenzó a forcejear debajo del chino. Intentaba a toda costa quitarselo de encima, pero el mayor era más alto y pesado. Al cabo de unos segundos decidió rendirse y corresponder al beso. El asiático hizo un camino de besos desde la comisura de su boca hasta el cuello del italiano. Comenzando a dejar besos húmedos por toda la piel que tocaba. Sus manos comenzaron a colarse por debajo de la camisa del rubio, llegando así a sus pezones; los cuales comenzó a masajear. El italiano tenía un semblante serio, pues no dejaría pasar esto como si nada.

—Chino... Si vamos a coger, lo haremos a mi manera.—dijo girando al mayor para dejarlo debajo suyo. Se sentó en su regazo y comenzó a besarlo. Mientras lo besaba, le sacó la corbata.—La vas a pasar fatal, signore amore (señor amor en italiano).—susurro contra los labios del contrario. Con la corbata tapo sus ojos, asiendo un nudo por detrás de la cabeza para que está no se cayera o moviera.

Eres mío Poni Donde viven las historias. Descúbrelo ahora