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Mi cabello seguía mojado y escurrían gotas de agua de mis puntas, Jungkook conducía mientras yo miraba por la ventana mientras me cubría con su abrigo, que estaba igual de empapado que yo. Sentía que estaba en una realidad distinta, como si estuviera en la vida de alguien más o en otra dimensión, siento que esta no es mi vida, que este no es mi mundo ni mi realidad, pero es solo una forma de engañarme y hacerme sentir mejor, pero se que nada volverá a ser como antes.

- ¿Tienes hambre?

Su voz sonó un poco ahogada, o tal vez simplemente dudoso de si era bueno hablar, lo miré de reojo, tenía una pequeña mueca con sus labios y movía nervioso sus dedos por el volante. Me pareció algo tierno.

- Creí que habíamos dicho que solo comeríamos en la mañana y en la noche.

- Bueno... sí - titubeó mordiendo el interior de su mejilla, haciendo una pequeña pausa - pero tal vez esta sea una excepción.

Me giré en mi asiento y para poder verlo con atención a sus acciones. De verdad era tierno.

- No te esfuerces, me siento mejor - sonreí poniendo mis manos en mi barbilla, el solo suspiró, tal vez un poco aliviado - se que eso tal vez pasen mas veces de lo que me gustaría... es parte de nuestra realidad, así que tendré más cuidado.

- Lo sé, aunque tal vez no deberíamos hablar más de ello.

- No te pongas nervioso - mi tono de burla fue ligero, el no dijo más. Y yo tampoco.

...

Luego de estar en trance unos minutos que me parecían horas, sentí que iba a desmayarme, quería hablar pero mi cuerpo no respondía, mi voz no salía. ¿Ya había muerto?

Jungkook tomaba mi rostro y de a poco podía oír su voz, como si el estuviera muy lejos de mi. Escuché su voz tenue, y sentí sus manos temblorosas en mis mejillas, entonces sentí mis ojos aguarse. 

No estaba muerta. 

Lo vi desesperado tratando de secar mis lágrimas, y entonces, me abrazó.

El de verdad, ¿me estaba abrazando? seguía sin entender los que me decía, pero me sentí más relajada... sentí que alguien me acompañaba.

- Hay que irnos de aquí, tranquila, yo te llevo.

Por fin pude entenderle.

Tomó su abrigo ya húmedo y lo puso sobre mi, para después tomarme entre sus brazos, y salir de ahí.

...

- ¿Porqué te estacionas?

- Te enseñaré como robar gasolina - colocó el freno de mano y acto seguido bajó del auto.

- Ah...

Avanzamos unos cuántos kilómetros, dentro de poco llegaríamos a la ciudad; seguíamos en medio de la nada, aunque ahora habían más árboles que hace kilómetros atrás.

Rodeó el auto hasta llegar a mi puerta y abrirla. Había un coche abandonado.

- Ven, te mostraré que es algo sencillo - toma la manguera y el bidón abandonado que estaba en la cajuela.

Bajé del auto y observamos el pequeño auto abandonado a la orilla de la carretera húmeda por la lluvia que había cesado. Estaba de brazos cruzados sin atreverme a mirar dentro del auto. 

- ¿Y si hay alguna cosa ahí dentro?... no creo que alguien abandone un auto solo porque sí.

- Eso o se terminó la gasolina... y eso sería algo problemático para nosotros - me miró analizando cada una de mis reacciones, pero aunque ya estaba mejor, tenía algo de miedo revisar si el auto estaba vacío - quédate aquí, voy a revisar - parece que leyó mi mente.

A l i v e [J u n g k o o k]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora