Luces Del Segundo Mundo

Nostalgia - Parte 2-

                   
Asechando entre las sombras, mi siguiente objetivo cree que no se que ya sabe de mi presencia, esta practicaba en un piano, sus melodías eran tiernas y llenas de un sentimiento muy profundo, me recordaba a Hikari, mi hermosa reina a espera de que cumpla su deseo ¿Cómo no pude verlo antes? Hikari era superior en todos los sentidos, era todo lo digno para un rey como yo, y yo lloraba por la atención de Misaki, bueno de algo me puede servir, me puede complacer en otra cosa, pero antes debo crear el paraíso.

Como si fuera mi partida de inicio, apenas las melodías del piano se detuvieron me presente ante una de las diosas con más influencia en este mundo, no solo por ser la mano derecha del líder, si no por el lazo sentimental que comparten, la diosa de la música era mi primera presa, la primera presa del rey.

_me imagino que quieres usarme para amenazar a Salazar – lance una risa burlona y me levante del banco en el que estaba _ ¿y cómo piensas someterme para lograr tu cometido? Eres débil no podrás contra mí.

_tu no me atacaras –alardeo apuntando con mi espada una flor enzima del piano _ si me llegaras a tocar – la punta de mi espada toco un pétalo de la flor, marchitándola por completo y volviéndola negra _ bom –reí con fuerza al verla fruncir el ceño.

De nada sirve tener mucho poder si no puedes mantenerlo puro.

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_ ¿Por qué me detienes? –me zafe del agarre de Skeit y lo fulmine con la mirada, el hecho de que me haya salvado la vida no implica que me dé ordenes, de hablarme de una forma altanera, paso a hablarme como si tuviera control sobre mí.

No jodas, no te dejaste con Yaron te vas a dejar con este imbécil. Cuando creo que me voy a llevar bien con él, este la caga por completo.

_dime una razón -exigí _ una razón para que te deje ir allá –hubo silencio de su parte y bajo la mirada _ exacto, ninguna, solo serias una carga.

_ ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué soy humana?! –volví a levantar la mirada.  Tenía mis manos hecha puños _ me estoy comenzando a cansar que nos traten como menos por solo ser humanas, quiero ayudar y voy ayudar, para algo seré útil… no pienso quedarme aquí como damisela en apuros ¡no en esta vida señor!

_ah ¿enserio? –dije con ironía, su terquedad me estaba cansando _ ¡¿acaso no te das cuenta que eres el objetivo de ese maniático?! ¡Llevarte a ese lugar es estregarte en bandeja de plata! ¡¿Te cuesta mucho entender eso?! –grite acercándome un poco, pero no se intimido, permaneció en su lugar segura, ella se lo busco _ además ¿en qué ayudarías? ¡Te comportas de una forma estúpida, siempre te metes en problemas y los demás pagan el precio por eso – escupí con acides. Sus ojos se colocaron llorosos al instante, tal vez estoy siendo muy Duro pero necesito que ella se quede aquí a salvo.

_ ¡¿Cuál es tu problema?! –intente darle un empujo pero este ni se movió, eso solo me hizo molestar mas _ ¡¿Por qué tienes que meterte conmigo!?

_ ¡lo hago porque que me molesten tus estupideces! ¡Eres patética al seguir con todo esto!

_ ¡¿y a ti qué coño te importa lo que yo hago?! ¡¿Por qué de repente te interesa mi seguridad?!

_ ¡no te confundas niña! ¡Tú no me importas nada!

_ ¡¿entonces porque te molesta tanto?! ¡¿Por qué no me dejas ir a ayudar?!

_ ¡es que debo protegerte!

_ ¡yo no te pedí que me protegieras! –suspire agotada, ya debíamos dejar de gritar _ de todas formas yo no debo porque pedirte permiso –di por terminada la discusión y trate de rodear a Skeit pero este me tomo nuevamente por el brazo.