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-¿te fuiste porque el miedo me ganó, verdad?.

-me fui porque todavía la amaba y no la podía superar, eso me carcomía el corazón y no podía hacerte daño. Si dejaba pasar más tiempo sería complicado, no sabía cómo hablarlo contigo porque no sabía si entenderías.

-Tranquila, debiste ser honesta y si es lo mejor para ti, realmente me alegro de que hayas tomado esa decisión. Pero... ¿Me quisiste?

-te tome cariño, muchísimo pero no te amé, no pude.

-¿En algún momento me usaste?

- no sé si usar es la palabra correcta, pero sentía que debía olvidarme de ella y solo intentarlo con alguien.

-O sea que fui tú clavo... y lo último, ¿algo de lo que dijiste o hiciste fue real? -comencé a repasar en mi mente todas esas veces en las que me dijo te amo, la vez que me dijo que jamás se iría, que yo era su hogar y no estaba dispuesta a dejar su hogar otra vez, sus caricias y sus miradas. Intentando no llorar quedé atenta a su respuesta

-Mis cuidados fueron reales, mis consejos, la forma en que te motivaba a seguir con tu carrera o que desahogaras tu depresión, fue real. Soy una mujer real, no obstante de muchas imperfecciones y de mucho que aprender sobre la vida, soy completamente imperfecta para decirte que fue real y que no, pero intenté hacer lo correcto y cuando mi mente y mi corazón decían que no podía seguir con esto porque no quería lastimarte tomé la decisión antes de que fuese demasiado tarde.

-Lo entiendo, tranquila. -no sé como le dije eso ya que solo quería recostarme en mi cama y llorar lo que me restaba de vida, realmente agradezco que me haya dicho todas estas cosas por teléfono, no hubiera sido capaz de mirarla a la cara y en realidad no estoy molesta con ella, solo estoy molesta conmigo por creer en algo que jamás fue real.

Y bueno, así es como dejé de creer en el amor. O así lo creía hasta que llegó ella y me hizo volver a querer.

olvidar-teDonde viven las historias. Descúbrelo ahora