🇮🇹 Bienvenidos a Italia 🇮🇹

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Hai llevo a Toni al hospital. Lo atendió un medico, después de platicarle rápidamente lo que le había pasado, este comenzó a desinfectar y a vendar la herida. Le recetó antibióticos para el dolor y para una posible infección. Tambíen vendo el dedo índice y anular de su mando izquierda. Agradecieron el servicio y salieron.

—¿Cómo te sientes ahola poni?—pregunto el asiático mientras paraba un taxi.

—Una experiencia que no repetiría la verdad...—respondió para después meterse en el auto.

El asiático dio indicaciones al chófer—. Lo sé bebe, pelo... ¿No te dijo algo que nos ayude a sabel polque te llevalon?

—Bueno... Dijo muchas cosas. Dijo que te quería y que se habían enamorado o una mierda así tambi-

—Mentila. A mí solo me gusta el dinero y tú poni—exclamo enojado.

—Lo se chino. También hablo de una tal Victoria que murió por tu culpa. Una organización china y de tu hermano. De locos todo.—el asiático giró su cabeza para mirar al italiano.

—¿Que dijo de mi helmano?—dijo aún más enojado que antes.

—No... No creo que sea necesario que lo sepas—recordaba cada palabra que le había dicho la chica. El sabía que si contaba lo que su hermano había hecho, el asiático iría a reventarle en cuestión de minutos.

—Poni, ¿Que mielda te dijo? ¿Es soble tu secuestlo, veldad?—se inclinó para mirar a Toni, ya que este se encontraba en los asientos de traseros.

—Que te quiero mucho, eso dijo—puso una sonrisa.

—Te voy a matal poni—correspondió a su sonrisa—. Vamo' a hablal de ésto mas talde... Y a mi manera.—una sonrisa pícara se formo en sus rojos labios.

—Llegamos señores—exclamo el chófer, deteniendo el auto.

—Bien. Poni, ve llendo con Igol y con Pato. Están dentlo del aeropuelto.—exclamo, volviendo a hablar con el chófer.

Toni bajo del auto. A su mano izquierda tenía una base de metálica, dentro estaban Igor y Carlo hablando. De un momento a otro, Carlo se acercó mucho a Igor, este retrocedió, chocando con el avión. Carlo tomo los hombros del moreno, dijo algo en su oído y después lo besó. Aquello dejó algo sorprendido a Toni, el cual seguía mirando, minutos después llegó el asiático.

—¿Polque no as entlado, poni?.

—Mira...—señalo dónde estaba Carlo e Igor.

—Ostia'...—el asiático miro atónito la escena.

—No quiero interrumpir chino—exclamo entre risas el rubio.

—Yo tampoco.

De un momento a otro, Carlo paso de su boca a su cuello, comenzando a desabrochar su camisa.

—Oye chino—dijo ya nervioso Toni—. Habla por radio o algo, porqué si siguen así van a terminar cogiendo.

—Si, si—saco la un walkie talkie—. Chicos, Poni y yo estamos Pol llegal.

—¿En serio?.

—Si les digo que los estabamo' viendo, va a sel un viaje incómodo.

—Eso es cierto.

—Recibido—dijo por la radio Carlo, el cual ya se había separó de Igor. Este se estaba acomodando su traje. A los minutos llegaron Hai y Toni.

—¿Listos?—pregunto nervioso Toni.

—Si... Todio listio—dijo por lo bajo el ruso.

—¿Fuelon pol las maletas?—pregunto el chino.

Eres mío Poni Donde viven las historias. Descúbrelo ahora