TERCER MORDISCO

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-Por favor, se bueno.

Jimin asintió, confuso ante la suplica. ¿Cuando había sido malo? Él siempre se comportaba adecuadamente. Él estaba siendo todo lo bueno que podía ser; tal y como le habían pedido.

Al parecer, su buen comportamiento no convencía del todo a la mujer.

Tendría que trabajar en eso.

Roseanne se arrodilló ante él y acarició sus orejas al quedar a su altura.

-Si vuelves a extraviarte, el amo va a reñirme, Chim. -recordó con voz suave. -Se bueno y quédate quieto un rato. Volveré pronto e iremos a jugar. ¿Entendiste?

Jimin asintió. Claro que entendía, no era un bebe.

-Chim tiene cuatro. -expuso a modo de queja.

Él ya no era un bebé. No señor. Rosé - noona debería entender eso.

-Si. Si. Comprendo. Solo..., compórtate y no causes problemas. Volveré lo mas pronto que pueda a por ti, mi niño.

Si bien era su niñera no oficial, Roseanne tenía otras cosas de que ocuparse en el castillo. Sin embargo, la vampira siempre intentaba estar al pendiente de cada movimiento suyo, con tal de no meterse en líos con el Amo Min.

Y ese afán de recordarle no meterse en problemas quizás se debía a la facilidad que tenía el cachorro de entrar en ellos. Parecía una pequeña zona de accidentes ambulante, que husmeaba por el castillo tanto de día como de noche, en busca de entretenimiento.

No era su culpa, sino de sus genes, que le obligaban a ser tan hiperactivo.

Y nadie parecía entender eso.

El castillo era enorme en longitud y extensión. Contaba con pasillos casi laberínticos y, para un niño cargado de energía como lo era Jimin, era demasiada tentación el explorar todo aquello.

Pasados algunos minutos, tener que esperar por Rosé sentado en su pequeña silla parecía incorrecto e ilógico. Él podía investigar solo. Él era grande y, de todas formas, había guardias por todos los pasillos. Los guardias del amo Yoongi eran vampiros fuertes que le cuidarían si algo pasase.

Jimin no tenía de que estar asustado.


[[...]]

-El campesino Cho volvió esta mañana, quejándose de que alguien mató otra de sus vacas, señor.

Yoongi levantó la cabeza de los papeles y le dio una mirada poco gentil al joven.

-¿Es mi obligación investigar esa clase de cosas? ¿Doy la impresión de estar tan desocupado?

El joven vampiro pareció casi sonrojado. Si no fuera perfectamente claro que no había sangre corriente por su cuerpo, Yoongi estaría alarmado ante tal hazaña.

-N-no, no s-señor...-tartamudeó, desajustando la corbata de moño que apretaba su cuello. -Usted siempre se ven tan atareado y-... capaz.

-En efecto. -asintió Yoongi. -¿Entonces porque me interrumpe para contarme que murió una vaca?

-Es q-que..., es la segunda en el mes. -balbuceó SeokJin, bajando la mirada. -El campesino no dijo nada claro pero..., el contó que su carne estaba íntegra y solo faltaba su sangre. Pensé que era raro, mi señor.

El conde suspiró profundo y se reclinó en la silla, apartando por completo la idea de continuar con sus documentos, ante la llegada de lo que parecía ser un problema mayor.

Cadáveres sin sangre era mala señal.

-¿Significa que podría haber vampiros nuevos cazando en mi territorio? ¿Crees que sea eso?

Singularity © yoonmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora