historia 4

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Si, en secreto te admire mucho, te pido perdón, quizás te asustaste por mis breves miradas temerosas, pero en ti descubrí tan magnífico espectáculo impredecible, que me lleno de emotivas sensaciones que rayan en lo mágico, todo sin haber escuchado tu voz. Muchas veces dude sobre tu existencia, sobre si eras real o un espejismo una epifanía o quizás una revelación.

Llegué a llenar cientos de ojos con versos que nunca leerás, principalmente porque no tengo el valor de decirte aquello que me embarga cada vez que mis ojos pecadores osan a encontrarse con tu celestial presencia, y de todos es trozos de mi ser plasmados en papel me gustaría que tomaras en tus delicadas manos este pedazo de mi donde me declaro cobarde ante las emociones que mueves cuál huracán en mi.

Y tal vez de ser más valeroso no estaría observando como bailas lentamente en brazos de otra persona mientras te escribo mis tristes sentimientos en un pedazo de papel. Quizás me si me animará yo sería ese hombre que toma tu cintura. Pero pronto leerás todo esto, hoy será la noche previa a la revelación de mis sentimientos, la noche previa a mi liberación.

Decidí que está, que será la última noche de conciencia plena, la última de sufrimiento, la última de soportar este agonizante dolor que pone peso a mi alma. La dedicaré a admirar en total y esclavizante silencio tu precioso rostro de felicidad.

Serás siempre mi gran amor, aunque nunca logré acercarme a ti a pesar de tenerte tan cerca.

Quizás me faltaron muchas cosas.

Mi mente está llena de quizases.

De cosas que habrían podido ser y no fueron.

Al final solo tenemos ese vínculo para unirnos.

Somos el quizás del amor de un cobarde.

Pensamientos AsfixiantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora